The Objective
El rincón de Espe

Juan de Antonio: «La innovación va a velocidad de la luz y la regulación a la velocidad del papel»

El CEO de Cabify narra su experiencia al frente de una multinacional con sangre española

Juan de Antonio (Madrid, 1979), fundador y CEO de Cabify, se sienta en El rincón de Espe para hablar de movilidad, regulación y del choque frontal entre innovación y burocracia. En una conversación directa, el empresario explica por qué España se ha convertido en un laberinto normativo con miles de reglas superpuestas, cómo la política optó por «repartir el problema» en lugar de resolverlo y por qué emprender aquí es cada vez más difícil. Sin rodeos y con datos, De Antonio defiende que la tecnología avanza mucho más rápido que las leyes y que, si no se corrige ese desfase, el coste lo acabarán pagando las ciudades y los ciudadanos.

P.- Pues buenos días, Juan. Qué honor. Y qué suerte que hayas querido venir a El rincón de Espe. Sé que lo hemos retrasado porque ha nacido tu cuarto hijo y eso sería una gran ilusión. ¿Cómo le has llamado?

R.- Pedro, se llama Pedro.

P.- ¿Pedro? ¡Pero qué horror! Pero le habrás puesto un segundo nombre.

R.- Pues mira, yo quería que se llamara Esteban o Ángel, como mis abuelos. Mi padre se apellida de Pedro, de Antonio de Pedro, y al final ese fue…

P.- ¿De Antonio de Pedro?

R.- De Antonio de Pedro, y mi madre, Rubio Álvaro. Tres de los cuatro apellidos son nombres.

P.- Sí, sí, de tus cuatro apellidos tres son nombres, fíjate. Es que él se llama Juan de Antonio.

R.- Exacto. Un placer estar aquí. Me da pena que hayamos tardado tanto, pero muy alegre.

«En España no se daban las condiciones adecuadas para que nosotros pudiéramos crecer»

P.- No, no. Era mucha alegría la que te venía. A ver, mira, yo creo que para los espectadores, que a lo mejor no te conocen, si te hubieran visto bajarte del coche aquí, que parecía exactamente Jeff Bezos, porque con el abrigo, con… En fin. No saben que eres, yo creo, de los poquísimos madrileños que en poquísimos años ha construido una multinacional muy importante. Y por eso yo te he traído aquí, para que cuentes cómo saliste de aquí de Madrid, según tengo entendido, porque sé que te casaste con una mexicana porque vivías en México… Pero cuenta cómo ha sido la creación de esta maravillosa multinacional que es Cabify.

R.- Bueno, como bien dices, Cabify es una empresa nacida en Madrid. Cumplimos 15 años en 2026. Somos una compañía joven.

P.- Son muy pocos años para una multinacional.

R.- Adolescentes ya. Fuimos multinacional en el año uno, porque habiendo lanzado en Madrid en 2011, en 2012 nos fuimos a Perú. Bueno, fuimos a tres países en Latinoamérica, y gracias a esa decisión sobrevivimos, porque en España no se daban las condiciones adecuadas para crecer.

P.- Claro, había una crisis terrible en aquel momento también. Aparte de otras condiciones para el sector, lo que había era una crisis.

R.- Efectivamente, fue una crisis durísima. En nuestro contexto particular, la regulación no nos permitía crecer. Nosotros somos, a diferencia de otras empresas más agresivas, nosotros siempre hemos buscado adaptarnos a la realidad local.

P.- Aunque yo opino que la regulación, más de la mitad de ellas, hay que quitarlas. Como Milei, que ha quitado 3000 regulaciones.

R.- Hay ciertas regulaciones que pueden tener sentido…

P.- ¿Estás en Argentina?

R.- Sí, en Argentina nos va muy bien, y de hecho fuimos la compañía que durante el gobierno de Macri más empleo creaó durante esos cuatro años. Es un mercado donde…

P.- Estuvo ocho, yo creo, Macri, ¿no? Los cuatro primeros le fue muy bien, y el segundo no le fue tan bien.

