Polémica por el coste de la campaña electoral para el rectorado de la Universidad de Sevilla
La propuesta de reducir en un 90% el presupuesto reabre el debate sobre el uso de fondos públicos

Togados al inicio del acto de Apertura del curso académico de la Universidad de Sevilla. | Rocío Ruz (EP)
La Universidad de Sevilla (US) celebra este mes las primeras elecciones con sufragio universal ponderado en más de dos décadas. El proceso –un hito democrático para la institución– ha arrancado con un debate: la financiación de la campaña electoral. La asignación de 70.000 euros en fondos públicos para sufragar los gastos de los siete aspirantes al Rectorado ha despertado críticas dentro de la comunidad universitaria y ha marcado el inicio de la carrera por el relevo de Miguel Ángel Castro.
La Junta Electoral General de la US aprobó el pasado jueves el acuerdo que regula la campaña con una dotación de 10.000 euros para cada candidatura. El objetivo, según fuentes de la institución, es garantizar la igualdad de oportunidades entre todos los participantes, siguiendo criterios similares a los de anteriores procesos. Sin embargo, el número de candidatos –siete en total– ha elevado la cifra global hasta esos 70.000 euros, una cantidad que para algunos sectores resulta desproporcionada dada la actual situación económica de la universidad.
Críticas en la candidatura
Entre quienes han mostrado su rechazo figura Ángeles Gallego, catedrática de Organización de Empresas y una de las aspirantes al Rectorado, que ha hecho de la austeridad su bandera. En declaraciones a THE OBJECTIVE, explica que su decisión de no gastar más de mil euros en la campaña ha sido bien recibida dentro del campus. «Sin duda he recibido apoyos. La comunidad universitaria está muy concienciada con el uso que debemos dar al dinero público, sobre todo, en un momento en el que la Universidad atraviesa una situación financiera que no parece muy favorable», afirma.
La candidata ha sido tajante al calificar de innecesario el presupuesto aprobado y considera que el debate sobre el gasto debería producirse de inmediato. «No, lo que considero es que debería revisarse la campaña. Aún estamos a tiempo de no gastar más de mil euros cada candidato/a y de emplear los 63.000 euros restantes en cosas que realmente necesite la Universidad. Yo voy a hacerlo y lo he propuesto a los otros candidatos. Una Institución como la nuestra no necesita una campaña de esas dimensiones», sostiene.
La propuesta de Gallego contrasta con la posición oficial de la Hispalense, que defiende la medida por motivos de «equidad» entre las candidaturas. El reglamento electoral, además, obliga a justificar todos los gastos realizados y establece que las candidaturas que no obtengan al menos el 5% de los votos deberán devolver la cantidad asignada. Pero estas garantías no convencen a la candidata, que cuestiona la falta de claridad sobre el manejo de los fondos universitarios. «Pues la verdad es que no puedo explicarlo. Y esto no es solo una forma de decir que me parece inexplicable, es que no tengo datos para explicarlo porque la falta de transparencia respecto a las finanzas de la Universidad lo impide», declara.
Propuestas para el cambio
Gallego plantea que, si llega al Rectorado, una de sus primeras medidas será modificar el reglamento para evitar que se repitan polémicas como la actual. «Pues un cambio muy sencillo, y es que se limite en el propio Reglamento ese importe. Creo que 1.000 euros es una cantidad razonable, pero no me opondría a otra incluso menor. Yo no voy a llegar a los 1.000 euros, así que es posible», apunta. Su mensaje va más allá de una cuestión simbólica: defiende que los recursos públicos deben destinarse a iniciativas que beneficien directamente a la comunidad universitaria, como becas, ayudas o servicios básicos.
En este sentido, Gallego ha recordado en distintas intervenciones que con los fondos reservados para la campaña podrían financiarse más de 250 bonos comedor o cubrir necesidades de facultades con presupuestos anuales muy ajustados. Su planteamiento ha calado entre parte del profesorado y del alumnado, que ven en su propuesta una oportunidad para abrir un debate más amplio sobre la gestión económica de la US.
«Es público y notorio en el día a día que el dinero no sobra en la Universidad de Sevilla. 10.000 euros por candidatos me parece excesivo», expresa una alumna de Psicología.
Las cuentas bajo lupa
La polémica sobre el gasto electoral se produce en un momento en que la Universidad de Sevilla ha sido objeto de cuestionamientos por parte del Consejo Social, que el pasado verano alertó de un desfase en las cuentas de alrededor de ocho millones de euros. Pese a que el equipo rectoral defendió entonces la existencia de un superávit de 5,5 millones, el órgano fiscalizador advirtió de que la situación financiera requería prudencia y transparencia. El contraste entre ese contexto y los 70.000 euros reservados para la campaña ha terminado de encender la discusión.
El calendario oficial fija la campaña electoral entre el 8 y 29 de octubre. El jueves 30 se celebraría la primera vuelta de las elecciones, mientras que una eventual segunda votación tendría lugar el 10 de noviembre y la proclamación definitiva del nuevo rector o rectora se anunciaría el 14 de noviembre.
Además de Gallego, se presentan Carmen Vargas, Ana López, Felipe Rosa, Pastora Moreno, José Luis Gutiérrez y Alfonso Castro, conformando la lista más numerosa de aspirantes de la historia reciente de la Hispalense. El sufragio universal ponderado –que permite votar a los 57.000 estudiantes de la US junto con el resto de personal docente e investigador– sustituye al sistema anterior, limitado al claustro universitario.