El saldo poblacional de 2024: 700.000 extranjeros más y 195.000 españoles menos
Los habitantes de origen extranjero superan por primera vez los 10 millones y ya son el 20% de la población

Ilustración de Alejandra Svriz.
La población española aumentó en medio millón de personas por la inmigración en 2024. Son datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha publicado este martes el Censo Anual de Población. Estudiándolos en profundidad -la suma del saldo positivo de nacimientos menos muertes de los extranjeros- la población inmigrante de primera o segunda generación creció en más de 700.000 personas, y disminuyó en 195.000 la población autóctona por el invierno demográfico. El Gobierno presume de que los inmigrantes «están ayudando» al sistema de bienestar, pero los expertos advierten de que esto es un «disparate».
Así se expresa, entre otros, el demógrafo Alejandro Macarrón, en referencia a que «vinieron 626.000 inmigrantes netos más, pese a haber 4,3 millones de parados reales en el último trimestre de 2023 (incluida gente que quería trabajar pero no buscaba empleo), de los que 31% eran inmigrantes». Por origen, el 70,5% de los inmigrantes netos de 2024 fueron americanos, casi todos ellos hispanos (colombianos y venezolanos los que más, seguidos de peruanos, argentinos y cubanos); el 19,6% fueron africanos (59% marroquíes y 13% argelinos), el 7,8% asiáticos (pakistaníes, lo que más, seguidos de chinos), y tan sólo un 1,9% procedieron de otros países europeos.
El responsable de Estudios y Análisis Social de CEU-CEFAS ha calculado que entre 2018 y 2025, durante la presidencia de Sánchez, hay 3,5 millones más de personas nacidos en el extranjero y 1,4 millones de españoles menos. «Según la Estadística Continua de población del INE, un mes después de llegar Pedro Sánchez al poder residían en España 6,33 millones de nacidos en el extranjero. A 1 de octubre de 2025 eran 9,825 millones, que habrían sobrepasado a 1 de diciembre los 9,9 millones (20,0% de la población de España) de haber seguido llegando al ritmo de los trimestres anteriores (casi 3,6 millones más desde que Pedro Sánchez aterrizó en la Moncloa)», explica Macarrón, que cifra en más de diez millones los habitantes en España nacidos en el extranjero.
Este demógrafo ya vaticinó que en 2045, dados los flujos migratorios actuales y el invierno demográfico entre los españoles, los extranjeros superarían numéricamente a los autóctonos. Sus previsiones no hacen sino confirmarse con los últimos datos, relativos a 2024. «Ha sido un año muy sustitutivo en lo demográfico, vistos estos números. Ni bulos ni trolas: datos», dice Macarrón, que recalca que «perdimos 195.000 españoles autóctonos menos por más muertes que nacimientos».
El Gobierno ha celebrado estos números. La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha defendido este martes el papel que juega la inmigración en hacer más sostenible el sistema público de pensiones y, sobre todo, para afrontar las tensiones que supone la entrada en la jubilación de las personas que pertenecen a la generación del baby boom. En concreto, ha destacado que los inmigrantes «están ayudando» a sostener el estado de bienestar, contribuyen al rejuvenecimiento de la sociedad e impulsan la población en España «a un ritmo mucho mayor que países de nuestro entorno». La ministra ha apuntado que para 2025 estaba prevista una entrada de 400.000 personas y va a acabar rondando las 600.000.
«Un disparate»
Los expertos consideran que la estrategia del Gobierno consistente en «importar masivamente mano de obra extranjera para cubrir jubilaciones es un disparate». «No tiene en cuenta los parados actuales y futuros (los que genere la automatización de algunos empleos), el nivel de subempleo existente (la suma de parados oficiales y gente que aunque está trabajando a tiempo parcial quiere encontrar un empleo mejor es superior a cuatro millones) ni los inmigrantes en edad de trabajar que no trabajan y cobran subsidios», explica el economista Javier Santacruz.
Tampoco tiene en cuenta su impacto sobre la seguridad y sobre el mercado inmobiliario, extraordinariamente tensionado. Un reciente informe del Departamento de Estudios y Análisis Social de CEU-CEFAS, El problema de la vivienda en España: análisis y propuestas, señalaba la inmigración masiva como una de las principales causas de la crisis de vivienda, junto a la «obstrucción y lentitud en permisos», la «fiscalidad muy elevada» y la «desestructuración familiar».
Consultores inmobiliarios como José Luis Ruiz Bartolomé consideran que «la principal causa de la crisis de vivienda es la inmigración», puesto que «hay una demanda desaforada y una oferta que no responde a las necesidades del mercado»: «Desde 2021 los nuevos hogares (inmigrantes) triplican la oferta creada de vivienda». Alejandro Macarrón zanja con otro dato demoledor: «En 2024 solo se terminaron 100.000 viviendas nuevas, el 50% de las necesarias para esa nueva inmigración».