«En España puede haber más de 8.100 regulaciones distintas para la movilidad dentro de las ciudades»

R.- Me pillas, no recuerdo, pero lo que dices sobre la regulación, en España se da una situación muy particular. No se entiende que la movilidad de los españoles pueda diferir tantísimo de un municipio a otro, y la realidad es que Ábalos, en su momento, a través de un real decreto, decidió que no le interesaba resolver o abordar la cuestión de la movilidad de las ciudades en ese momento y repartió el problema entre las comunidades autónomas y, de forma indirecta, hacia los municipios. Esto lleva a la situación de España, donde puede haber más de 8100 regulaciones distintas para la movilidad dentro de las ciudades. La movilidad es una cosa local, todos lo entendemos, pero hay argumentos para que si queremos que haya empresas que funcionen bien y que los ciudadanos se puedan mover de un municipio a otro, pues algo tendrá que vertebrarlo. Entonces, efectivamente hay regulaciones que no se entienden y el caso de Argentina es un caso llamativo. La receta de Milei ante la falta de funcionalidad de lo que hizo Macri o…

P.- Sobre todo los Kirchner.

R.- Capa tras capa de regulación ha tenido que venir alguien a limpiar un poco eso, y creemos que puede funcionar.

P.- Hombre, si se cumpliera la ley en la que yo creo, que es que está permitido todo aquello que no está prohibido, a nadie le prohíben crear una empresa. ¿Pero a que no se puede fácilmente funcionar?

R.- Habiendo estado en distintos Gobiernos, sabe mucho mejor que yo que en nuestra forma de entender las regulaciones, o estás en una caja o eres ilegal, a diferencia de ese modelo de…

Juan de Antonio. | THE OBJECTIVE

P.- Exacto, que es todo lo contrario.

R.- Me lo llevo a mi terreno. Crear una empresa multinacional desde España…

P.- ¿Cómo lo creaste? Cuenta un poco cómo fue la creación.

R.- Yo venía de trabajar en la industria de los vehículos eléctricos. Ya en un momento de mi vida, en 2011, y habiendo pasado por distintas empresas, habiéndome formado profesionalmente, tuve la fortuna de estudiar un MBA [Máster en Administración y Dirección de Empresas] en Estados Unidos.

P.- Pero tú perteneces a una familia no especialmente rica, o sea, una familia normal, ¿no? Venías de Segovia.

R.- Mi padre, mi madre, toda mi familia vienen de un pequeño pueblo de Segovia que se llama La Velilla. Yo ya nací en Madrid, igual que mis hermanos, y tuve la inmensa fortuna, pues de haber nacido en un país como España en ese momento donde pueda acceder a una educación en los Salesianos de Estrecho y luego en la Universidad Politécnica de Madrid. Yo soy del distrito de Tetuán.

P.- ¿Qué hiciste en la Politécnica?

R.- Hice Ingeniería de Telecomunicaciones.

P.- Ah, claro. Esa es la carrera a la que es más difícil acceder hoy en día, incluso más difícil que Medicina, tengo entendido.

R.- Bueno, en ese momento era una carrera con difícil acceso. A mí me encantó estudiar.

P.- O sea que eras un buen estudiante.

R.- Se me dan bien las matemáticas. Pongámoslo así. No sé si era bueno o malo.

P.- Desde luego, a mí no se me daban bien, para qué te voy a engañar.

R.- Pues yo me sentía tremendamente afortunado de haber vivido una realidad muy distinta a la de la generación de mis padres. Y eso es gracias a haber nacido en ese momento en España. Tuve además la fortuna de que me dieran una beca para ir a estudiar a Estados Unidos con la beca Fulbright.

P.- ¿La Fulbright te dieron? O sea que eres un estudiante de primerísima.

R.- Bueno, contaba una historia, cuando relees lo que cuentas se parece mucho a la realidad, ¿no? Es decir, hoy me siento tremendamente afortunado y además creo que eso me lleva a tener una responsabilidad de que la siguiente generaciones vivan…

P.- Por tu país, claro.

R.- Entonces la beca Fulbright te permitía ir a Estados Unidos a aprender y luego volver a tu país…

P.- ¿A qué universidad americana fuiste?

