La naviera Carnival elige Marsella para reparar su flota y suspende su actividad en Cádiz
El conflicto del metal de junio provoca la pérdida de uno de los principales clientes de los astilleros gaditanos

El crucero Carnival Spirit llega a Marsella, Francia. | Gerard Bottino / Zuma Press
La industria naval gaditana vuelve a recibir un revés significativo. Apenas unas semanas después de la buena noticia que supuso el regreso de Royal Caribbean a los astilleros de la Bahía, la multinacional Carnival Corporation, considerada la mayor compañía de cruceros del mundo, ha decidido poner fin a su colaboración con Navantia Cádiz. A partir de ahora, las operaciones de reparación y mantenimiento de su flota se realizarán en el puerto francés de Marsella.
La decisión fue comunicada oficialmente tan solo hace unos días al Comité de Empresa de Navantia. Según fuentes sindicales internas consultadas por THE OBJECTIVE, el detonante ha sido el conflicto laboral que estalló el pasado mes de junio en el sector del metal, un paro que mantuvo bloqueadas durante varios días las labores en el buque Carnival Liberty. Este incidente derivó en un retraso considerable en el calendario de trabajos y llevó a la naviera estadounidense a reclamar a la empresa pública española una indemnización de 4,5 millones de euros por los perjuicios ocasionados.
Un cliente clave perdido
La noticia ha caído como un jarro de agua fría entre los trabajadores de la factoría gaditana. Carnival aportaba cada año la reparación de aproximadamente seis cruceros, generando empleo para unas 1.500 personas en cada proyecto y garantizando un mes completo de actividad en los talleres. Su salida, según fuentes internas, deja un vacío que será difícil de cubrir, sobre todo en un momento en que la industria naval intenta consolidar su recuperación tras años de altibajos.
Desde el comité de empresa se advierte que el mercado de cruceros es extremadamente competitivo y sensible a cualquier incidencia. Las compañías operan con calendarios ajustados y no toleran demoras ni interrupciones que puedan afectar a sus rutas o compromisos con los pasajeros. Por ello, el conflicto laboral de este verano ha sido suficiente para que Carnival decida trasladar su carga de trabajo a un astillero que, a su juicio, le ofrezca mayor estabilidad.
Siete años de colaboración truncados
Según la documentación, el acuerdo entre Navantia y Carnival se firmó en 2018, tras casi cuatro años de negociaciones. Desde entonces, la relación había sido fluida y constante, consolidando a Cádiz como uno de los puntos de referencia para el mantenimiento de grandes cruceros en Europa. Durante estos siete años, buques de distintas marcas del grupo pasaron por los diques gaditanos para realizar tareas de revisión y modernización. Ahora, la situación es distinta.
En 2025, la compañía tenía previstas intervenciones en tres de sus barcos. Dos de ellos llegaron a completar sus revisiones según lo programado, pero el tercero se vio atrapado por la huelga y finalmente abandonó Cádiz para ser reparado en Marsella. Aquella situación fue interpretada como una señal de alarma que ahora se ha confirmado con la decisión definitiva de suspender todos los contratos en curso.
Impacto laboral y necesidad de esfuerzo
El Comité de Empresa insiste en que esta pérdida debe servir como llamada de atención para reforzar la plantilla fija de Navantia. Actualmente, buena parte del trabajo depende de la industria auxiliar, lo que, según los representantes de los trabajadores, complica la respuesta ante situaciones de conflicto o aumento de la carga de trabajo. Una mayor estabilidad interna permitiría afrontar los encargos con más garantías y evitar episodios como el vivido con Carnival.
El Gobierno, por su parte, ha reconocido recientemente en una respuesta parlamentaria que las tres plantas de Navantia en la provincia de Cádiz se vieron afectadas durante la huelga del metal, aunque todavía no se dispone de una valoración económica definitiva del impacto. Mientras tanto, el Ejecutivo intenta reforzar la imagen de innovación de la empresa pública con proyectos como el nuevo Centro de Excelencia de Sistemas Navales (COEX Naval Systems), inaugurado en San Fernando, que busca posicionar a Navantia como referente en tecnología aplicada a la defensa y la construcción de buques inteligentes.
Entre transformación e incertidumbre
La pérdida de Carnival coincide con un momento de cambio en la estrategia del puerto de Cádiz. Según los datos de la Autoridad Portuaria, entre enero y septiembre de este año se registraron 227 escalas de cruceros, un 8% más que en el mismo periodo de 2024. Sin embargo, el número total de pasajeros descendió un 9%, situándose en torno a los 430.000, debido a la llegada de barcos más pequeños dentro de la apuesta por los cruceros de clase Premium o Deluxe, que atraen a un turista de mayor poder adquisitivo.
Aunque Cádiz continúa consolidándose como puerto de escala relevante en el Mediterráneo, la marcha de Carnival supone un serio contratiempo para Navantia y para el tejido industrial de la Bahía. La coincidencia con el regreso de Royal Caribbean suaviza parcialmente el golpe, pero los trabajadores expresan que la pérdida de uno de los principales clientes internacionales deja al descubierto la fragilidad del sector ante factores externos como los conflictos laborales. Los sindicatos reclaman inversión, estabilidad laboral y planificación a largo plazo para que el episodio de este verano no vuelva a repetirse, así como las consecuencias derivadas de él.