El ayuntamiento catalán de Vilassar de Mar celebra una 'gincana sexual' con niños
Los padres de la localidad gobernada por ERC denuncian pruebas como colocar «preservativos en un palo, untarlos de nata y miel y chuparlos»
Los padres de la localidad de Vilassar de Mar, en la provincia de Barcelona, preparan una demanda contra el Ayuntamiento regido por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ante la Fiscalía de Menores. ¿La razón? Una actividad organizada y celebrada por el Servei de Joventut del consistorio y que consistía en una gincana nocturna de dos horas para personas de entre 12 y 30 años… consistente en pruebas sexuales para los menores, tales como colocar un preservativo en un palo o en un plátano, untarlo con miel y nata y lamerlo.
La noticia ha sido desvelada por el diario La Vanguardia, que apunta a que los testigos de estos hechos han denunciado esta y otras acciones impropias de la edad de los pequeños. Los padres llevaron a los niños a las actividades confiando en el consistorio, aunque cuando les recogieron y les preguntaron qué tal había ido saltó el escándalo al conocer que la organización había obligado a los participantes a emular posturas sexuales y a tratar temas como el consumo de drogas.
El Ayuntamiento no parecía sentirse avergonzado por estas actitudes cuando el Servei de Joventut compartió una instantánea en Instagram en la que dos menores aparecen posando con un folleto (una de ellas de 11 años cuyos padres no habían consentido la difusión de imágenes, necesario según la ley de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales) en el que aparecen múltiples posturas sexuales del Kama-sutra que posteriormente deberán utilizar para reventar un globo imitando el acto sexual.
«Las chicas se tenían que poner en la pared con el culo en pompa y detrás se tenía que poner un chico, con un globo en medio que tenían que reventar con esta postura», explica una madre al citado medio. En otras pruebas, de la gincana los pequeños debían modelar penes y vulvas con plastilina, aunque también se trataron temas como el consumo de drogas. «¿Se inyecta o se inhala?», preguntaban. Si fallaban, les echaban agua y harina.
Los padres temen que el video de la gincana esté en Internet
«Por poco me estrello con el coche escuchando estas cosas», relata una madre, que cuenta cómo su hija se encontraba confundida y asustada. «Nada de diversión; nervios, porque no sabía qué hacer, y miedo. Pensaban que iban a jugar y se encontraron con esto. No quiero imaginarme a los (participantes) adultos viendo a los niños haciendo esas cosas. Yo no lo hubiera permitido», zanja.
Otro de los temores de los progenitores es la difusión de estas y otras imágenes en internet, ya que desconocen si alguien pudo grabarlo a pesar de no tener el consentimiento necesario para ello y distribuirlo por sitios ilegales: «¿Qué seguridad tenemos de que no puedan estar en ambientes de pedofilia?».
Desde el Ayuntamiento regido por ERC se desmarcan de la polémica gincana. A pesar ser inquirida por el diario acerca de su papel en esta acción y en las actividades permitidas en ella, la concejal de Joventut, Participació Ciutadana, Igualtat i Transparència, Montse Gual, rechazó dar explicaciones, algo que los padres han enmarcado en un intento de desentenderse del episodio y mantener que no estaba bajo su control.
El monitor puesto por el consistorio ha defendido que estos «juegos» cuentan con finalidades educativas que responden a la curiosidad de los niños, aunque los padres no están de acuerdo: «Lo que han hecho es, en un entorno de confianza, colar algo que no tocaba». La misma madre zanja la cuestión asegurando que los ciudadanos se sienten desprotegidos, ya que «esta gente ha hecho lo que ha querido, pasándose de la raya».