R.- Estuve en Stanford, en California. Estuve allí dos años. Y allí me empapé de posibilidades. Habiendo nacido en mi barrio y no teniendo padres empresarios —mi padre era funcionario del Ayuntamiento de Madrid y mi madre trabajó también sirviendo no, porque mi padre es civil servant, como se dice en inglés, sirviendo, pues mi madre trabajó sirviendo desde muy pequeñita—. Yo me empapé de esa necesidad de habiendo tenido esa educación de mis padres, pues de devolver a la sociedad. Y ese MBA me dio esas posibilidades y me abrió los ojos a un mundo nuevo de opciones, porque tenía sentado en mi clase gente que había construido empresas, que había conseguido financiarse, no con recursos propios, no con el dinero de su familia, sino atrayendo capital e interés de inversores profesionales. Y entonces, habiendo hecho ese MBA, trabajé en una empresa de tecnología.

«Habiendo atraído inversores, mi recomendación sería atraer socios, establecer relaciones un poco más de alineamiento de valores»

P.- Qué importante es esto que estás diciendo para todos los jóvenes que nos escuchen, que no hace falta que el capital sea personal. Lo que hace falta es atraer inversores inteligentes.

R.- Inversores, mira…

P.- Todos los inversores son inteligentes. Y además cuando se estrellan dicen que es lo mejor para aprender.

R.- Habiendo atraído inversores, mi recomendación sería atraer socios, establecer relaciones un poco más de alineamiento de valores. Un inversor puede tener un objetivo puramente financiero, pero si además de eso…

P.- Y de repente te vende en el peor momento.

R.- Si además de eso consigues alguien alineado en valores o en propósito, un socio, pues es muchísimo más valioso. Pero volviendo a la historia, ahí trabajé en una startup de Estados Unidos de motos eléctricas, y estando ya en esa industria me di cuenta de que el propósito que perseguíamos con esa compañía, que era lograr que las ciudades fueran más habitables, se podía alcanzar de una mejor forma si conseguías, gracias a la tecnología, la posibilidad de compartir vehículos en lugar de de reemplazar un vehículo por otro. Y esa es la historia de Cabify. Es una historia de propósito, de transformación de las ciudades, de que el siglo XX ha traído muchísimas cosas positivas para el urbanismo de las ciudades, y las tecnologías que tenemos en el siglo XXI nos permiten dar un paso hacia adelante y mejorar nuestras ciudades.

FOTO: THE OBJECTIVE

P.- Pero ahora mismo Cabify también hace sharing, comparte coches, o más bien es para la necesidad de un ciudadano que quiere trasladarse.

R.- Nosotros entendemos el compartir el vehículo desde este contexto: un vehículo particular se usa el 5% del tiempo, el 95% del tiempo está aparcado, y eso hace que más del 80% del espacio de una ciudad esté siendo improductivo, porque está dedicado a vehículos que no están siendo utilizados. Entonces, la tecnología de hoy te permite compartir el vehículo entre particulares. El nombre Cabify viene de eso, de convertir en taxi, de que tener un coche particular con chófer —que al final es el concepto de un taxi— es algo que, a través de la tecnología, lo puedes hacer con mejor calidad y con una forma más eficiente. Porque mira el taxi —que en Madrid trabajan con nosotros más de un tercio de los taxis—, el taxi antes era productivo un 15 o un 20% del tiempo. ¿Por qué? Pues porque necesitabas tener línea de visión directa con tu pasajero. Entonces la probabilidad era baja. Con las radioemisoras, pues ampliaba un poco el radio, pero eso de llamar era poco eficiente. Con nuestra tecnología, llevamos ese porcentaje de ocupación de los taxis o VTC por encima del 60%. Entonces eso transforma la ciudad, porque ese vehículo particular compartido, esa eficiencia permite que la ciudad sea mucho más habitable.

P.- Acabo de entender el concepto compartido que has dicho tú. Porque efectivamente es que me pasó el otro día, que al salir del partido —donde desgraciadamente perdimos contra el Manchester—, no había manera. Yo esperando una lucecita verde. Tardó bastante. Me tuve que ir a la República Argentina, y allí sí.

R.- Hay que andar hacia la fuente de alimentación, por donde entran los taxis.

