Castilla y León impulsa 61 medidas para revitalizar el comercio rural y minorista
La nueva Estrategia de Comercio impulsará el sector con una inversión de 122,6 millones de euros
El comercio en las zonas rurales es esencial para la economía local y la cohesión social. Los pequeños comercios no solo abastecen productos básicos, sino que también funcionan como puntos de encuentro que refuerzan la identidad de las comunidades. Además, el comercio rural fomenta la creación de empleo y la generación de riqueza en áreas alejadas de las grandes ciudades.
La Junta de Castilla y León, según hemos podido comprobar en THE OBJECTIVE, ha aprobado el pasado jueves la Estrategia de Comercio Minorista y Rural 2024-2027, una estrategia que nace con el objetivo de revitalizar el sector y enfrentar los desafíos del pequeño comercio de proximidad.
Medidas y presupuesto
El plan incluye 61 medidas distribuidas en seis ejes, con un presupuesto de 122,6 millones de euros. Entre los principales retos identificados se encuentran la atomización, la falta de relevo generacional y la resistencia al cambio, problemas que afectan especialmente al comercio rural, donde muchos municipios carecen de establecimientos físicos.
La estrategia contempla medidas para la protección del comercio minorista, la modernización, la digitalización y la formación de los profesionales del sector.
Además, se destinarán fondos a fomentar la demanda, el emprendimiento y un apoyo específico al comercio rural, donde se busca frenar el declive de la actividad comercial. El plan también incluirá un análisis continuo del sector para ajustar las acciones a las necesidades locales y garantizar su éxito a largo plazo.
Planificación
El plan se ha elaborado con la colaboración del sector comercial y las administraciones locales, asegurando que las medidas respondan a las necesidades reales del terreno.
Entre las actuaciones más destacadas se encuentran el impulso de la digitalización de los comercios, el apoyo al emprendimiento y la mejora de la formación en áreas clave como la gestión y la especialización. Además, se pondrán en marcha iniciativas para reactivar la demanda del comercio de proximidad, como bonos de consumo y ferias comerciales, especialmente en entornos rurales y urbanos.
Uno de los ejes más relevantes de la estrategia es el apoyo específico al comercio rural, con más de 22 millones de euros destinados a frenar la pérdida de actividad comercial en estos territorios.
A través de medidas como el fomento de la venta ambulante y el transporte a la demanda, se busca garantizar el abastecimiento y facilitar el acceso a los consumidores rurales. Este enfoque se complementa con la colaboración con diputaciones y ayuntamientos para adaptar las iniciativas a las particularidades de cada municipio, fomentando así la sostenibilidad del comercio en el medio rural.