Quílez: «Rajoy claudicó con Cataluña ante los poderes ocultos del Estado»
El periodista Carlos Quílez publica ‘El contragolpe’, sobre los años convulsos del procés y las polémicas decisiones que tomaron los líderes implicados
El periodista Carlos Quílez acaba de publicar el libro El contragolpe, de Península, dónde narra las «mentiras y corruptelas» que España y Andorra «esconden bajo la alfombra del procés». Quílez, en base a sus investigaciones como periodista, explica la llamada ‘Operación Cataluña’ que llevó a cabo el anterior ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para desactivar el plan rupturista de los sucesivos gobiernos de la Generalitat a través de métodos de dudosa legalidad. El libro trata de arrojar luz y perspectiva a unos años convulsos, marcados por la confesión de Jordi Pujol de su condición de evasor fiscal y la vulneración de la legalidad perpetrada por Puigdemont. El autor también relata cómo el presidente Mariano Rajoy estuvo dispuesto a ofrecer una «solución» para Cataluña antes de llegar al choque del 1-O y a las consecuencias judiciales a los líderes independentistas.
Pregunta. El juez Marchena absolvió a Carles Puigdemont del caso AGISSA. Curioso para los que no creen en la independencia de la justicia española.
Respuesta. Sí, resulta curioso. La gente tiende a valorar como buena la justicia cuando sus resoluciones coinciden con lo que piensan, y a parecerle malas cuando van en contra de nuestros intereses. Somos así de injustos con la justicia, y efectivamente el juez Marchena, nada sospechoso de tener afinidad con el independentismo, entendió que la investigación de la fiscalía anticorrupción sobre Puigdemont en AGISSA no presentaba ningún indicio de la criminalidad y no tuvo ningún reparo en archivarlo. Tal y como se absolvió al ex mayor Trapero o se condenó a los líderes del procés.
P. Pujol confesó el dinero en Andorra después de que supiera que un empleado del banco había pasado documentación a Interior. ¿Por qué cree que evitó un mal mayor con esta confesión? Podría haber jugado la carta de la “represión del Estado».
R. Pujol sale del armario y reconoce las cuentas en Andorra porque sabe que es imposible zafarse de una noticia que le ha pillado con el carrito del helado. Si hubiera encontrado el más mínimo reducto para omitir o tapar ese elemento ya lo hubiera hecho. De hecho, lo hizo durante muchos años antes de que trascendiera la información. No era cuestión de ahorrarse un mal menor o arroparse la bandera del independentismo, eso ya lo hizo durante el caso de Banca Catalana. Pero ahí tenía una salida. Aquí no tiene ninguna. Estaba contra la pared. Lo grave de todo esto es que ni los fiscales más beligerantes con el pujolismo, como Jiménez Villarejo o José María Mena, ni todas las policías y guardias civiles pudieron hincarle el diente a Pujol en 23 años. Ha sido gracias a la actuación torticera de personas que se han movido al margen del Estado, como el excomisario Villarejo. Eso es lo que nos debería hacer reflexionar a todos.
P. ¿Cree que todavía existe una ‘Operación Cataluña’ en el Ministerio del Interior o eso forma parte de la etapa Fernández Diaz?
R. No, yo creo que la Operación Cataluña acaba cuando se cierra el paraguas del PP al frente del Ministerio de Interior, cuando trascienden todas las informaciones que Bárcenas y otros muchos han filtrado, y sobre todo cuando cae en desgracia José Manuel Villarejo. Caen todos y en primer lugar el cerebro operativo de todo este tinglado paralegal que es el comisario Pino. No, yo no creo que exista una policía patriótica escondida en un cajón del Ministerio de Interior actualmente, lo que no quiere decir que no haya policías patrióticos… Esto es otra historia.
P. ¿Secunda la tesis de que la intervención del BPA se hizo para frenar el procés?
El tema de la BPA es muy complejo. La primera página del sumario del caso que ahora se está juzgando es el informe del FinCEN, el Tesoro estadounidense, alertando de la presencia de dinero procedente de delito que se estaría blanqueando en el BPA. ¿Pero quién instrumentalizó al FinCEN? Esto se tiene que dirimir. No es solo mi teoría, sino que hay datos, existe un punto embrionario del caso BPA que es la entrevista que el señor Celestino Barroso, inspector jefe de Policía en la embajada andorrana, mantiene con el CEO de BPA Joan Pau Miquel, donde le dice que le entregue información de la familia de Pujol, de la de Mas y de la de Junqueras, o se cargarán el banco. No les dieron ninguna información y se cargaron el banco. Por cierto, también se cargaron a su filial, Banco Madrid. Y la causa se archivó, con las disculpas del Banco de España, porque no se blanqueó dinero según la sentencia judicial.
