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El Ejército utiliza 170 furgones eléctricos chinos vetados por espionaje en Reino Unido e Israel

Les han prohibido acceder a zonas sensibles al sospechar que sus sensores pueden captar información

El Ejército utiliza 170 furgones eléctricos chinos vetados por espionaje en Reino Unido e Israel

Una de las furgonetas eléctricas chinas compradas por las Fuerzas Armadas. | Ejército de Tierra

En el marco de un programa de sostenibilidad para las Fuerzas Armadas, el Gobierno de Pedro Sánchez autorizó la compra en 2022 de 170 furgones eléctricos de la marca china Maxus. Vehículos que actualmente realizan tareas logísticas y de abastecimiento entre bases e instalaciones militares por todo el territorio español. Recientemente, Reino Unido e Israel –esta misma semana– han decidido prohibir el acceso de estos vehículos chinos a sus bases y centros de inteligencia, tras detectar que pueden estar recopilando información del entorno con los sensores electrónicos y cámaras que equipan.

China ha tomado medidas similares con los vehículos de Tesla al sospechar que también pueden servir al espionaje de EEUU. El asunto se suma a la polémica por la inclusión de Huawei en los servidores sensibles del sistema de escuchas telefónicas Sitel, a través de contratos desvelados por THE OBJECTIVE que suman 12,3 millones de euros. O también su presencia en el Ejército del Aire o al uso de cámaras chinas vetadas en la vigilancia de la base conjunta de Morón de la Frontera (Sevilla).

La compra de estos furgones eléctricos se adjudicó por 2,5 millones de euros en septiembre de 2022. La firmó la Jefatura de Asuntos Económicos del Mando de Apoyo Logístico con la empresa distribuidora de la marca china Maxus. Unos meses más tarde comenzaron a entregarse los vehículos y repartirse por distintas instalaciones de las Fuerzas Armadas. Desde entonces operan en labores logísticas, distribuyendo todo tipo de mercancías entre bases y acuartelamientos.

Desde un primer momento, en círculos militares sorprendió la elección del fabricante chino para este tipo de misiones. En esencia por las polémicas ya existentes en aquel entonces sobre el uso de material del país asiático en entornos militares o relacionados con la seguridad nacional, algo de lo que venían advirtiendo desde 2018 la OTAN y especialmente Estados Unidos. De hecho, el uso de vehículos chinos en tareas militares ha sufrido serias restricciones en algunos de estos países.

Vetos en Reino Unido, Israel, China…

Podría parecer ciencia-ficción, pero no lo es: ejércitos y servicios de inteligencia de todo el mundo han comenzado a tratar a los vehículos eléctricos como potenciales vectores de espionaje estatal. No sólo en occidente. China, por ejemplo, lleva desde 2021 prohibiendo la entrada de coches eléctricos de la marca estadounidense Tesla a sus complejos militares. No se fían de que sus cámaras o de algunos de sus sensores –micrófonos, megafonía, sistema de navegación, aviso automático de accidentes…– no sean utilizados para recopilar y trasmitir información de su entorno. Imágenes o conversaciones, por ejemplo. Estados Unidos aplica restricciones similares a los vehículos chinos.

Los últimos en tomar medidas y admitir su preocupación por estos potenciales riesgos han sido las Fuerzas Armadas de Reino Unido e Israel. En el caso de Londres, la prensa publicó la pasada primavera que ciertos lugares sensibles para la inteligencia militar, en concreto en las inmediaciones del emblemático edificio Pathfinder –en la base aérea de Wyton–, se había prohibido estacionar vehículos eléctricos de fabricación china a una distancia inferior a los tres kilómetros. Se trata de uno de los centros de inteligencia militar más relevantes de Reino Unido, desde donde opera el Centro Nacional de Inteligencia Geoespacial (NCGI). Es, posiblemente, uno de los mayores complejos de inteligencia del mundo.

El Ministerio de Defensa británico respondió en este 2025 a una pregunta registrada por la oposición para conocer el alcance de ese veto. Según su versión, no había un veto generalizado a los vehículos chinos en sus instalaciones, aunque sí admitían que en ciertos lugares sensibles se podían tomar medidas de seguridad extra.

Edifico Pathfinder de la inteligencia militar británica.

Vehículos de oficiales israelíes

En el caso de Israel, el veto a este tipo de vehículos eléctricos chinos en sus bases habría llegado este mismo mes de agosto. La prensa israelí recoge informaciones –no confirmadas por las Fuerzas de Defensas de Israel, pero tampoco negadas– de que desde principios de este año se habría reducido la compra de vehículos de la marca china BYD para el uso por parte de sus oficiales por el temor a que pudiesen estar enviando datos, imágenes y audios del interior a servidores en China.

También habrían prohibido el acceso de los vehículos de carga chinos a bases e instalaciones especialmente sensibles para la inteligencia israelí. En Israel citan el área militar de Lotem, donde se encuentra Unidad de Telecomunicaciones y Tecnología de la Información del ejército. Enclave estratégico para sus fuerzas armadas.

Vehículos bloqueados remotamente

Al margen del posible riesgo de espionaje detectado, hay otras complicaciones operativas que podrían surgir del uso de estas tecnologías. El caso más significativo es el ocurrido en Ucrania con el ‘señor de la guerra’ checheno Ramzam Kadyrov, fiel a Vladimir Putin. Abonado a los gestos populistas y mediáticos, Kadyrov desplegó en el campo de batalla ucraniano dos todoterrenos Cybertruck de Tesla. Un vehículo llamativo por su aspecto futuristas al que, además, le instaló una ametralladora ligera.

Los dos CyberTruck de Tesla que Razman Kadyrov desplegó en Ucrania.

Sin embargo, al poco de aparecer las primeras imágenes de los vehículos sobre el terreno ucraniano, dejaron de funcionar repentinamente. Quedaron bloqueados e inutilizados por una instrucción electrónica trasmitida desde Estados Unidos. Una función remota que Tesla puede aplicar a sus vehículos, y que ya ha ocurrido a conductores civiles en otras partes del mundo.

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