Agricultores andaluces reclaman precios justos para salvar la producción de naranja de zumo
El alza global de precios no beneficia a los agricultores locales, afectados por la crisis productiva en el sector
Un camión lleno de naranjas de Valencia | The Palm Beach Post / Zuma Press
Las organizaciones agrarias ASAJA-Andalucía y ASAJA-Alicante han denunciado públicamente las prácticas abusivas que, según afirman, están llevando a cabo las industrias citrícolas dedicadas a la producción de zumo. Según estas asociaciones, dichas empresas estarían ofreciendo precios de compra muy por debajo del mercado, con cotizaciones de apenas 15 céntimos por kilo de naranja ya recolectada y cargada, un valor que no cubre los costes de producción. Estas prácticas podrían infringir la Ley de la Cadena Alimentaria, diseñada para garantizar que cada eslabón del sector agroalimentario reciba una remuneración justa.
En los últimos años, el precio del zumo de naranja ha mostrado una tendencia al alza debido a la creciente demanda mundial y a la limitada oferta. Sin embargo, este aumento en los precios internacionales no se refleja en el precio que reciben los agricultores españoles por su producto, lo que ASAJA califica como una situación «abusiva».
Los agricultores de regiones clave como Andalucía y Alicante, destacadas por su alta producción de cítricos, enfrentan ofertas que no solo están muy por debajo de los estándares internacionales, sino que también son inferiores al umbral mínimo para cubrir sus gastos de producción.
La sequía y diversas enfermedades han reducido drásticamente la producción mundial, provocando un déficit que ha elevado el precio de la fruta y del concentrado congelado de naranja. A pesar de este contexto global favorable, los agricultores locales no perciben beneficios acordes.
Impacto en consumidores y agricultores
ASAJA destaca que, mientras los agricultores reciben precios irrisorios, el consumidor final paga entre 2.5 y 4 euros por litro de zumo de naranja en supermercados, una cifra que puede alcanzar los 6 euros si el zumo es recién exprimido. Estos altos precios, en un producto básico para una dieta saludable, contrastan con los bajos ingresos que reciben los productores. De acuerdo con estimaciones de las asociaciones, de un kilo de naranjas se extraen aproximadamente 0,5 litros de zumo, lo que sugiere que hay margen suficiente para ofrecer un precio más justo tanto al consumidor como al agricultor.
José Vicente Andreu, presidente de ASAJA Alicante, destacó la necesidad de equilibrar los precios en el sector, sugiriendo que el zumo de naranja debería venderse entre 1,5 y 2,5 euros por litro, mientras que los agricultores deberían recibir entre 30 y 35 céntimos por kilo de naranja. Según Andreu, corregir estas diferencias es esencial para asegurar la viabilidad y sostenibilidad de la actividad citrícola.
Denuncia en curso
Ambas organizaciones agrarias han anunciado que presentarán un informe ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), señalando a las empresas que pudieran estar incurriendo en prácticas desleales, como la pérdida de valor, algo expresamente prohibido por la Ley de la Cadena Alimentaria. En este contexto, el presidente de ASAJA Andalucía, Ricardo Serra, ha pedido la intervención inmediata del Ministerio de Agricultura y de la AICA para proteger a los citricultores, especialmente por ser el eslabón más vulnerable de la cadena. Serra subrayó la importancia de mantener a los agricultores en el campo: «Sin él, sin el agricultor y sin la producción en el campo, todo lo demás se cae. Y para que el agricultor siga en el campo, las producciones tienen que ser rentables».
Un llamado a los agricultores
Además de las denuncias públicas y las gestiones ante las autoridades, ASAJA ha instado a los agricultores a no aceptar ventas a pérdida y a defender el valor de su trabajo. Andreu apeló directamente a los citricultores alicantinos, pidiéndoles que rechacen cualquier operación que implique vender por debajo de los costes.
Las organizaciones recalcan que la solución pasa por equilibrar los precios a lo largo de toda la cadena: reducir el precio al consumidor y garantizar una retribución justa a los productores. Esto no solo beneficiaría a los agricultores, sino que también contribuiría a hacer del zumo de naranja un producto más accesible para los hogares españoles.
El escenario actual pone en cuestión la sostenibilidad del sector citrícola en España, un motor económico y social clave en regiones como Andalucía y Alicante. ASAJA ha hecho un llamado a las autoridades para tomar medidas inmediatas que regulen las prácticas comerciales desleales y protejan a los agricultores, en un intento de garantizar un futuro viable para esta actividad.
Problema internacional
Según han explicado agricultores a THE OBJECTIVE, la escasez de zumo de naranja en el mercado mundial tiene un vínculo directo con los problemas que enfrentan los principales países productores, como Brasil y Estados Unidos, así como con regiones clave en Europa. Brasil, que suministra más del 70 % del zumo de naranja global, ha visto una fuerte disminución en su producción debido a factores climáticos adversos, como olas de calor y sequías prolongadas, junto con la propagación de enfermedades como el Huanglongbing (HLB), conocido también como enverdecimiento de los cítricos, que afecta severamente a los huertos.
En Brasil, la caída en la producción ha sido alarmante, con cifras que marcan un récord negativo en las últimas tres décadas. Mientras tanto, la industria procesadora enfrenta dificultades para abastecer a todos los mercados, ya que cada región exige estándares específicos de calidad en dulzura, acidez y color del jugo. Este panorama, sumado a problemas similares en Estados Unidos y Europa, ha generado una presión adicional sobre el suministro global, afectando la capacidad de los países para mantener la estabilidad de precios y atender la creciente demanda internacional.
