El Gobierno se niega a aclarar en cuántos viajes incluyó al constructor clave de la trama Ábalos
El Ministerio de Transportes se escuda en la dificultad de recopilar los expedientes para ocultar la información sobre Ruz

José Ruz, en el centro de la imagen, a su llegada al Supremo. | Gustavo Valiente (Europa Press)
El Ministerio de Transportes oculta cuántas veces fue incluido en las comitivas gubernamentales de viajes oficiales el constructor que la Guardia Civil sitúa como clave en la trama de presunta corrupción por la que se investiga a José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Koldo García y Víctor de Aldama. Se trata de José Ruz, dueño de Levantina Ingeniería y Construcción (LIC), investigado por la Unidad Central Operativa (UCO) de este cuerpo en el marco de la causa que instruye el Tribunal Supremo, tras viajar a Argelia con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el supuesto objetivo de hacer negocios. Asimismo, Ruz fue invitado a participar en otro desplazamiento a Georgia que no llegó a producirse.
Para rechazar la petición de acceso a la información pública presentada por THE OBJECTIVE, el ministerio que dirige Óscar Puente ha justificado que «las comisiones de servicio con derecho a indemnización que haya podido generar gasto para este Departamento por los viajes efectuados por el ministro y la delegación que en cada caso haya podido acompañarle no incluyen información sobre las personas que no sean empleados del ministerio».
Un argumento que llama la atención, pues el mismo Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que pilotó Ábalos entre 2018 y 2021, certificó ante el Supremo que el entonces ministro había incluido en las delegaciones ministeriales a su acompañante Jésica hasta 13 veces en viajes oficiales. Unos desplazamientos que tuvieron un coste total de 120.000 euros para las cuentas públicas, tal y como publicó este medio, si bien el Ejecutivo aseguró seis meses después que había hecho los cálculos de forma errónea y que en realidad este cómputo no podía atribuirse únicamente a la ex mano derecha de Pedro Sánchez en el PSOE, sino a su equipo en conjunto.
«Las posibles referencias a personas ajenas a este Departamento que hayan podido acompañar al ministro (por ejemplo, empleados de alguna entidad pública, agencia, etc.) y que no hayan generado gasto, en caso de existir, se encontrarían dispersas entre la información de trabajo del gabinete del ministro (emails, notas internas, etc., todas ellas fuentes auxiliares y de apoyo de la actividad del órgano)», prosigue la respuesta del Gobierno a la consulta de este medio.
Considera por ello que «resultaría imposible localizar esa información de forma fiable (puede haber sido acompañado en el viaje sin que aparezca ninguna referencia a este hecho)», añade el texto firmado por Belén Villar, directora general de Organización e Inspección del ministerio bajo la lupa de la justicia. Tras el cese de Ábalos, Villar sustituyó en el cargo a Javier Sánchez Fuentefría, hoy recolocado como director general de Presupuestos de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y como consejero del ICO.
Tal y como ha ido publicando TO, José Ruz logró recuperar cerca de cinco millones de euros tras acompañar a Sánchez en una visita oficial a Argelia en circunstancias excepcionales, teniendo en cuenta que el empresario valenciano era el único que representaba a una pyme: el resto pertenecían a grandes cotizadas del Ibex. Estaba previsto que Ruz, que se coordinaba con Koldo y Aldama, fuese también a Tiflis con Ábalos en 2020, pero, en plena pandemia, el vuelo no llegó a salir.
La UCO sospecha que Ruz pudo ser beneficiado por el departamento que encabezaba Ábalos y que le pagaba una mensualidad de unos 2.600 euros netos a Koldo. En sede judicial, el constructor valenciano investigado, que ha recibido 16 millones de euros en ayudas públicas desde 2020, admitió haber pedido reunirse con Cerdán, pero negó haber pagado mordidas.
El Gobierno todavía no ha explicado por qué durante la etapa de Ábalos al frente de Transportes fueron incluidas en las delegaciones oficiales que viajaban de forma oficial personas completamente ajenas a los equipos de trabajo que participaban en las comitivas públicas. Este parece ser el caso de Ruz, pero también de Jésica, que según el Ejecutivo, acompañó en 13 ocasiones a Ábalos, si bien las pruebas a las que ha accedido este periódico elevan esta cifra a 18 desplazamientos, o un total de 31 si se tienen en cuenta comidas y otros actos.
Las fuentes gubernamentales han hecho hasta ahora hincapié en que la intrusión de estos acompañantes en los séquitos gubernamentales no comportó un sobrecoste adicional, algo que deberá aclarar la justicia, igual que los motivos que llevaron a personas sin una vinculación clara con estas misiones diplomáticas ni con el interés común a participar en viajes que requieren despliegues importantes de seguridad, organización y protocolo. Las delegaciones ministeriales viajan con mayores comodidades y privilegios que los ciudadanos de a pie que los sufragan, lo cual aconseja una estricta contención y ejemplaridad en el uso de los medios públicos.