Ingenieros sevillanos desarrollan marquesinas que reducen hasta 20º C la temperatura
El primer prototipo será instalado en la capital hispalense el año 2024
Investigadores sevillanos de la Escuela Superior de Ingenieros procedentes de la Universidad de Sevilla han diseñado una marquesina de autobús capaz de reducir 20º C la temperatura en la zona de espera. Estas marquesinas están respaldadas por el Consistorio de Sevilla y por la Junta de Andalucía. La instalación en las calles sevillanas se plantea para el próximo año.
La primera «parada refrigerada» se instalará en la avenida de la Cruz Roja. La intención es que la iniciativa llegue a todos los rincones de Sevilla, donde en verano se pueden alcanzar hasta los 50º C y el tiempo de espera de un autobús podría llegar a ser de 20 minutos. El sistema funcionará en las horas centrales de calor, concretamente entre las 13:00 y las 19:00h.
La investigación de los ingenieros ubicados en el Parque Científico y Tecnológico Cartuja permite detectar cuándo hay un pasajero esperando y automáticamente activa un sistema de acondicionamiento térmico. La parada cuenta con un tanque subterráneo donde se ubica el agua depurada. Este elemento está conectado a una serie de tubos que recorren el interior de la marquesina y permiten su refrigeración. En el techo se encuentran instalados los sensores y las placas solares que generan la retroalimentación del sistema.
Según asegura el estudio «Thermal conditioning of short-term stays. Radiant solution in a bus stop in Seville» publicado en Science Talks, la marquesina es autosuficiente, por lo que produce electricidad y agua fría por sí misma, gracias a las placas solares que producen electricidad de día día y enfrían el agua por la noche. Además, los sensores ubicados en el techo de la marquesina permiten un funcionamiento autónomo del sistema. La marquesina detiene su funcionamiento en caso de que bajaran las temperaturas o ante la ausencia de personas en la parada.
Por la noche, el agua del tanque se traslada hasta las placas solares donde se enfría. Una vez enfriada, vuelve al tanque subterráneo, donde se mantiene fría. En el momento en el que la marquesina detecta la presencia de personas, activa su sistema autónomo y el agua recorre los tubos instalados alrededor de la estructura que expulsa el frío a través de unos «poros» muy pequeños que hacen descender la temperatura considerablemente.
En el proyecto también ha participado un grupo de arquitectos, los cuales han colaborado con la selección de materiales. Según ha asegurado José Sánchez, profesor investigador en el proyecto, a THE OBJECTIVE, el coste de este sistema es el mismo que el de las marquesinas de vidrio actualmente instaladas: «Sustituimos el elemento vidrio con un elemento muy pesado radiante. Eso hizo que la marquesina se abaratara en cuestión de 5.000 euros. Aprovechamos la reducción de coste para introducir más elementos innovadores y para que así costase lo mismo».
El origen de este proyecto se remonta al año 2016, donde comenzaron con la búsqueda de convocatorias europeas. En 2018 fueron beneficiarios en dos proyectos. A partir de ahí, un equipo cada vez más grande se activó para la puesta en marcha del proyecto. La licitación ya está redactada y es cuestión de meses su instalación.
Según ha explicado el profesor investigador José Sánchez a THE OBJECTIVE, la Universidad siempre ha estado implicada en este tipo de investigaciones para crear estos espacios de «microclima» en las ciudades. Desde la Expo del 92 se planteaba ya esta idea y durante los años posteriores se han trabajado diferentes elementos. Pero es ahora, con las ayudas económicas, cuando se han podido llevar las tesis desarrolladas a la acción.
La iniciativa parte del proyecto Life WaterCool, cuyo objetivo principal es el diseño de herramientas innovadoras que permitan responder a los nuevos desafíos propios del cambio climático en las ciudades. Life WaterCool está cofinanciado por la iniciativa Life de la UE y entre otros objetivos plantea desarrollar un sistema de gestión del agua basado en la red para suavizar el impacto de los efectos extremos relacionados con el agua vinculados al cambio climático, mejorar el clima urbano en el área de demostración o desarrollar nuevas herramientas para la gestión colaborativa de organismo públicos y privados.
Proyectos ante el calor histórico
Andalucía vive su tercera ola de calor en este año, que dispara los termómetros hasta los 44º C. La Aemet ha activado sus alertas naranjas en Córdoba, Granada, Jaén y Málaga. Estas temperaturas se producen debido a un anticiclón situado en la zona del Mediterráneo central y Túnez, extendiéndose hasta la península ibérica.
El estudio y aplicación de las «marquesinas inteligentes» es un recurso más ante la situación que vive el mundo entero con respecto al cambio climático. Según un estudio de la Universidad de Bristol encabezado por la investigadora Vikki Thompson y también referido en National Geographic, existe una «alta probabilidad de que los eventos de calor extremo aumenten durante el próximo siglo».
El aumento de temperatura generalizado también afecta en gran medida a la salud pública. Según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona y el Instituto Nacional de Salud de Francia, publicado en la revista Nature, entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre del año 2022, se produjeron un total de 61.672 muertes por calor en un total de 35 países europeos. Estas cifras incitan a pensar en la necesidad de una respuesta integral ante los cambios climatológicos que está experimentando el planeta.