Los empresarios prevén pérdidas en Algeciras con el desvío de rutas de Maersk a Tánger
Las restricciones europeas y los menores costes en Marruecos son las principales claves en la decisión de la empresa

Los buques Maersk Denver y Mary Maersk en el puerto de Algeciras. | Marcos Moreno (Europa Press)
La reciente decisión de la naviera danesa Maersk de desviar parte de sus rutas internacionales del Puerto de Algeciras a Tánger-Med, en Marruecos, ha generado una gran inquietud entre los empresarios y representantes del sector logístico español. Esta reconfiguración operativa, que incluye el cese de operaciones del servicio MECL (Middle East-India-US East Coast Line), supone un nuevo desafío para la competitividad del que hasta ahora era uno de los principales nodos portuarios del Mediterráneo occidental.
Según ha expresado la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), este movimiento tiene implicaciones significativas para la actividad económica asociada al puerto, abarcando desde la estiba y controles aduaneros hasta servicios técnicos como reparaciones y avituallamiento. La Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC) ha expresado su preocupación por la naturaleza irreversible de los desvíos de rutas, destacando que el tráfico de transbordo trasladado a Tánger-Med difícilmente vuelve al Puerto de Algeciras. Por ello, empresarios del sector consideran que este paso implica pérdidas mayúsculas.
Factores detrás de la decisión
Entre las razones del cambio destacan dos principalmente. Por un lado los menores costes operativos en Marruecos y por otro el impacto del nuevo reglamento europeo de comercio de derechos de emisión (ETS, por sus siglas en inglés). Esta normativa, que grava las emisiones de dióxido de carbono en función de las millas recorridas hacia puertos de la UE, encarece significativamente las operaciones en el Puerto de Algeciras. Según han explicado a THE OBJECTIVE operarios, aunque se han aplicado medidas para mitigar el efecto competitivo como la figura de puertos vecinos de transbordo, las navieras parecen optar por alternativas más rentables como Tánger-Med. Una tendencia que podría ir al alza en los próximos años.
Adicionalmente, Maersk ha citado las restricciones impuestas por el Gobierno de España al comercio de mercancías entre Estados Unidos e Israel como otro elemento que ha motivado esta decisión. Esta combinación de factores económicos, legislativos y logísticos ha llevado a la naviera danesa a dar prioridad al puerto marroquí, que además cuenta con capacidad operativa y expansión suficiente para atraer tráfico adicional. Según reconoce el sector logístico, podríamos estar «ante el inicio de una repercusión mayor».
Tanger-Med consolida su ventaja en el sector
El puerto de Tánger-Med ha sido diseñado desde sus inicios para competir con instalaciones como el Puerto de Algeciras. Su ubicación estratégica, a solo unas millas náuticas del estrecho de Gibraltar, y su infraestructura moderna han permitido captar un tráfico que históricamente beneficiaba al puerto español. Con la construcción de nuevos muelles y un enfoque gubernamental que apuesta por él, Marruecos se sitúa en el panorama internacional como una alternativa con gran competitividad para las grandes navieras internacionales.
El presidente de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar, Carlos Fenoy, expresó en medios locales su preocupación por este desplazamiento, señalando que la UE debería revisar el sistema ETS cuanto antes para evitar que más puertos europeos sufran esta fuga de actividad. Fenoy subrayó que lo sucedido con Maersk pone de relieve los efectos adversos de normativas mal diseñadas en términos de competitividad global.
Repercusiones y preocupación
El desvío de rutas de Maersk no solo afecta al tráfico del Puerto de Algeciras, sino también a la economía local y regional. Decenas de empresas que dependen de la actividad portuaria, desde transportistas hasta agencias de servicios marítimos, podrían enfrentar pérdidas sustanciales debido a la reducción en el volumen de operaciones. Cada ruta desviada conlleva un impacto directo en la generación de empleo y en la cadena logística de la zona.
Además, esta decisión intensifica la preocupación por la capacidad de la infraestructura española para competir en un mercado global en el que los costes y las regulaciones son cada vez más determinantes. Mientras Marruecos amplía su capacidad portuaria, España aborda desafíos asociados a las normativas ambientales y la demora en inversiones críticas, como la mejora del corredor ferroviario Algeciras-Bobadilla, clave para conectar el puerto gaditano con el resto de Europa.
Retos a largo plazo
La decisión de Maersk deja sobre la mesa un clima de incertidumbre sobre el futuro de los puertos europeos bajo las actuales condiciones regulatorias. Durante una reunión reciente, España solicitó formalmente a la Comisión Europea una revisión urgente del sistema ETS para evitar una desventaja competitiva que puede afectar gravemente a la economía marítima comunitaria. Hasta ahora no hay indicios de que esta solicitud se traduzca en cambios concretos a corto plazo.
Expertos advierten de que el exceso de regulación y burocracia en Europa puede llevar a más deslocalizaciones hacia territorios con menos restricciones. Esta situación refleja un problema estructural en la aplicación de políticas que generan consecuencias imprevistas en la competitividad de los puertos.
La nueva estrategia de Maersk, que empezará con la llegada del buque Maersk Atlanta 509W al puerto de Mundra en febrero, representa una tendencia que podría repetirse con otras navieras si no se abordan los problemas estructurales del Puerto de Algeciras y las normativas europeas. A medida que Marruecos continúa consolidando su ventaja en el estrecho de Gibraltar, España y Europa tienen el desafío de adaptarse a un panorama logístico más competitivo y dinámico.