Conde-Pumpido lamenta la «barra libre» para que los políticos critiquen al Constitucional
El presidente del TC ha recordado que Esteban González Pons tachó la institución de «cáncer»

El presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido. | Eduardo Parra (EP)
El presidente del Tribunal Constitucional (TC), Cándido Conde-Pumpido, ha reivindicado este jueves que «ninguna institución del Estado puede criticar a las demás». Ha lamentado que se considere «muy grave» que «se cuestione a los jueces» pero que haya «barra libre desde el ámbito político para cuestionar al TC». En torno a esta idea, ha recordado las palabras del ‘popular’ Esteban González Pons, que se refirió a la corte de garantías como un «cáncer».
«Parece que se ha generalizado la idea de que es muy grave que desde ámbitos políticos se cuestione a los jueces pero que, sin embargo, hay barra libre para desde el ámbito político cuestionar al TC y llamarle incluso cáncer de la democracia», ha dicho, en un desayuno informativo con la prensa para presentar la VI Conferencia Mundial sobre Justicia Constitucional, que se celebrará en Madrid entre el 28 y el 31 de octubre.
En la misma línea, ha incidido en que «ninguna institución del Estado puede criticar a las demás». «Ni los jueces deben hacer comentarios sobre los poderes del Estado, ni los poderes del Estado deben hacer comentarios sobre la actividad de los jueces, y sobre la actividad del TC mucho más» porque tiene un papel «muy difícil», ha subrayado.
Un exministro en el tribunal
Al hilo, Conde-Pumpido ha hecho una firme defensa de la «independencia del TC», razonando que «no tiene sentido» que «aquellos» que han elegido a sus magistrados luego «cuestionen la legitimidad del tribunal». «Quien descalifica desde la política al TC se está descalificando a sí mismo porque los magistrados del TC hemos sido elegidos por los tres poderes del Estado», ha enfatizado.
En particular, ha recriminado que se cuestione que pueda haber un exministro en el TC, como ocurre actualmente con Juan Carlos Campos, exministro de Justicia del Gobierno de Pedro Sánchez. Pumpido argumenta que, no solo es que haya precedentes en España, como el de Manuel Jiménez de Parga –exministro de Trabajo y expresidente del TC–, sino en el entorno europeo, citando el caso de Laurent Fabius, ex primer ministro y expresidente del Consejo Constitucional de Francia.
Asimismo, ha reprochado que se diga que los magistrados del TC están a merced de las críticas porque no tienen la misma trayectoria que los miembros del Poder Judicial. «Del TC, nueve de sus miembros pertenecen a la carrera judicial», ha contestado, apostillando que, paradógicamente, también enfrentan críticas desde el ámbito académico porque cree que su presencia en el Constitucional ha disminuido.
También se ha referido a las críticas que apuntan a una injerencia del TC en la jurisdicción del Tribunal Supremo (TS), respondiendo que el Constitucional es el órgano llamado a ejercer de «árbitro» entre los poderes del Estado para resolver los conflictos que puedan surgir.
De hecho, ha destacado que «nunca» han tenido «tantos conflictos entre poderes como ahora» y que, según la memoria anual del TC, el año pasado entraron un 24% más de asuntos en general. A su juicio, esta tendencia revela que «la confianza de la ciudadanía en la Justicia constitucional se incrementa», algo que ve contradictorio con los señalamientos públicos que se hacen al tribunal.
En la misma línea, ha aclarado que el TC inadmite o desestima la mayoría de los asuntos que se le plantean, frente a las «críticas» recibidas por los «pocos» que prosperan, entre los que ha mencionado las sentencias de la ley de amnistía y los ERE.
En este punto, también ha aludido al hecho de que se cuestione al TC por los votos particulares que acompañan las sentencias más delicadas, enmarcando en la normalidad que los magistrados discrepantes quieran dejar constancia de ello porque «hay temas que tienen un cierto contenido ideológico» y «hay personas que opinan diferente».