Inquietud en la Guardia Civil por el perfil del nuevo jefe de la UCO: «No lo conoce nadie»
Fuentes del cuerpo advierten de «su falta de experiencia en investigación» y de que no seguirá «una línea continuista»

El coronel Pedro Merino.
La decisión del Ministerio del Interior de colocar al coronel Pedro Merino al frente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha agravado en algunos sectores del cuerpo la inquietud que ya existía ante la inminente llegada de un nuevo responsable, en un momento en el que la unidad anticorrupción está en el foco mediático por las investigaciones que sigue contra el PSOE y el entorno directo del presidente Pedro Sánchez. Temerosos del aterrizaje en este departamento de un perfil más afín al Ejecutivo tras la salida de Rafael Yuste, fuentes del instituto armado muestran «incredulidad» y «asombro» por el nombramiento del coronel Merino, un «perfil bajo, desconocido», «sin experiencia en investigación» y que «no será de línea continuista».
Pese a su impecable trayectoria, en la que destacan cargos de responsabilidad como jefe de la Comandancia de Salamanca o vocal asesor en Seguridad Nacional, y experiencia profesional en la propia UCO como teniente en el Departamento de Delincuencia Económica y Anticorrupción a cargo actualmente de las pesquisas contra el Ejecutivo, el hándicap del coronel es que es «totalmente desconocido» por la mayoría de los oficiales y agentes. Además, su paso por la unidad que ahora dirige el teniente coronel Antonio Balas fue hace más de dos décadas. «No tiene el perfil de investigador que se requiere, no tiene curriculo en ese sentido. En la UCO estuvo unos años, pero no se mantuvo, y en cualquier caso la situación ahora es muy distinta», opinan las mismas fuentes.
«Había otros candidatos más idóneos y de línea continuista. Esto no significa que el elegido sea un mal coronel, pero está más que claro que no va a ser un perfil que impulse las investigaciones al Gobierno», denuncian fuentes de la Guardia Civil. En este sentido, critican que el Ministerio no se haya decantado por Balas, ante su inminente ascenso a coronel en la primavera de 2026. «Si hubiesen querido, lo podrían haber hecho, pero adelantaron el ascenso a general de Rafael Yuste a principios de noviembre para orquestarlo todo», denuncia un mando de la Benemérita.
«Se puede confiar en él»
En la misma línea, fuentes de la Guardia Civil también defienden que la teniente coronel María Dolores Gimeno Durán, que partía como favorita para el puesto, habría sido mucho más idónea para dirigir la UCO. Con una dilatada experiencia en el Departamento de Análisis Criminal de la Unidad Técnica de Policía Judicial y actualmente asesora del ministro del Interior en asuntos del cuerpo, Gimeno iba a ascender en marzo a coronel —la primera en la historia de la Benemérita—, requisito indispensable para dirigir la unidad anticorrupción. En un principio, existían fórmulas para reservar el cargo, pero finalmente el ministerio lo ha descartado.
«Deberían haber escogido a un líder con gran experiencia que garantizase la cohesión y la efectividad de la unidad, máxime cuando ahora se ventilan gran cantidad de causas que afectan al Gobierno y quedan tantos informes por salir. Era necesario un estilo de liderazgo que priorizase la continuidad operativa sobre cambios drásticos. Dolores Gimeno es una gran oficial que hubiese tirado con Balas en todo lo que queda por delante», advierten estas fuentes.
Frente a esta posición, mandos de la Guardia Civil destacan del nuevo jefe de la UCO su «rigurosidad y formalidad» en el trabajo, así como la «confianza» que despierta en los equipos que ha dirigido hasta ahora. El mando estuvo desde 2022 al frente de la Comandancia de Salamanca y tras promocionar a coronel, en diciembre del año pasado, ha estado en comisión de servicios en el Estado Mayor de la Guardia Civil, a la espera de ser destinado. Antes, también estuvo en la Unidad Técnica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, donde asesoraba a grupos operativos en temas relativos al fraude y al contrabando, y en la Casa Real, donde llegó a ser ayudante de campo de Felipe VI
Polémica con la salida de Yuste
Con este nombramiento, el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska pone fin a la polémica que generó la salida del general Yuste de la unidad anticorrupción. Un movimiento que si bien se enmarcaba en la normalidad de los ascensos que se producen en la Guardia Civil, generó cierto desasosiego en el cuerpo tras los intentos de injerencia del Ejecutivo en los casos de corrupción que investiga, así como de desprestigiar a sus agentes, a los que algunos ministros llegaron a señalar por las filtraciones a la prensa.
En el caso del exjefe de la UCO, según explicaron fuentes del instituto armado, el ascenso vino motivado por el pase a reserva de dos mandos que habían cumplido cuatro años en el empleo de general de brigada, tiempo máximo fijado por la ley. De este modo, se puso en marcha el proceso para su sustitución, al que podían optar aquellos que hubiesen superado el curso de ascenso a generalato. El coronel Rafael Yuste no solo había aprobado el curso, sino que era el primero de su promoción, por lo que tenía muchas opciones de ser finalmente uno de los elegidos.
Una vez que se crea la vacante, los aspirantes se presentan a la misma, y un órgano integrado por altos mandos del instituto armado evalúa y elabora una lista con el orden de preferencia final de los candidatos. Se tienen en cuenta méritos, condecoraciones, estudios y destinos durante la carrera profesional, que se presentan a la Dirección General. Ese orden se remite después al ministro del Interior y a la de Defensa, que deben acordar los nombramientos. Por lo general, los titulares suelen respetar las decisiones del comité colegiado, como ha sido en el caso de Yuste. La única excepción de Marlaska fue con el coronel Diego Pérez de los Cobos, y finalmente el Tribunal Supremo tumbó esa decisión.
El papel de López Malo
Fuentes de la Guardia Civil, no obstante, evitan dibujar un panorama tan alarmista en el futuro de la UCO. La salida de un responsable y la llegada de uno nuevo, pese a que en última instancia se trata de una decisión política, no implica que la unidad deje de hacer el trabajo que hacía hasta ahora. Las fuentes consultadas resaltan el papel de los agentes que integran el cuerpo de élite, que han demostrado durante décadas la independencia del poder. «La maquinaría está bien engrasada. Nosotros trabajamos solos, lo que sobran son oficiales. Además, cuando todo está judicializado, el trabajo va rodado».
Además, proseguían estas fuentes, quien dirige la UCO raramente conoce detalles concretos de la mayoría de las investigaciones, más allá de los aspectos generales. Menos aún cuando se trata de un asunto judicializado bajo secreto de sumario. Si es así, la información solo se comparte entre el instructor policial y la autoridad judicial. «Al final, lo que hace el coronel jefe es gestionar la unidad: pedir medios si se necesitan y encargarse de relación con los departamentos y los tenientes coroneles», aclaraban.
Por otro lado, fuentes del instituto armado recuerdan el papel clave que sigue jugando el general de Policía Judicial, Alfonso López Malo, a quien Yuste reportaba hasta hace semanas y bajo cuyo paraguas está la Unidad Central Operativa. Este general, que dirigió la unidad de élite hasta que ascendió en 2023, es uno de los altos mandos del cuerpo más respetados y también ha protegido en los últimos años el trabajo del teniente coronel Balas y de su equipo. López Malo puede estar en el cargo dos años más, si no asciende a general de división. En el Cuerpo, sin embargo, dan por hecho que será así. «Llegará a lo más alto».
