Así se mejora naturalmente la circulación sanguínea del cerebro

El cerebro humano necesita de un suministro constante de oxígeno y de flujo sanguíneo para poder funcionar. Esta oxigenación es algo clave para asegurar la actividad cerebral y garantizar el funcionamiento del sistema nervioso, así como de las glándulas, los músculos y los órganos del cuerpo en general.

«Nuestro cerebro necesita casi el 20 por ciento del oxígeno disponible para la función normal, lo que hace esencial para la supervivencia la regulación estricta de flujo sanguíneo y del suministro de oxígeno», señalan al respecto de esto en un artículo del National Center for Biotechnology and Information. 

En este sentido, el flujo sanguíneo al cerebro es indispensable para el transporte de glucosa y otros nutrientes a este órgano. Es por ello que su funcionamiento óptimo es esencial para que las personas puedan mantener una buena salud.

Estos son los factores de riesgo de la mala circulación en el cerebro

La mala circulación al cerebro ocurre cuando hay algo que interfiere con el sistema circulatorio. Puede ser el resultado de interrupciones, trastornos o enfermedades subyacentes. Los obstáculos en los vasos sanguíneos dificultan, por tanto, que la sangre atraviese y llegue al cerebro.

Lo que ocurre al impedir la circulación cerebral es que llegan a este órgano menos oxígeno y glucosa. Cuando las células no obtienen el oxígeno que necesitan, por tanto, no pueden funcionar con normalidad, según explican desde la web Gammaknife. Algo a tener en cuenta es que cualquier persona puede tener problemas de circulación cerebral. No obstante, hay algunos factores que aumentan el riesgo para ciertas personas:

• Presión arterial alta
• Colesterol alto
• Consumo de alcohol
• Fumar
• Inactividad 
• Edad avanzada

Formas de favorecer el flujo sanguíneo cerebral

Como ocurre con casi todos los problemas de salud, es posible intentar evitar la mala circulación en el cerebro cambiando o implementando una serie de hábitos en el día a día. La American Association of Neurological Surgeons destaca cinco recomendaciones a este respecto:

• Hacer ejercicio aeróbico

Esta es una forma de elevar la función cardiovascular y el suministro de sangre al cerebro. Así mismo, también sirve para aumentar la velocidad del flujo sanguíneo cerebral medio. Una forma de practicar este tipo de ejercicio puede ser simplemente hacer caminatas diarias de por lo menos media hora. Otras opciones también recomendadas son clases de baile, paseos en bicicleta o rutinas de ejercicios específicos de gimnasia aeróbica. Algo importante a tener en cuenta es que siempre hay que hacer una consulta médica antes de empezar con el ejercicio.

• Consumir alimentos que estimulan la circulación

Nature Reviews Neuroscience publicaba un artículo en el que explicaba que algunos tipos de alimentos ayudan a estimular el flujo sanguíneo cerebral. Entre ellos están todos aquellos que aportan antioxidantes, hidratos de carbono, proteínas y Omega-3. Según lo que recomienda esta entrada, algunos de los que son importantes incluir en la dieta son: huevos, arándanos, frutillas, cítricos, salmón, sardina, palta, aceite de oliva o nueces. Por último, algo que también aconseja es evitar largos períodos de ayuno. 

• No fumar, mantenerse en peso y evitar el estrés

​El tabaco tiene efectos en la progresión de la enfermedad de Alzheimer y el sobrepeso o la obesidad, por otro lado, son factores de riesgo de enfermedades cerebrovasculares. Algo que también afecta a la circulación cerebral es el estrés, por lo que lo aconsejable es implementar prácticas para evitarlo como la meditación o diferentes técnicas de relajación.

• Ejercitar cada día el cerebro

Entrenar las funciones cognitivas, como son la memoria, la curiosidad o el interés también tiene efectos beneficiosos. Todo ello contribuye a crear más tejido y más estructuras resistentes ante posibles enfermedades. Además, aprender cosas nuevas cada día es algo que siempre suma.

• Emociones positivas

Mientras que las actitudes negativas alteran la neuroquímica del cerebro, las emociones positivas tienen un efecto muy beneficioso.