P. Pero en el caso BPA hay investigaciones de los americanos.
R. Sí, pero hay que ver quién les informó y les instrumentalizó, y con qué objetivo. El señor Fernández Díaz y muchos de la cúpula de Interior, así como la cúpula de Justicia, como el ex ministro Rafael Català, tendrían mucho que explicar.
P. La reunión entre Fainé y Alierta con Rajoy para buscar una solución con el Govern. ¿A qué se debe que Rajoy cambiara de opinión?
R. Fueron diversas reuniones, algunas bilaterales, otras a tres bandas. Y se avanzó muchísimo. El recorrido y la contemporización que puso sobre la mesa Fainé estaba dando sus frutos. Pero me temo que eso que llamamos Estado es mucho más que la presidencia del Gobierno, y diversos poderes ocultos que están en la sala de máquinas de las instituciones y de los partidos, lo que se llama Estado etéreo, que son tipos anónimos pero con mucho poder, cayó como una tormenta sobre la cabeza de Rajoy, y por bien que sea el presidente del Gobierno, no es el presidente de este Estado etéreo. Tuvo que claudicar. Esto parece una novela de John le Carré, pero alguien tiene que escribirlo algún día.
P.Rajoy estableció, a través de Sáenz de Santamaría, un diálogo con Junqueras para intentar reconducir el procés. Según el juicio en el Supremo, les ofrecieron hacer la votación del 1-O en las plazas y Puigdemont no quiso…
No me consta ese acuerdo tácito. Y en la conversación larga que tuve con Puigdemont no salió el tema.
P. ¿De verdad cree que Rajoy podía ofrecer un sistema financiero parecido al del País Vasco en Cataluña?
R. Sin duda que desde el Gobierno central existen mecanismos para mejorar la financiación. Si de los que estamos hablando es de un modelo vasco para Cataluña yo te diría que ese calco es imposible a no ser que empecemos a devaluar el crecimiento de otras autonomías. Es inaplicable para Cataluña, pero sí se pueden aplicar otro tipo de medidas y modelos para mejorar la financiación. Pero no hubo voluntad política por parte de Rajoy ni por ningún gobierno central.
P. Usted afirma en su libro que el CNI y la policía sabían dónde estaban las urnas, pero que no quisieron actuar porque no hubiera quedado justificada la aplicación del 155… ¿Es así?
P. No es exactamente así. No digo que la inteligencia del Estado contemporizara para ponerle vaselina al 155… Lo que sí me genera muchas dudas es que la inteligencia del Estado, una de las 20 más importantes del mundo, no supiera que miles y miles de, entre comillas, delincuentes amateurs, los ciudadanos, abuelitos, estudiantes, que no tenían oficio criminal alguno, no se enterasen de que estos señores estaban moviendo miles de urnes y miles de cajas de papeletas. Con la poca información de la que dispongo en este caso, quiero pensar que sí lo sabían, que quizás fueron prudentes para evitar daños mayores o para que finalmente los independentistas acabaran pisando la piel de plátano. Pero es muy difícil pensar que 30.000 amateurs le levantaran la camisa a las fuerzas e inteligencia del Estado.
P. ¿Pero esto no deja mal al Gobierno de Rajoy que dijo en los días previos a la votación dijo por activa y por pasiva que no habría referéndum?
R. Sí, deja mal a Rajoy, pero vamos cuando Rajoy llegó al poder también dijo que bajaría impuestos y los subió porque la situación era lo que era. No hay que creer en la promesa de los políticos.
P. Puigdemont le asegura que no hubiera declarado la independencia si Rajoy se hubiera comprometido a no aplicar el 155. ¿Esto no hubiera sido una traición a los suyos y a su propia hoja de ruta?
R. Puigdemont traicionó a los suyos de una forma objetiva y temporal. En la entrevista que realiza conmigo, no esconde y viene a reconocer -y creo que en un gesto que le honra- un cierto grado de ingenuidad en cómo evaluó el papel que iban a adoptar sus contrincantes. Aunque no lo verbalizó directamente, de sus palabras entiendo que hay una parte de un cierto ridículo en la negociación, hecha entre una estructura profesional, el Estado, y una amateur, la que lideraba Puigdemont.