Aumentan los jóvenes adictos al juego en Castilla y León
En la actualidad hay 800 personas en tratamiento en la Comunidad
La Federación Castellano Leonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fecyljar) ha advertido del aumento de la adicción al juego entre los jóvenes, durante la celebración del I Congreso de Salud Mental y Adicciones en Jóvenes que se celebra hoy y mañana en Valladolid.
Concretamente, el 40% de las personas a las que prestan atención por primera vez son jóvenes de entre 18 y 25 años. Presentan adicción por juegos online y apuestas deportivas pero ya se aprecia un interés por las máquinas tragaperras.
Los jóvenes se ven «empujados principalmente por obtener dinero fácil y por la situación que les produce hacerlo en grupo, con amigos, sobre todo de forma online» asegura la psicóloga de la Asociación de Jugadores de Valladolid, Sandra Cuevas, en declaraciones recogidas por ICAL y de las que se hace eco THE OBJECTIVE.
Sólo en la Asociación vallisoletana de este trastorno se han atendido a 3.000 personas desde que se creara en el año 1990. En el último año y medio han acudido a pedir ayuda 89 personas menores de 35 años en Valladolid.
La adicción de los jóvenes se diferencia enormemente de los adultos que habitualmente «caen en esta patología en soledad y con máquinas tragaperras, además de tener otros trastornos como la depresión, la ansiedad o el consumo de alcohol, tabaco o drogas», aseguran desde la Asociación. Cuevas explica que los pacientes “no son conscientes de que tienen la enfermedad” y acuden “empujados por la familia”.
Caen en un «escenario de deudas y abandono de los estudios»
Por su parte, el presidente de la Federación Castellano Leonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fecyljar), Ángel Aranzana, ha alertado de que «normalmente si es por juego se cae es un escenario de deudas, de abandono de trabajo, de estudios, y luego alguno incluso con otros consumos y robos».
Los expertos reunidos en el Congreso coinciden que esta enfermedad es compleja y necesita de un abordaje multidisciplinar porque los afectados pueden tener otros trastornos mentales. Por lo tanto, es «uno de los retos del sistema sanitario estar concienciados y hacer diagnósticos adecuados».
Por su parte, el jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial Universitaria de Salamanca, Carlos Roncero, ha admitido que el «principal déficit y la principal demanda es la falta de profesionales cualificados, psicólogos clínicos, psiquiatras o enfermeros de salud mental».