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La Guardia Civil salva del embargo a Israel una herramienta clave para investigar la corrupción

Las licencias de Cellebrite, usado en el ‘caso Ábalos’, seguirán activas por razones de «seguridad nacional»

La Guardia Civil salva del embargo a Israel una herramienta clave para investigar la corrupción

Pedro Sánchez y Fernando Grande-Marlaska en el Congreso. | EFE

«450.000 euros se te deben. Y a mí se me deben 130 más. Y el hijo de puta de Santos se ha quedado con dinero de Antxon». Esta frase, pronunciada por Koldo García ante su entonces jefe, el ministro de Transportes José Luis Ábalos, es uno de los extractos de los audios que la Guardia Civil consiguió del teléfono del asesor y que ahora constituyen una de las pruebas claves contra la trama de corrupción. La Unidad Central Operativa (UCO) extrajo —y validó como auténticos— este y otros cientos de archivos de sus dispositivos utilizando la herramienta informática Cellebrite, diseñada por una empresa israelí puntera en el terreno de la seguridad. El embargo de armas contra Israel aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez en septiembre amenazó este tipo de contratos, pero finalmente la Guardia Civil podrá seguir utilizándola alegando razones de seguridad nacional. Se acaban de renovar las licencias por un periodo de 12 meses. No es el único software policial que ha conseguido salvarse del veto

Este pasado sábado, 15 de noviembre, ha comenzado a contar un nuevo ciclo de las licencias de Cellebrite. Un conjunto de herramientas que utilizan tanto la Policía como la Guardia Civil para perseguir el crimen y que resultan esenciales para su trabajo, tal y como describen agentes que trabajan a diario con ellas. Permiten, en esencia, bucear hasta las tripas de cualquier dispositivo —especialmente teléfonos móviles—, detectar cualquier tipo de archivo incluso aunque esté oculto, y extraerlo con todas las garantías para que pueda ser utilizado en un proceso judicial.

«El análisis de las evidencias digitales y especialmente de los teléfonos móviles presentes en las investigaciones policiales supone un reto complejo para nuestra organización», destaca la memoria adjuntas a uno de los contratos firmados por Interior para adquirir licencias de Cellebrite. En esta ocasión, el contrato fue adjudicado ya el pasado 13 de octubre por un valor de 741.127 euros.

Sin embargo, según explican fuentes policiales a THE OBJECTIVE, a los pocos días surgieron serias dudas sobre si se llegaría a ejecutar el contrato a partir de este 15 de noviembre. Interior analizó si podía chocar con el decreto de embargo de armas a Israel aprobado por el Consejo de Ministros el pasado mes de septiembre, y que ya ha afectado seriamente a algunas capacidades técnicas de las Fuerzas Armadas, como el uso de inhibidores de frecuencia contra artefactos explosivos. También a la propia Guardia Civil y a la Policía Nacional, que podrían perder el acceso a DarkBeast, herramienta clave en la persecución de pedófilos en la deep web).

Documentación técnica del contrato de Cellebrite.

Cláusula de seguridad nacional

Sin embargo, la adjudicación consiguió sobreponerse a esa alarma que se había suscitado en la cúpula política de Interior y salió adelante. «Han aprovechado la cláusula de razones de seguridad nacional para saltarse su propia norma, como era previsible», explican fuentes policiales de toda solvencia. Según explican, no es la primera vez que se recurre a esa cláusula. Ya ocurrió con otro contrato reciente para adquirir el sistema de escuchas Simon, vendido por la española Excem y propiedad original de Cognyte, tal y como avanzó Vozpopuli.

Estos movimientos han tranquilizado a los mandos y agentes de unidades de investigación tanto en Policía como en Guardia Civil, ya que se temía que desde el Gobierno se iba a cortar el acceso a cualquier herramienta informática israelí. Técnica y legalmente, las compras no se hacen directamente a empresas israelíes, sino a sus representantes españoles. Firman con un largo recorrido en la contratación pública y «operadores consolidados de la administración, como OnData, OnRetrieval o Dars».

Empresa israelí puntera

Cellebrite es una empresa israelí nacida en 1999. Está especializada en análisis forense digital y sus fundadores son Avi Yablonka, Yaron Baratz y Yuval Aflalo, vinculados a los servicios de seguridad israelí en el pasado. Su enfoque principal es desarrollar y proporcionar herramientas y servicios a agencias de aplicación de la ley, empresas y proveedores de servicios para recopilar, analizar y gestionar datos digitales de dispositivos móviles y otras fuentes. El producto más conocido de Cellebrite es el UFED (Universal Forensic Extraction Device, literalmente, aparato de extracción forense universal). Esta herramienta se utiliza para la extracción de datos de dispositivos móviles en investigaciones forense. La compañía tiene sede en 14 países. Su lema es «Acelera la justicia con Cellebrite».

Sus programas y soluciones se utilizan por parte de fuerzas de seguridad, agencias gubernamentales y empresas privadas en todo el mundo para recuperar información de teléfonos móviles, ordenadores y otros dispositivos electrónicos. En España, por ejemplo, la Guardia Civil recurrió a Cellebrite para rescatar información de la joven Diana Quer, asesinada en 2016. En aquel caso, fue el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil (Secrim) el que recurrió a la firma israelí en busca de pistas definitivas para confirmar la autoría de su asesinato.

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