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Andalucía

Andalucía concentra el 80% del aceite español y los productores reclaman precios más altos

Las cooperativas gestionan la mayoría de las existencias y analizan cómo ajustar los precios en origen

Andalucía concentra el 80% del aceite español y los productores reclaman precios más altos

Aceite de primer prensado en frío tras el primer filtrado | Carlos Castro (Europa Press)

El precio en origen del aceite de oliva permanece estable en torno a los 3,5 euros por kilo, pese a que los productores andaluces consideran que debería situarse más alto para reflejar la realidad del mercado. La razón principal es que Jaén, Córdoba y Granada almacenan la mayor parte del aceite disponible en España, lo que les otorga un peso decisivo en la formación de precios.

Según datos del Ministerio de Agricultura, a mediados de agosto había en el conjunto del país unas 645.000 toneladas de aceite sin vender. De esa cifra, cerca del 80% estaba en manos de cooperativas y productores, mientras que solo el 20% pertenecía a empresas envasadoras. Este reparto refuerza la posición de los agricultores, que reclaman aprovechar esta circunstancia para presionar al alza el valor en origen. Calculan que un incremento de un solo euro por kilo supondría un beneficio adicional de más de 4.000 millones de euros para el sector.

Balance de existencias

A pesar de que los datos de existencias no son homogéneos, permiten analizar la situación del sector. Mientras el Ministerio hablaba de 645.000 toneladas, la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) publicó que, a 31 de julio, quedaban en el mercado 513.613 toneladas. En este último balance, 321.936 estaban en manos de productores, 187.725 correspondían a los envasadores y 3.952 al Patrimonio Comunal Olivarero.

Ambas fuentes dibujan la misma tendencia: la mayor parte del aceite está controlada por quienes lo producen. En cualquier caso, los datos de AICA muestran que la comercialización marcha a buen ritmo, ya que a finales de julio el 87% de la campaña –que superó los 1,22 millones de toneladas– ya se había vendido.

Campaña anterior

COAG Jaén subraya que el porcentaje de aceite almacenado es ahora menor que hace un año. En julio de 2024, el 40% de la producción seguía en las bodegas, frente al 36% registrado en el mismo mes de 2025. Además, la cosecha pasada fue aproximadamente un 50% más baja, lo que significa que, pese a una producción mayor este año, la salida de aceite al mercado ha sido más ágil.

Para esta organización agraria, no hay argumentos que justifiquen la caída de los precios en origen. Señalan que no existen excedentes ni stock suficiente en los principales países productores como para provocar una presión a la baja.

Preocupación por la próxima campaña

Los agricultores también miran con inquietud a la próxima cosecha. El olivar está sujeto a la vecería, que alterna años de alta y baja producción, y este factor se verá reforzado por las condiciones adversas registradas en los últimos meses. Según han explicado productores a THE OBJECTIVE, las altas temperaturas de mayo afectaron a la floración en determinadas zonas, las plagas han reducido el potencial productivo (aunque no la calidad del fruto) y la falta de agua en julio y agosto ha generado un notable estrés hídrico en el campo.

En este contexto, las almazaras conservan apenas un 13% del aceite producido en sus instalaciones, lo que, a juicio de los agricultores, confirma que la oferta es limitada y que no debería haber descensos en los precios.

Actores internacionales

El mercado internacional también ofrece un panorama amplio de la salud del sector. El Consejo Oleícola Internacional (COI) recuerda que Brasil se ha consolidado como un actor relevante en el comercio mundial, aunque es un país importador. Representa alrededor del 9% de las compras globales y el 3,1% del consumo total, con un promedio de 0,4 kilos por persona y campaña.

En 2023/24, sus importaciones cayeron un 11%, hasta las 81.000 toneladas, debido al encarecimiento de los precios en origen. Portugal sigue siendo su principal proveedor, con un 57% del mercado, aunque redujo sus exportaciones un 14% respecto a la campaña anterior. La Unión Europea en su conjunto vende a Brasil una media de 79.000 toneladas por campaña, con un valor cercano a los 403 millones de euros.

En la campaña actual, entre octubre y mayo, se enviaron 42.000 toneladas desde la UE, en su mayoría virgen extra. A pesar de que el volumen exportado en 2022/23 cayó casi un 20%, los ingresos aumentaron más del 12% por el encarecimiento del producto. Un año más tarde, el valor volvió a crecer un 44,9%.

Precios y consumo en la UE

El comportamiento de los precios confirma la volatilidad. En julio de 2025, el virgen extra se pagaba en Jaén a 358,5 euros por cada 100 kilos, lo que equivale a unos 3,58 €/kg. En Grecia la cotización era de 360 €/100 kg, mientras que en Italia alcanzaba los 970 €/100 kg.

En paralelo, el Índice de Precios de Consumo Armonizado del aceite de oliva en la UE-27 marcó en mayo una caída interanual del 26%, prolongando la tendencia bajista iniciada en abril de 2024. Francia, Finlandia y Rumanía registraron los descensos más acusados.

Tensión en el sector

El balance de los productores es claro: el aceite se comercializa con rapidez, las existencias son limitadas y la próxima campaña se presenta incierta. Sin embargo, los precios en origen permanecen estancados en un nivel que los agricultores consideran insuficiente.

Con Andalucía como epicentro del almacenamiento, los productores reclaman que se reconozca su peso en el mercado y que se traslade a los precios una parte de la rentabilidad que hoy, aseguran, se queda en otros eslabones de la cadena.

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