El Tribunal de Cuentas ultima un informe sobre la gestión de Tezanos en el CIS desde 2018
La revisión aborda la estructura interna del organismo, la evolución de sus cuentas y la solidez técnica de sus barómetros

Ilustración de Alejandra Svriz.
El Tribunal de Cuentas tiene avanzada la fiscalización más amplia realizada hasta ahora del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Los trabajos, según fuentes del organismo fiscalizador, llevan en marcha unos meses y se harán públicos cuando se apruebe el informe. Esta investigación fue solicitada por el Partido Popular a medidos del año pasado y abarca toda la gestión de José Félix Tezanos desde su nombramiento como presidente del CIS en 2018. El informe, en fase de cierre técnico, pondrá bajo la lupa la evolución del gasto, la contratación pública, el funcionamiento interno del organismo y las encuestas, muchas de ellas externalizadas.
El examen del Tribunal de Cuentas llega tras años de controversias por la deriva presupuestaria del CIS y por unos barómetros, ampliamente cuestionados por sus escasos aciertos y sus resultados retocados a través de la cocina de Tezanos. Precisamente el veterano socialista deberá comparecer hoy -miércoles- en el Congreso. Allí deberá dar explicaciones sobre la gestión de un organismo cuya independencia se ha visto puesta en cuestión desde varias instancias.
Las fiscalizaciones del Tribunal de Cuentas integran análisis de contratos, control interno, planificación estratégica y evaluación de resultados. El Partido Popular solicitó examinar tres pilares: la gestión global del organismo, la metodología utilizada en los estudios y el incremento del gasto público desde 2018.
Examen al CIS de Tezanos
La Comisión Mixta Congreso-Senado aprobó la petición y el organismo fiscalizador, como ha constatado THE OBJECTIVE, ya tiene muy adelantados los trabajos. Estos incluyen requerimientos documentales, revisión de expedientes y análisis de las cuentas anuales depositadas. Por primera vez desde que Tezanos asumió la presidencia, todas las áreas sensibles del CIS se revisan de forma conjunta, lo que explica la expectativa generada entre los grupos parlamentarios.
Uno de los ejes centrales del examen es la evolución del presupuesto. En la etapa Tezanos, el CIS ha pasado de gestionar alrededor de ocho millones de euros a situarse en una estructura presupuestaria que supera los 15 millones. Oficialmente, este incremento se justifica por la ampliación del número de estudios, el fortalecimiento de la capacidad técnica y la necesidad de externalizar determinados trabajos de campo.
Sin embargo, la magnitud del crecimiento y su distribución interna han alimentado dudas sobre la eficiencia del gasto, la planificación y la correlación entre recursos invertidos y calidad de los resultados. El Tribunal analiza si la escalada presupuestaria se corresponde con una justificación sólida, si la contratación se ajustó a la normativa y si los controles internos fueron suficientes para garantizar un uso adecuado de los fondos.
Los barómetros, cuestionados
Los barómetros son otro de los frentes incluidos en el informe. Desde 2018, el CIS ha introducido cambios relevantes en el muestreo, ponderaciones y tratamiento de datos, algunos de ellos aplicados sin documentación pública detallada. Expertos demoscópicos, académicos y varios grupos parlamentarios han advertido de lagunas en la trazabilidad técnica de los estudios y de la ausencia de informes metodológicos completos en determinados ejercicios.
Aunque el Tribunal no valora sesgos políticos ni interpreta resultados, sí examina la suficiencia de la documentación interna, la coherencia estadística de los procesos y la calidad de los mecanismos de supervisión. Su objetivo es determinar si el CIS cumplió los estándares exigibles a un organismo oficial encargado de producir información que influye en la agenda pública.
El examen de la contratación pública ocupa un bloque especialmente relevante. La fiscalización en curso permitirá verificar si el correcto uso de las externalizaciones y constatará si eran necesarias por la falta de personal. El Tribunal de Cuentas fiscalizó el CIS en 2016, limitando su trabajo a ese año y a los ingresos y gastos.
Gestión interna
La gestión interna del CIS también forma parte del examen. El Tribunal analiza la planificación estratégica, la evolución de la plantilla, la asignación de responsabilidades y la existencia de mecanismos de control suficientemente robustos. La etapa de Tezanos ha estado marcada por una percepción continuada de falta de independencia del organismo, alimentada por el contraste entre los barómetros y otros estudios demoscópicos y por los reiterados desajustes con los resultados electorales.
La coincidencia entre la fase final del informe y la comparecencia de Tezanos en el Congreso añade presión política. Los grupos parlamentarios esperan respuestas sobre el aumento del gasto, la motivación de los contratos, la transparencia metodológica y la utilidad pública de los barómetros.
El Tribunal de Cuentas puede emitir recomendaciones, advertencias o identificar deficiencias relevantes que requieran actuaciones correctoras. En cualquier caso, la fiscalización marcará un punto de inflexión en la evaluación institucional del CIS y en el balance de la etapa de Tezanos, un periodo que ha transformado el organismo en uno de los más controvertidos del sector público español. Con su publicación prevista para los próximos meses, el documento establecerá el marco definitivo para analizar el uso de los recursos públicos, la calidad de la gestión y la credibilidad del principal organismo demoscópico del país.
