Descubre algunas de las mejores calas de España: Cádiz, Menorca, Alicante...
Los 8.000 kilómetros de litoral español esconden rincones perfectos para huir del bullicio de las playas masificadas en verano
España es un contraste de paisajes: desde las grandes cordilleras de interior hasta los 8.000 kilómetros de costa que rodean la península. A lo largo de ese litoral se esconden numerosas calas que, sobre todo en verano, pueden suponer un muy buen sustituto a las playas masificadas.
Esta es una selección de algunas de las mejores calas de España, desde las más salvajes, escondidas entre grandes acantilados, hasta las más finas, cubiertas por arena blanca.
Calas de Roche, en Cádiz
Algunas de esas calas de arena que se encuentra encajada entre varios acantilados está cerca de Conil de la Frontera, en Cádiz. Estos lugares son de gran belleza y tienen un valor paisajístico muy alto debido al enclave natural en el que se encuentran. Además, en muchas de ellas también está permitido el nudismo.
Cala de Mataleñas, en Santander
Esta pequeña playa está algo aislada del bullicio de la ciudad de Santander, en Cantabria. Esto la convierte en un entorno ideal para poder descansar, relajarse y disfrutar de la que para muchos es una de las mejores playas de la costa cántabra.
Cala de Moraig, en Alicante
Esta cala alicantina sorprende por el entorno que la rodea, con predominantes acantilados y aguas cristalinas. Aunque durante los últimos años tenía aforo máximo debido, en parte, a la pandemia, este verano ya no es necesario, lo que permite un disfrute pleno de ella.
Cala Macarelleta, en Menorca
La Cala Macarelleta, en Menorca, es una de las playas más famosas de esta isla. Está situada en la costa sur y es una de las calas vírgenes más visitadas durante las vacaciones de verano debido a su gran popularidad. Además, en ella está permitido practicar el nudismo; es más, está considerada como una de las mejores playas nudistas de España.
Cala Futadera, en Gerona
Cala Sa Futadera, en Tossa de Mar, es una de las playas completamente vírgenes más increíbles, situada en la carretera que une esta localidad con Sant Feliu de Guíxols, en Gerona. Aunque es bastante pequeña (tiene unos 100 metros de largo por 10 metros de ancho) y no tiene ningún tipo de servicio, su belleza la convierten también en una de las más visitadas. Además, está permitido practicar nudismo y las embarcaciones de recreo suelen frecuentarla, ya que aprovechan la calma del entorno para fondear.
Cala Vadella, en Ibiza
Esta es una de las calas más espectaculares de Ibiza y supone un auténtico puerto natural. Es una playa amplia, con arena blanca y aguas cristalinas y rodeada por grandes acantilados. Además, en la orilla derecha tiene amplias casetas varadero de pescadores.
Cala Pregonda, en Menorca
Otra de las playas más conocidas y visitadas de Menorca es la Cala Pregonda. Está ubicada en la zona norte de la isla, y es una cala algo diferente con respecto a las demás que se pueden visitar en Menorca. Esto es tanto por el color de su arena, rojo o dorado, como porque cuenta con diferentes islotes que la protegen del oleaje. Además, cuando el mar está tranquilo el agua de la playa es totalmente cristalina y la sensación de estar en la playa es diferente a cualquier otra.
Caló des Moro, en Mallorca
Esta cala de aguas cristalinas está situada a seis kilómetros de la localidad de Santanyí, en Mallorca. Cuenta con unos 40 metros de largo, y en ella el mar se extiende a lo lejos y está flanqueada por altos acantilados. En su entorno, además, podrás encontrar pinos, arbustos y plantas bajas de diferentes tipos.
Cala Fonda, en Tarragona
Esta playa también es conocida como cala Waikiki debido a su gran parecido con Hawaii, y está situada a tan solo 6 kilómetros de Tarragona. Concretamente, detrás de un sendero entre el bosque que hay que atravesar para llegar. Esto hace que su acceso sea más difícil y, además, es una playa que ha sabido mantener completamente su encanto a pesar del desarrollo urbanístico de las últimas décadas a su alrededor.
Cala en Baster, en Formentera
Una de las playas más tranquilas de Formentera es la Cala en Baster. Está en la parte norte de la isla, concretamente en la costa Tramuntana y cerca del municipio de Sant Ferran de Ses Roques. Este enclave no solo es ideal para quienes quieran huir del bullicio de las playas en pleno verano, sino que también es perfecto para quienes quieran practicar snorkel, ya que cuenta con una increíble fauna.
Cala Morisca, en Gerona
Cala Morisca es otro de los tesoros naturales de Gerona. Concretamente, esta cala virgen está situada entre las localidades de Lloret de Mar y Tossa de Mar, y se puede acceder a ella a pie desde las playas de la bahía de Llorell. Aún no es una de las playas más conocidas, por lo que las pocas personas que la frecuentan en verano la consideran aún un rincón privilegiado.
Cala Pola, en Gerona
Esta es otra de las calas más impresionantes y bonitas de Cataluña, y también está cerca de Tossa de Mar. Hay un camino de apenas seis kilómetros que une el pueblo con la cala, y a lo largo del mismo se puede disfrutar de las increíbles vistas que ofrece este paraje natural.
Cala Es Talaier, en Menorca
La isla balear cuenta con numerosas calas a lo largo de todas sus playas, y esta es una de las más pequeñas y recónditas. Situada cerca de la Ciudadela, aunque sus escasos 20 metros de playa virgen hacen que sea una de las más pequeñas, como se ha mencionado antes, sus aguas turquesa y arena blanca la convierten también en una de las más especiales.
Cala Salada, Ibiza
La pequeña calita de arena de Cala Salada, rodeada de colinas de bosque de pinos, es uno de los destinos preferidos para la gente de la isla y los propietarios de las embarcaciones privadas. El agua es clara, poco profunda y perfecta para nadar; además, el fondo marino es en su mayoría de arena blanda.
Cala de Tacorón, El Hierro
Aunque es una cala pequeña, la de Tacorón, en El Hierro, permite disfrutar todo el año del Atlántico más tranquilo del archipiélago. Y es que, además, a esta parte del océano se la conoce como el mar de las Calmas. A esto se le añade que en este enclave los azules del mar se mezclan con el negro volcánico y los colores ocres y rojos de la ladera de El Julán.