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La Guardia Civil, desbordada por el goteo de 'nadadores' en Ceuta: «Hay 100 intentos al día»

Los agentes denuncian la falta de embarcaciones adecuadas y el desgaste ante el rescate sistemático de inmigrantes

La Guardia Civil, desbordada por el goteo de ‘nadadores’ en Ceuta: «Hay 100 intentos al día»

Una patrulla marítima en la frontera del Tarajal, en Ceuta. | Antonio Sempere (Europa Press)

Los agentes de la Guardia Civil encargados de frenar a los nadadores que cada día intentan cruzar desde Marruecos a las costas de Ceuta están al límite. En la última semana se han contabilizado unos 700 intentos de entrada, según advierten fuentes locales a este diario, lo que se traduce en que cada día, de media, un centenar de personas se lanza al mar para llegar a territorio español. Los inmigrantes, en su mayoría menores, aunque se han registrado las llegadas de adultos, hombres y mujeres, e incluso de discapacitados, aprovechan el viento de levante y una niebla espesa, característica de la zona en verano, para conseguir su propósito agarrados a flotadores caseros. Efectivos de Guardia Civil y del Servicio Marítimo localizan a la mayoría en el agua, tras lo que la Marina marroquí se hace cargo de ellos. 

Los inmigrantes que intentan cruzar a nado a la ciudad autónoma se lanzan desde la playa de Castillejos, en Fnideq (Marruecos), que es el municipio más próximo a Ceuta, en la bahía sur; o tratan de hacerlo desde Belyounech, punto próximo a la localidad ceutí de Benzú, en la bahía norte. Casi siempre lo hacen de noche, para esquivar a las autoridades. Es estas circunstancias, el equipo de operadores de cámaras térmicas de la Guardia Civil y el Servicio Marítimo juegan un papel clave. Estos agentes, encargados de vigilar todo el perímetro fronterizo, la zona de costa y las aguas territoriales, indican a las autoridades marroquíes dónde están los nadadores y después les brindan apoyo. 

Falta de medios en Ceuta

El problema, según denuncian fuentes de la Guardia Civil, es que la Comandancia de Ceuta no cuenta ni con los medios ni con las embarcaciones adecuadas para auxiliar a los inmigrantes y en muchas ocasiones los agentes se juegan la vida a la hora de rescatar a las personas en el agua. A la poca visibilidad, se suman las jornadas maratonianas de los agentes entre bahía y bahía, el riesgo de caer al mar o de que surja cualquier otro contratiempo con los nadadores, habida cuenta de que niegan a ser ayudados por temor a ser devueltos a su país de origen. «Sin medios adecuados y completamente desbordados, los guardias civiles arriesgan diariamente sus vidas en condiciones extremas. No queremos felicitaciones de los políticos en las redes sociales, sino acciones que mejoren nuestro trabajo», critica el secretario general la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Ceuta, Rachid Sbihi.  

Por ahora, el Ministerio del Interior no ha dispuesto ningún refuerzo de agentes este verano, más allá de los efectivos del Grupo de Respuesta y Seguridad (GRS), los antidisturbios de la Guardia Civil, y se desplazan a la ciudad autónoma en comisión de servicios cada año para reforzar la vigilancia del perímetro fronterizo. Las asociaciones profesionales han pedido al departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska 200 guardias civiles más para completar las plantillas del Servicio Marítimo y de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS). Una petición que no ha sido escuchada por Interior, pese a que, critican, el fenómeno de los nadadores vienen agravándose desde el año pasado. 

Según el último balance publicado por el Ministerio del Interior, en el último mes han llegado de por vía terrestre a la ciudad autónoma 614 inmigrantes irregulares. La cifra total en lo que llevamos de año es de 1.721, un 7,2% más que el mismo periodo del año pasado. Esta estadística, sin embargo, no recoge todos los intentos que se producen cada noche de personas interceptadas en el mar en labores que absorben totalmente el trabajo de la Guarida Civil y del Servicio Marítimo. La última entrada masiva de nadadores a Ceuta se produjo a finales de julio, cuando medio centenar de inmigrantes accedió por zonas del Tarajal y Benzú, aprovechando el temporal que azotó la costa.

«Marruecos no hace lo suficiente»

Fuentes de la Guardia Civil, por otro lado, critican que este trabajo de contención no puede recaer solo en la zona española. Si bien la colaboración de las autoridades marroquíes es constante e incluso han abierto una investigación para tratar de desmantelar las organizaciones que animan, sobre todo a través de redes sociales como TikTok, a lanzarse a los jóvenes al mar para llegar a España, distintos agentes advierten de que el país alauí «no hace lo suficiente para frenar este fenómeno». «¿Por qué Marruecos no ha invertido dinero en cámaras térmicas para la detección de los nadadores? Sería un gran avance. Al final, Marruecos intenta vender que hace todo lo que puede, pero no es así, no activan todos los medios de que disponen: más embarcaciones, más personal… Si quisiesen ni una sola persona saldría de sus costas», advierten.  

Estas mismas fuentes explican que al país vecino «le interesa mantener esa presión migratoria» para «tensar la cuerda con el Gobierno español». «Es una estrategia política, un tira y afloja en el que va ganando Marruecos, habida cuenta de que son cada vez más menores de los que se tiene que hacer cargo la ciudad autónoma». Frente a esta posición, sin embargo, otras fuentes insisten en una total colaboración por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes, que responde no solo al buen clima de las relaciones entre Madrid y Rabat, sino a la necesidad de acabar con la nefasta imagen internacional que está proyectando el país, del que mayoría de sus jóvenes trata de huir. Hasta ahora, esta peligrosa travesía se ha cobrado la vida de 23 personas, cuyos cadáveres han aparecido en las costas ceutíes.

La saturación en los centros de la ciudad autónoma han llevado al Gobierno de Ceuta a formalizar este jueves la solicitud de declaración de la situación de contingencia migratoria extraordinaria, en cumplimiento de la nueva ley de extranjería, que dicta que si una región triplica su capacidad de acogida de menores, el resto de comunidades debe responder solidariamente y tutelar a un número de esos adolescentes. Las cuotas se establece en función de criterios como la población o la renta per cápita. Ceuta da asistencia a 520 niños y niñas extranjeros pese a contar con 27 plazas ordinarias. En el caso de los adultos, la situación también está al límite. El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) acoge a 930 personas, una de las cifras más altas que se han registrado en esta instalación. 






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