Guardias civiles denuncian que Interior oculta la «estadística real» de la inmigración en Ceuta
Critican que el Ministerio ignore los intentos de cruce a nado a la ciudad autónoma que se producen a diario desde julio

Dos inmigrantes, a su llegada a nado a la ciudad autónoma. | AUGC
La radiografía que ofrece el Ministerio del Interior sobre la inmigración irregular en Ceuta no es del todo fidedigna. Desde la Guardia Civil, diversas fuentes desplegadas en la ciudad autónoma denuncian que el área dirigida por Fernando Grande-Marlaska no publica una «estadística real» de la presión migratoria que sufre desde hace al menos cuatro meses. Según el último balance, en lo que llevamos de año han llegado a Ceuta por vía terrestre 2.980 personas, un 33,7% más que en el mismo periodo de 2024. Por vía marítima han llegado cuatro personas a bordo de dos embarcaciones, un 82,6% menos.
Estas cifras, denuncian las mismas fuentes, no incluyen los intentos de entrada a nado que se producen diariamente desde Marruecos y que tienen completamente desbordados a los agentes del instituto armado. En un principio, en el balance quincenal que ofrece Interior, la vía terrestre comprende la valla fronteriza y los espigones, pero fuentes policiales señalan que, más allá de algunas puntuales en el vallado, apenas ha habido entradas irregulares de este tipo. Por lo que, sostienen estas fuentes, la mayoría de esas casi 3.000 personas han llegado a territorio nacional tras una larga travesía por mar y entrar por la costa.
Esta última cifra incluye a las personas registradas a su llegada por la Policía Nacional y que después son derivadas al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta. Aunque también hay muchos que se esconden en la ciudad autónoma para después intentar llegar a la Península y no entran en ese número. En cualquier caso, lo significativo de la presión migratoria en Ceuta son los cientos de personas que cruzan a nado y son interceptados por la Guardia Civil y la Gendarmería Marroquí. Hace dos fines de semana, por ejemplo, entre el 10 y el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, hubo 330 intentos por mar, aseguran fuentes policiales. Y en el último mes, según los cálculos de las fuerzas de seguridad, ha habido 60 intentos diarios, es decir, se han localizado a 1.500 personas en aguas ceutíes.
La Guardia Civil, al límite
En un principio, el fenómeno de los nadadores —los inmigrantes que se lanzan al mar para llegar a Ceuta— se producía sobre todo durante los meses de verano, coincidiendo con el viento de levante y una niebla densa característica de la zona que permitía a los jóvenes pasar inadvertidos ante las autoridades. Ahora, sin embargo, esas condiciones parece que han dejado de resultar necesarias y cientos de personas, todavía hoy, siguen intentando acceder a la ciudad autónoma. Esto ha provocado que la Guardia Civil dedique grandes esfuerzos a contener a los nadadores desde el mes de julio.
Efectivos del Servicio Marítimo y del Grupo de Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil localizan a la mayoría en el agua, tras lo cual la Marina marroquí se hace cargo de ellos. La mayoría, en torno a un 90%, son devueltos en caliente a Marruecos tras ser identificados por las fuerzas de seguridad españolas. Las excepciones son los menores y aquellos ciudadanos que no son marroquíes, habida cuenta de que el país vecino no acepta a ciudadanos de un tercer país. Es el caso de los argelinos, bangladesíes, pakistaníes o palestinos, que también optan por esta ruta para llegar hasta España, aunque en menor medida
Inacción normativa del Gobierno
Aunque el escenario ya es crítico, podría recrudecerse aún más. La opción de devolver al otro lado de la frontera a los inmigrantes que están llegando a nado hasta Ceuta podría tener los días contados. Pese a que en teoría la ley de extranjería permite el rechazo en frontera, en el caso de los nadadores, esta herramienta legal ha quedado en entredicho desde enero de 2024. Un Juzgado de Ceuta estimó ese año dos demandas de dos ONG y anuló las devoluciones de una persona llegada a nado y de otra tras ser desembarcada, al entender que cuando los inmigrantes entran por mar no pueden ser rechazados en frontera.
La Administración recurrió en apelación las sentencias, que fueron confirmadas por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en abril de 2025. Ahora todo está en manos del Tribunal Supremo, que debe resolver en los próximos meses el recurso de casación interpuesto por el Estado y que fijará la interpretación definitiva de esta cuestión en la ley. Fuentes expertas en extranjería culpan de esta situación a la inacción normativa del Gobierno que, sostienen, podía haber solventado este conflicto en la última reforma de la norma, que ha hecho obligatorio el reparto de menores inmigrantes entre las comunidades autónomas cuando la capacidad de acogida de una esté por encima del 150%.
Presión sobre Baleares
Frente al frenazo de la inmigración irregular en Canarias, Baleares —junto a Ceuta— es la otra región que está padeciendo mayor presión migratoria este año a través de la ruta argelina. Una vía que en los últimos diez meses han utilizado 6.104 ciudadanos procedentes de África, un 84% más que el año anterior, según los datos del área de Grande-Marlaska. El Gobierno autonómico denuncia desde hace meses que el auge de la inmigración es un efecto colateral de la ruptura con el país argelino. Por este motivo, el ministro del Interior viajó a Argel el lunes pasado y se reunió con su homólogo para potenciar la cooperación bilateral entre ambos países y luchar contra la inmigración irregular.
La comunidad autónoma ha afrontado este verano una presión migratoria sin precedentes, con cifras que incluso han superado las registradas en el archipiélago canario durante el verano. En los últimos cuatro meses, de junio a septiembre, han llegado a Canarias 1.900 personas a bordo de 34 pateras, frente a las 3.900 que han arribado a las costas baleares en 224 embarcaciones. Baleares ha recibido durante ese periodo de tiempo el doble de inmigrantes (un 105,26% más) que las Islas Canarias.