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La Universidad de Jaén estudia los microgeles como respuesta a la lucha contra el cáncer

Los microgeles con nanopartículas de oro permitirían un tratamiento más personalizado

La Universidad de Jaén estudia los microgeles como respuesta a la lucha contra el cáncer

Partículas de gel de un milímetro de diámetro (izquierda) que cuando absorben agua se hinchan aumentando considerablemente su tamaño (derecha).

La Universidad de Jaén colabora en una investigación encabezada por la profesora Claire Mangeney de la Universidad París Descartes. El estudio pretende investigar los micro- y nanoportadores, los cuales funcionan como vehículos de sustancias de interés biomédico a través del sistema circulatorio. Lo que se plantea es que, en vez de inyectar en el paciente el principio activo «libre», se inyecte dentro del portador – en el microgel en el caso de esta investigación -.

Las ventajas de utilizar portadores como el microgel son numerosas. Entre ellas, según han explicado a THE OBJECTIVE la Dra. María del Mar Ramos y el Dr. Manuel Quesada Pérez, profesores del departamento de Física de la Escuela Politécnica Superior de Linares (Universidad de Jaén), que «el uso de los nanoportadores puede aumentar el tiempo en el que el medicamento está circulando en sangre una vez inyectado». Además, existe la posibilidad de reducir los efectos secundarios de los principios activos.

El desarrollo de este portador implicaría una nueva forma de diagnosticar y tratar algunos tipos de cáncer: «Esta terapia se podría aplicar de forma complementaria a la radioterapia o la quimioterapia mejorando el pronóstico de algunos cánceres», explican María del Mar Ramos y Manuel Quesada. Además, los efectos secundarios son muy dañinos en el caso de los tratamientos oncológicos, por lo que el uso de nanoportadores suscita un especial interés en la lucha contra el cáncer.

Otro aspecto que se está estudiando a través de estos nanoportadores es la forma de poder aplicar calor «de manera que se produzca un calentamiento homogéneo y localizado en el tumor, y que resulte mínimamente invasivo». Para ello, el estudio se centra en el uso de nanopartículas que son capaces de convertir la luz en calor.

Desde hace tiempo, se utilizan en medicina nanoportadores, como los liposomas. En el estudio en el que colabora la Universidad de Jaén, la investigación se centra en otro posible nanoportador: los microgeles y nanogeles.

Actualmente, los microgeles como portadores de principios activos están en su mayoría en fase de experimentación: «Existen algunos casos de microgeles en ensayos preclínicos y unos pocos clínicos. Hasta donde nosotros sabemos, el estudio más avanzado es el de un microgel en la fase IV de los ensayos clínicos (última fase del ensayo) para su uso tópico en el tratamiento del acné», explican los profesores del departamento de Física de la Escuela Politécnica Superior de Linares a THE OBJECTIVE.

El grupo de investigación comenzó con el estudio de los microgeles hace más de una década, considerando a estos nanoportadores como «candidatos excelentes para convertirse en bala mágica». El concepto de «bala mágica», en el campo de las terapias del cáncer, se refiere a la idea de que un portador traslade el fármaco hasta la región del cuerpo afectada sin dañar a las células sanas. En este sentido, muchos de estos microgeles se contraen sobre sí mismos expulsando lo que contienen en su interior en caso de elevar la temperatura: «Esto les permitiría liberar el fármaco de manera controlada. Por ello se suele decir que los microgeles son partículas inteligentes», aseguran los investigadores.

La investigación todavía se encuentra frente a algunas barreras. Cualquier nanoportador que se proponga en el ámbito médico requiere pasar por un proceso médico «muy garantista y que requiere mucho tiempo y dinero». En este análisis, es necesario garantizar que el nanoportador presenta baja toxicidad, es biodegradable o hipoalergénico, entre otras exigencias. Debido a este largo proceso, a la industria médica le resulta más rentable usar nanoportadores que ya han sido aprobados.

Según han explicado la Dra. María del Mar Ramos y el Dr. Manuel Quesada Pérez, en el caso de los microgeles, el principal obstáculo ante el que se enfrentan es que todavía se desconoce cómo se degradan y eliminan del organismo: «Antes de poder ser usados en humanos necesitamos comprender mucho mejor dónde pueden terminar estos materiales – hígado, riñón, etc.) y cómo los puede depurar el cuerpo humano».

La Dra. María del Mar Ramos y el Dr. Manuel Quesada Pérez han asegurado que ya han pensado en sus futuros pasos en esta línea de investigación. En este caso, se ha solicitado un proyecto en el que se plantea estudiar la difusión, encapsulación y liberación de principios activos tópicos en microgeles o nanogeles.

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