Iceta intentó influir en el discurso del Rey el 3-O, pero Felipe VI ignoró sus recomendaciones
El entonces primer secretario del PSC quiso influir sin éxito en sus palabras para no provocar mayor reacción de los independentistas contra la Corona
El rey Felipe VI tuvo un papel fundamental en el desafío catalán. Su discurso del 3 de octubre de 2017, dos días después del referéndum ilegal en Cataluña, marcó un punto de inflexión en su breve reinado. Cuando solo llevaba tres años en la Jefatura del Estado le tocó afrontar la mayor crisis política de los últimos años, lo que muchos bautizaron como «su 23-F»: un episodio clave en la historia de España que podría darle -o arrebatarle de un plumazo- la legitimidad ante la gente.
Ese 3-O el rey compareció ante millones de españoles para defender la integridad territorial de España y censuró sin ambages la actuación del Gobierno de la Generalitat. Fue un discurso sin medias tintas. Sin contemporizar con las apelaciones «al diálogo» que durante meses llegaban desde Europa. Felipe VI cargó toda la responsabilidad de vulnerar la legalidad en el Gobierno de Carles Puigdemont. Sus palabras irritaron a los nacionalistas, pero fue aplaudido por una buena parte de los catalanes, que se vieron respaldados para llenar las calles de Barcelona en la multitudinaria manifestación constitucionalista del 8 de octubre.
Cinco años después de su discurso se conocen nuevos hechos que rodearon aquel acontecimiento. Miquel Iceta intentó influir sin éxito en el discurso del Rey. El entonces primer secretario del PSC estaba en contacto con su majestad durante aquellas tensas jornadas y cuando llegó a sus oídos que la Casa Real quería intervenir por el vacío de autoridad dejado por Mariano Rajoy no dudó en hacerle llegar sus recomendaciones. Fuentes cercanas al ahora ministro de Cultura confirman a THE OBJECTIVE que Iceta trató de convencer a Felipe VI de la necesidad de hacer un discurso que no fuera contraproducente para la imagen de la Corona en la región. Pero no lo logró. Ni siquiera que formulara unas frases en lengua catalana.
Iceta, en la Casa Real
Desde Zarzuela se limitan a afirmar que el texto del Rey salió de la Casa Real. El jefe de Estado debe pactar todos sus discursos con Moncloa, pero Iceta quiso conocer en primera persona el contenido de las palabras que iba a pronunciar. Más aún, en un contexto político en el que fue el propio Felipe VI quien tomó la iniciativa de dirigirse a la ciudadanía tras la decisión de Rajoy de no comparecer.
El nuevo libro ‘El Muro’, que narra la respuesta de los poderes del Estado al plan rupturista del Govern, también refleja esta tesis de cómo la solicitud de Iceta al equipo del rey «cae en saco roto». «Iceta, que había estado pocas semanas antes en la Zarzuela, se entera de que el monarca quiere dirigirse en público a los españoles y hace llegar a los colaboradores de Felipe VI algunas sugerencias para evitar que sus palabras pudieran provocar un cisma aún mayor de la monarquía con Cataluña».
Unidad constitucionalista
El entonces secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, fue muy crítico con el Ejecutivo del PP por las cargas policiales que se produjeron en las calles de Cataluña durante la votación del 1 de octubre de aquel año. En rueda de prensa desde Ferraz, sede nacional del partido, afirmó que se «avergonazaba» de aquellas imágenes sobre la intervención policial que rápidamente coparon las portadas de la prensa internacional.
Los socialistas también presentaron una interpelación urgente dirigida a la entonces vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, que iba a preceder a su reprobación por las cargas policiales. No obstante, y tal y como avanzó El País, la dirección socialista reconsideró su decisión y el grupo parlamentario del PSOE solicitó eliminar del orden del día del pleno dicha petición de responsabilidades políticas a la número dos de Rajoy.
La decisión de los socialistas no es ajena al movimiento de la Casa Real. Una vez todos los actores políticos de ámbito nacional son conocedores de que el Rey quiere hablar y de que ,en ningún caso sucumbirá a las pretensiones de diálogo ante la tentativa del Govern de romper el orden constitucional, cierran filas con el jefe de Estado.
¡Viva el Rey Felipe VI! ¡Viva la monarquía constitucional! !Viva España! ¡Abajo los delincuentes golpistas! ¡Puchimon a prisión! ¡Iceta el colaboracionista al pedo!.
El antiguo Estatuto de Cataluña, el de 1979, definía como catalanes a todo aquel que «vive y trabaja en Cataluña»; parecía una cosa razonable, y así lo entendimos y por algún tiempo también lo sentimos y dimos por bueno muchos. Desde 2006, por la vía de los hechos consumados, ese precepto, normalizado por todos, ha pasado a ser en realidad «catalán es también todo aquel que vive y sufre en Cataluña». ¿Y qué ha contribuido a eso durante todo este tiempo? Pues además de la coyuntura histórica, la mundialización y el calentamiento global y todo ese tipo de cosas, mucho, mucho, mucho, sino casi todo, ha sido obra de personajes y personajillos siniestros. Un ejemplo claro de ese pelaje es Iceta. Siempre ha obrado en contra de la unidad y la concordia de todos, y en menoscabo de una Constitución españolavvotada por inmensa la mayoría de los catalanes, y favoreciendo un Estatuto de 2006 para élites (solo votado por tan apenas el 39% escaso en referendum en su momento), y que, supuestamente, es el origen de todos nuestros males presentes (ex-2017) y futuros. ¿Pruebas de mis palabras? Pregunten, pregunten como oficio en 2017 ante Sánchez para que el PSOE apoyara en el Senado el 155, sacando a la CCRTV (TV3) del objeto de intervención o cierre en su caso pir aplicación de dicho artículo. Y que era lo que se tenía que haber hecho. Es una antena de manipulación y de odio en manos de sectarios, en grado extremo desde 2017, que no hace sino torpedear continuamente la convivencia pacífica en Cataluña. Su baremo democrático, de TV3, es equiparable a la de «la emisora de las mil colinas» ruandesa de infausto recuerdo. Por ello, desde esta parte de catalanes, los que lo somos «también», con arreglo a la nueva definición, gracias Sr. Iceta. Gracias por proteger un elemento clave para nuestro sufrimiento. No me extraña que también intentara manipular a nuestro rey. Y bravo por Felipe VI, es de admirar este monarca nuestro. Demuestra valor y conciencia clara, y ejemplar criterio. Es un gran Rey. Iceta no contaba que Felipe VI no era Sánchez. Gracias a Dios. Suerte para todos.
Ahí le vieron las orejas al Art. 8 de la CE. El Rey, como comandante en jefe puede invocarlo en defensa de la unidad de la nación.