«Las grandes capitales europeas que tienen ratios de vehículos compartidos muy superiores a los de Madrid»

P.- No, no, pero yo anduve al revés, porque veía las luces verdes, pero me las habían quitado los de arriba. Tuve que bajar a la República Argentina.

R.- De fracasos, una larguísima lista. Bueno, de hecho, esta experiencia de intentar buscar un vehículo de servicio discrecional, que es como técnicamente se conoce, para volver a tu casa, es un problema que era mucho más grave hace diez años en ciudades como Madrid. Afortunadamente ha mejorado, pero queda mucho recorrido. Hablamos antes de la crisis. Recuerdo lo difícil que era conseguir un taxi en 2006. Sigue siendo difícil en algunas ocasiones. De hecho, hay un estudio de la Universidad Politécnica que ha sido presentado en una revista científica recientemente que habla de que en Madrid se necesitan entre 8 y 11.000 vehículos compartidos, a día de hoy, hablando de taxis, VTC, para satisfacer la demanda de una ciudad que ha crecido tantísimo y que, sin embargo, no ha aumentado el número de licencias de taxi desde 1979, año, por cierto, en que yo nací. Pero Madrid lo ha hecho mucho mejor que otras ciudades como Barcelona. En Barcelona no ha crecido tanto la oferta de vehículos compartidos y se necesitan miles de vehículos, según ese mismo estudio. Y si miramos a Europa —yo creo que es a donde hay que mirar—, ciudades como Madrid o Barcelona tienen que compararse con Londres, o con París, o con grandes capitales europeas que tienen ratios de vehículos compartidos muy superiores a los de Madrid, de dos o tres veces esos vehículos compartidos. Recordemos que en Madrid cada día circulan más de dos millones de vehículos particulares. Eso habla de la necesidad de ese transporte discrecional. Tenemos un transporte público colectivo maravilloso, pero sigue habiendo necesidad de aumentar esa oferta.

P.- Pero bueno, a mí lo que más me impresiona y lo que creo que más atractivo va a ser para nuestros espectadores es esa idea que tuviste y cómo empezó el desarrollo. Porque supongo que habrás tenido, como todo el mundo, muchas dificultades y pequeños fracasos, aparte del exitazo final. Y eso es lo que me gustaría que contaras. Desde México.

R.- De fracasos, hay una larguísima lista…

P.- Pero es que el fracaso es la posibilidad de empezar de nuevo, más inteligentemente. Eso lo dijo Ana Obregón, que es una actriz, pero es una tía muy inteligente, que tiene una carrera y lo dijo. Eso es para mí el fracaso, la posibilidad empezar de nuevo, más inteligente.

R.- En la compañía, cuando llegan los nuevos empleados les contamos nuestra historia y les hablamos de los valores que queremos que permanezcan en la empresa.

P.- ¿Cuáles son?

R.- Mira, mucho de lo que hacemos es animarles a que se equivoquen. Entonces hablamos de ser humildes, porque para que te tienes que poder equivocar y hablar de ello, porque a través de esa de equivocación, aprendemos todo. Pero también tienes que ser valiente. Tienes que ser valiente para asumir el riesgo de cometer un error. Hablamos de ser imparables, de ser coherentes. Esos cuatro.

P.- ¿Imparable qué es?

R.- Que no te pueden detener.

Juan de Antonio. | THE OBJECTIVE

P.- ¿Que no se te ponga nada por delante?

R.- Hay que ponerlo en su contexto también. Hay que ser humilde, o sea, se equilibran mutuamente. Pero efectivamente, cuando lo que quieres es transformar una ciudad, la forma en la que nos movemos y, como bien dices, puedes tener regulaciones que miran hacia detrás, necesitas un propósito que alimente esa energía para moverte. Entonces esos cuatro conceptos buscan darte un espacio para tomar decisiones sabiendo que queremos que te equivoques, pero equivocarte para luego corregir. No vale equivocarse sin más, tienes que aprender de esos errores. Entonces, en la historia de Cabify hay muchísimos errores, y el que más errores ha cometido, pues he sido yo. Lo que hemos hecho es aprender.

P.- Y por lo tanto has empezado de nuevo, más inteligentemente.

