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Andalucía

La Fiscalía investiga el megaproyecto de Gibraltar en aguas disputadas con España

Mientras las obras avanzan, crece la alarma por el daño ecológico en la protegida franja costera este del Peñón

La Fiscalía investiga el megaproyecto de Gibraltar en aguas disputadas con España

Recreación del Eastside Project. | TNG GLOBAL

La Fiscalía de Medio Ambiente ha iniciado una investigación oficial sobre los trabajos de relleno costero que se desarrollan en la zona este de Gibraltar, tras una denuncia interpuesta por la organización ecologista Verdemar-Ecologistas en Acción. El foco de las pesquisas es el Eastside Project, un ambicioso plan urbanístico que contempla la construcción de un complejo residencial de lujo sobre terrenos ganados al mar. España considera que estos rellenos se realizan en aguas bajo su soberanía, lo que suma un componente diplomático a un caso ya de por sí cargado de tensión ambiental y legal.

La denuncia de Verdemar, presentada hace más de cuatro meses, ha impulsado la intervención de la Unidad Especializada de Medio Ambiente, bajo la dirección de Antonio Vercher. Según adelantó Europa Sur, fuentes de la Fiscalía General del Estado, ya han solicitado informes técnicos y ambientales para determinar si las obras vulneran normativa nacional o internacional.

La actividad constructiva, que se había ralentizado por temporales y lluvias durante el invierno, ha recuperado ritmo con la llegada de la primavera. Según testigos de la zona explican a THE OBJECTIVE, camiones cargados de piedras cruzan diariamente la frontera desde Málaga, mientras maquinaria pesada trabaja sin pausa en la construcción de un rompeolas, dragados y otras infraestructuras marinas en la costa oriental del Peñón. El material utilizado, principalmente rocas, procede de la cantera de La Utrera, ubicada entre los municipios malagueños de Casares y Manilva. Esta zona está protegida por su valor natural y arqueológico y pone de manifiesto el choque medioambiental que supone esta extracción.

La obra continúa frente a las críticas

El megaproyecto, promovido por la empresa TNG Global Foundation, con sede en Vietnam, incluye más de 1.300 viviendas, zonas comerciales, un hotel, una torre de 25 plantas, un puerto deportivo de 541 amarres, un club náutico y viviendas de protección oficial. El plan fue desbloqueado en 2020 tras años de inactividad y se ha convertido en uno de los mayores desarrollos inmobiliarios en la historia reciente de Gibraltar.

La segunda fase del Eastside Project recibió luz verde el mes pasado por parte de la Comisión de Desarrollo y Planificación (DPC) de Gibraltar, pese a la oposición de residentes, organizaciones ecologistas y del propio ministro gibraltareño Leslie Bruzon. Este último expresó su preocupación por el tamaño del rompeolas, que podría alterar significativamente el paisaje y la dinámica costera de Catalan Bay, una pintoresca zona muy valorada por vecinos y turistas.

En respuesta a estas inquietudes, el ministro de Medio Ambiente, John Cortes, propuso que los miembros de la DPC realizaran una visita al lugar, incluso por mar, para evaluar sobre el terreno el impacto del rompeolas. También se debatió el uso de arena dragada para regenerar playas que, previsiblemente, sufrirán erosión a causa de las obras.

Daño ecológico y tensiones

Mientras tanto, desde España se estudia el impacto ambiental de la extracción de materiales en la cantera malagueña. Las consejerías de Cultura y de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía están evaluando si las actividades mineras comprometen bienes de interés cultural o hábitats protegidos. El área forma parte de la Red Natura 2000 y está catalogada como Zona Especial de Conservación (ZEC) del Estrecho Oriental.

Como insisten desde Verdemar, el relleno de entre uno y dos millones de metros cúbicos de material se estaría llevando a cabo sobre un corredor biológico de gran relevancia, situado en plena ruta migratoria de diversas especies. Señalan, además, que este entorno acoge fauna especialmente sensible, así como formaciones coralinas presentes en esa franja costera. También alertan sobre la posibilidad de que algunas de las rocas empleadas en las obras contengan residuos contaminantes.

Otro punto de conflicto es la instalación de una estación de repostaje en el puerto deportivo, lo que ha generado preocupaciones sobre el riesgo de vertidos y contaminación. La ubicación del tanque de combustible, combinada con el tráfico náutico previsto, podría representar, según los ecologistas, una amenaza para el entorno marino. Los promotores aseguran que se han implementado todos los sistemas de seguridad requeridos.

La actuación en la costa gibraltareña se produce en un contexto de fricciones diplomáticas entre España y Reino Unido, agravadas desde la salida británica de la Unión Europea. Gibraltar no cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales, lo que conlleva el vertido directo de aguas sin depurar al mar. Este problema, que se ha perpetuado en el tiempo y parece enquistado, afecta especialmente a la bahía de Algeciras y ha sido denunciado en múltiples ocasiones por autoridades españolas.

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