La Unesco valora incluir Doñana en su 'lista negra' ante el deterioro del parque natural
Pese a ciertos avances, el organismo advierte de un daño acumulado que pone en jaque su integridad ecológica

Marisma del Coto de Doñana. | Joaquín Corchero (Europa Press)
La situación del Espacio Natural de Doñana, uno de los humedales más importantes de Europa, ha generado una nueva advertencia por parte de la Unesco. La organización internacional ha solicitado a España una intervención inmediata y efectiva para revertir el grave deterioro del acuífero Almonte-Marisma, recurso hídrico esencial para la supervivencia del parque. En caso de que no se adopten medidas contundentes, el espacio protegido podría ser inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, lo que supondría un duro golpe para su prestigio internacional.
El Comité de Patrimonio de la Humanidad, reunido en París, ha analizado la evolución del estado ecológico de Doñana y ha mostrado su inquietud ante la persistente sobreexplotación del acuífero subterráneo. Según el borrador de decisión de la Unesco, los datos actuales indican que tres de cada cinco masas de agua del sistema subterráneo permanecen en situación de grave estrés hídrico, a pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades españolas en los últimos años.
Medidas como el cierre de casi 300 pozos ilegales o la suspensión de nuevas concesiones de agua han sido valoradas positivamente por el organismo internacional, pero no se consideran suficientes para detener el proceso de degradación. El documento hace hincapié en la necesidad de aplicar políticas que reduzcan las extracciones, establezcan límites sostenibles y fortalezcan los sistemas de control y seguimiento de los recursos hídricos.
Riesgo «inminente»
Según los datos oficiales a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, el acuífero Almonte-Marisma es el pilar que sostiene la biodiversidad de Doñana, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1994. Este sistema hídrico subterráneo, que abarca más de 2.400 kilómetros cuadrados, mantiene en funcionamiento lagunas, marismas y otros ecosistemas clave. Su declive pone en peligro a numerosas especies, especialmente a las aves migratorias que utilizan esta zona como punto de descanso y reproducción.
El uso intensivo del agua para regadíos agrícolas, abastecimiento urbano y turismo ha ejercido una presión constante sobre el acuífero. A esto se suma el agravamiento del cambio climático, que está provocando sequías más prolongadas y una reducción significativa de la recarga natural de las aguas subterráneas. La Unesco considera esencial que se evalúe con precisión la capacidad de regeneración del acuífero y se establezcan límites estrictos de extracción basados en evidencias científicas.
La necesidad de un análisis en profundidad
Uno de los puntos que más preocupan al organismo es el retraso en la aplicación de un modelo ecohidrológico integral, que permitiría entender de forma precisa las interacciones entre las aguas superficiales y subterráneas. Esta herramienta es clave para adaptar la gestión del agua al nuevo escenario climático. La falta de avances en este ámbito limita la capacidad de reacción frente a una crisis que se agudiza con el tiempo.
En paralelo, se reconoce el valor del Plan Hidrológico del Guadalquivir (2021-2027), que proporciona un marco normativo para la gestión hídrica a nivel de cuenca. También se valora positivamente la futura puesta en marcha del Programa de Adaptación al Cambio Climático de Doñana, una herramienta que debe estar lista antes de que termine el año y que se considera esencial para reforzar la resiliencia del espacio natural ante las nuevas condiciones climáticas.
Indicios preocupantes
La situación actual de Doñana también se refleja en los indicadores biológicos. La Unesco ha señalado una disminución alarmante en el éxito reproductivo de las aves en la zona, lo que sugiere un desequilibrio ecológico sostenido. Este fenómeno es una señal clara de que los ecosistemas están bajo un estrés considerable, lo que refuerza la necesidad de adoptar medidas de conservación con urgencia.
Entre los avances más recientes, la organización destaca la adquisición por parte de la Junta de Andalucía de la finca Veta La Palma, una zona de alto valor ecológico que contribuirá a ampliar las áreas de protección. Asimismo, considera acertada la presentación de indicadores de seguimiento ambiental y la propuesta de crear una zona de amortiguamiento que ayude a reducir las presiones externas sobre el parque.
No obstante, la Unesco también alerta sobre nuevas amenazas potenciales, como el proyecto minero de Aznalcóllar, que se plantea que reactive la producción para 2028. Este desarrollo industrial podría tener efectos negativos sobre el acuífero y, por ende, sobre todo el sistema ecológico de Doñana. Por ello, exige una evaluación ambiental exhaustiva que analice detalladamente las repercusiones del proyecto antes de permitir su avance.
Avisos de los ecologistas
Por otra parte, organizaciones ecologistas como WWF España denuncian que la gestión actual del acuífero es insostenible. Sus análisis indican que se está extrayendo más agua de la que el sistema puede recargar, con un índice de explotación que supera el 100 %. Proponen como solución la aplicación inmediata de un Plan de Extracciones que limite el uso del agua, la eliminación de regadíos ilegales y la clausura definitiva de pozos sin autorización.
El retraso en la ejecución de estas medidas preocupa tanto a los expertos como a las organizaciones internacionales. La creación de las Comunidades de Usuarios de Masas de Agua Subterránea ha sido un paso importante, pero todavía no se han puesto en funcionamiento planes eficaces para reducir el consumo. La falta de acción coordinada entre el Estado y la Junta de Andalucía ha sido señalada como una de las causas del lento avance.
Mientras tanto, toda la atención se centra en la posible y preocupante inclusión de Doñana en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro. Esta clasificación supondría un reconocimiento internacional del fracaso en la gestión de este espacio protegido y dañaría seriamente la imagen de España como un país comprometido con la conservación de su patrimonio natural.