R.- Muchísimas veces.

P.- Igual que Ana Obregón.

R.- Exactamente. Nuestra industria se ha ido reinventando año tras año. Mira, hemos tardado tiempo en darnos cuenta que en ciertos países pues no teníamos cabida, por ejemplo, España. En España en 2011 cuando empezamos, pues no fue el mejor país donde lanzar.

P.- Y fuisteis a Sudamérica.

R.- Nos fuimos. En ese momento abrimos, entre mayo y octubre de 2012, Perú, Chile y también México.

P.- ¿Y el tránsito de las motos eléctricas a los coches compartidos cómo fue mentalmente? ¿Por qué?

R.- Pues el contexto fue que un vehículo eléctrico genera menos contaminación que un vehículo de combustión, localmente, en la ciudad. A la hora de respirar el aire —me muevo mucho en bici—, entre un diésel y un vehículo eléctrico en una ciudad, pues hay diferencia. Entonces ese era el contexto. Estando la industria, como tú bien apuntas, dice: «Bueno, depende. Estás cambiando un vehículo por otro. ¿Cuál es la cadena de producción de ese vehículo?» Tiene más implicaciones.

P.- Y además es que estabas en medio de gigantes de ese sector, ¿no?.

R.- Todavía no había crecido la industria. En ese momento estaba empezando. En 2011, pues fue cuando dijimos: «Si la tecnología en lugar de usarla para descarbonizar el vehículo, la usamos para compartir el vehículo, pues a partir de ahí el vehículo que tengas será mucho más productivo». Un gran valor que aporta Cabify en un país como España que un vehículo particular tiene de media 13 años de antigüedad.

P.- Justo lo que tiene el mío.

R.- Uno operando en Cabify está en torno a dos. Solo en las tecnologías, un motor de combustión de hace 13 años no tiene nada que ver con uno de hoy. Entonces eso ayuda muchísimo a la eficiencia de nuestro modelo. Pero lo que decías: en ese momento había otras empresas de la industria, sí. Muchas de esas ya no existen. Nosotros creamos algo distinto. Creamos una empresa que miraba a medio largo plazo, que se enfocaba en calidad.

P.- Pero está Uber, por ejemplo, y ya estaba entonces, ¿o no?

R.- Había empresas que se conocieran, estaba Sidecar, estaba…

P.- ¿Sidecar? Para mí eran «sidecar».

R.- Desapareció, por eso no la conoces. Yo creo que MyTaxi ya existía por aquel entonces, pero mucho de esto fue evolucionando y cada uno fuimos buscando nuestro espacio. La diferencia de Cabify es esa visión a largo plazo, esa apuesta por la calidad, por la seguridad, por la sostenibilidad, por crear algo que perdure, comparado a otras compañías que van más a lo inmediato. Y como te decía, respetar la regulación es parte de eso. Nosotros creamos una sociedad en España desde donde se facturan y reconocen todos nuestros ingresos, nos preocupamos de temas laborales…

«Aquí tenemos nuestra sede corporativa, donde está nuestra propiedad intelectual. Todos los ingresos de todos los países fluyen por España»

P.- O sea que pagas impuestos en España.

R.- Allá donde estamos, a nuestros socios conductores les obligamos a que declaren sus ingresos. Nosotros del ticket, nuestra comisión la declaramos en cada uno de los países donde operamos, y además en España tenemos nuestra sede corporativa, donde está toda nuestra propiedad intelectual. Entonces, todos los ingresos de todos los países fluyen por España y los trayectos de otros países pues pagan, si quieres, un royalty por la propiedad intelectual de España, que es aquí donde se reconoce que somos una empresa española —el nombre no ayuda—. La verdad es que el nombre no da muestra de esa españolidad.

P.- Pero no es negativo. Hay muchísimas que ahora ponen nombres en inglés. Precisamente muchas multinacionales.

R.- Hace poco hicimos un análisis para entender qué porcentaje de nuestros clientes sabía que éramos españoles, y era bastante bajo.

P.- Yo no lo sabía el día en que te conocí.

R.- Pues fíjate, estabas en la mayoría de los clientes que no lo saben. Si hacemos esa pregunta, por otro lado, en Argentina, sale que más del 60% de los argentinos piensa que Cabify es argentina.

P.- Eso es bueno.

R.- Es un país excepcional, y fíjate, para nosotros es uno de nuestros principales…

P.- ¿Dónde más estáis? Has dicho ahora, Perú, Argentina… ¿Dónde más? Me decías que llegas un poco tarde porque no parabas de hablar de Japón. O sea que ya, si vas a estar en Asia… Yo no sabía que estabas en Asia.

R.- Bueno, volviendo a los errores, hubo un momento en el que en Latinoamérica estábamos en muchos países, pequeños y grandes. Durante la covid, durante la pandemia, siendo un negocio de movilidad, pues aparte de las dificultades personales que todos pasamos, a nivel negocio tuvimos que tomar decisiones difíciles, de cerrar países. Entonces, a día de hoy estamos en Argentina, Chile, Colombia, Perú, Uruguay y España.

P.- ¡Caray, y después de haber cerrado!

R.- Después de haber cerrado.

P.- Ahora estabas hablando con Japón. ¿Por qué en Japón?

R.- Tenemos accionistas que están en Japón, tenemos accionistas en Estados Unidos y la gran mayoría de los accionistas que estamos en España. Cabify es una empresa que más del 30% de las acciones están en manos de empleados o antiguos empleados de la compañía. Y tenía esa llamada a las 8.00 de la mañana porque es difícil cuadrar horario Japón con horario San Francisco con horario Madrid. Es una es una hora incómoda para todos, es la que funciona.

P.- Pues nada, Juan ha sido para mí una gran ilusión que vinieras y además creo que va a ser muy importante para nuestros espectadores conocer cómo un madrileño sin especiales dotaciones económicas ni de familia, ni… Pues resulta que hoy en día es un aspirante a Jeff Bezos.

R.- Agradezco mucho la invitación y si te pudiera dejar con un mensaje es para que haya compañías como Amazon, como Google, compañías a las que haces referencia, esta cuestión regulatoria de la que hablábamos es un lastre. Nos comparamos antes con otras compañías. Compañías como Cabify en otros países han crecido muy rápidamente en su mercado natural, han creado ese músculo y a partir de ahí han salido fuera a a crear valor. Nuestra historia es la opuesta: gracias a que salimos a otros países pudimos pudimos sobrevivir y volver a España. Si queremos que nuestro país continúe generando prosperidad y riqueza para futuras generaciones, es necesario que pongamos en valor la necesidad de que la innovación se respete para que se cree valor aquí y no nos venga impuesto de fuera.

Juan de Antonio. | THE OBJECTIVE

P.- Que se revisen todas las regulaciones y se supriman o se deroguen las que no sirven, porque uno hace una regulación para un momento. Ahora mismo, por ejemplo, se hizo para la pandemia una regulación que decía que se pueden cambiar del presupuesto de una sección a otra y gastarse lo que está aprobado para una cosa en otra. Bueno, eso le viene fenomenal a Pedro Sánchez porque así no tiene que hacer presupuestos, tiene todo el dinero que quiere para todo lo que quiere y no tiene que gastar en lo que no quiere. Y claro, eso es un disparate. Una regulación tiene que tener un plazo, acabarse y derogarse. Y yo que soy europeísta, porque creo en los principios de la Unión Europea, creo que desgraciadamente la burocracia bruselense nos está llevando, pues eso, a lo que quieren ellos, ¿cómo le llaman? Al decrecimiento. Y es que eso es un disparate. Tenemos que ir a todo lo contrario. ¿Y cómo? Pues apoyando empresas como la de Juan, que lo que ha hecho es eso: crear empleo aquí y llevar nuestra imagen por el mundo entero.

R.- Pues muchas gracias. Por ponerlo en términos de un ingeniero de telecomunicación: la innovación va a velocidad de la luz y la regulación a la velocidad del papel. Y si ya es difícil construir un papel, a todos nos cuesta más destruirlo. Ahí dejémoslo.

P.- Exacto. Muchísimas gracias, Juan. Gracias por estar en El rincón de Espe.

R.- Un placer.

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