El PP negocia el fichaje del ex 'número dos' de Vox en Cataluña para competir contra Rufián
La formación de Feijóo busca en Antonio Gallego el antídoto constitucionalista contra el candidato que ERC presenta en Santa Coloma de Gramanet
El diputado catalán Antonio Gallego en una imagen de archivo. | Kike Rincón (EP)
El Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo está cerca de cerrar su fichaje más mediático en Cataluña. Se trata de Antonio Gallego, actual diputado en el Parlament que empezó la legislatura como número dos del grupo parlamentario de Vox junto a Ignacio Garriga, según desvelan fuentes del PP catalán a THE OBJECTIVE.
La intención de Génova es colocarle al frente de la candidatura del PP por Santa Coloma de Gramanet, un feudo del cinturón rojo de Barcelona que Gabriel Rufián busca conquistar por primera vez para Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y en el que los socialistas del PSC tienen a su primera secretaria, Núria Parlon, como alcaldesa.
Santa Coloma, por tanto, va a ser una localidad donde van a estar puestas muchas miradas de la política catalana en la próxima legislatura. Sobre todo, en el pulso que echen independentistas y constitucionalistas durante la campaña electoral del 28-M, de ahí que el PP esté analizando con mucha atención varios perfiles como cabeza de cartel para responder al desembarco de Rufián y colocar un «dique de contención» en esta ciudad «estratégica» para las ambiciones de los secesionistas, ya que nunca la han gobernado.
Gallego es un viejo conocido del PP, pues militó en la formación de Feijóo hasta 2018. Pasó dos legislaturas en el Congreso como diputado por Barcelona -de 2008 a 2015- y en las autonómicas de ese año fue de número tres en la lista de Xavier García Albiol. Salió elegido, pero al poco tiempo dimitió de su escaño en el Parlament y se distanció de los populares por la actitud del Gobierno de Mariano Rajoy con el independentismo.
Vox le fichó a comienzos de 2021 y le colocó de número dos de Garriga en los comicios del 14-F, donde la formación de Santiago Abascal sorprendió con 11 diputados que la dejaron como primera fuerza constitucionalista en el hemiciclo catalán y cuarta en número de representantes. Gallego ayudó a su nuevo partido a dar los primeros pasos en el Parlament, pero poco a poco se fue distanciando de sus compañeros ante «los celos y las cuotas de poder» que vio dentro de la bancada verde. Una situación que le llevó el pasado mes de octubre a darse de baja de Vox y pasar al grupo de los no adscritos.
Este diputado admite a THE OBJECTIVE que varias personas «de la órbita del PP» se le han acercado en las últimas semanas para sondearle por su disponibilidad para encabezar alguna de las candidaturas del área metropolitana de Barcelona, caso de El Prat o de Hospitalet, aunque las últimas conversaciones han girado en torno a Santa Coloma, donde los populares aún no han anunciado su candidato.
A todos sus interlocutores les ha dicho que le atrae el desafío, pero por el momento no se ha producido una negociación «en firme y en serio» en la que ambas partes dejen claro cuál es su margen de maniobra en la campaña, si se tiene que volver a afiliar al PP o si podrá compatibilizar el escaño autonómico en el Parlament, algo que Gallego desea, pues en el último medio año se ha ganado fama mediática por sus preguntas -más de 170- y sus interpelaciones al Govern de Pere Aragonès.
Para Gallego hay, por ejemplo, dos cuestiones muy importantes que le acercan al «perfil duro» que exhibe Vox y que no quiere obviar en una posible campaña. Por un lado, el debate de la inmigración ilegal. Y por el otro, la seguridad ciudadana que preocupa a una parte importante de los habitantes de Santa Coloma. «No voy a hacer catalanismo moderado en esto», avisa a la formación de Feijóo.
Si se concreta el fichaje, sería el primero relevante que Feijóo hace de un dirigente que ha estado en Vox hasta hace unos meses. Además, sería una señal de que los ‘hijos pródigos’ que en su día abandonaron el PP para irse a la formación de Abascal pueden volver al redil azul tiempo después. Por eso, para Vox sería fundamental que descarrilen las negociaciones ya que la formación verde considera de vital importancia mantenerse fuerte en una de las regiones donde pueden ‘presumir’ de haber materializado el sorpasso al PP, como es Cataluña.
La «operación Gallego», como la denominan las fuentes populares, ha provocado «tensión» entre la agrupación local de Santa Coloma, que le ve como una imposición, y la dirección provincial de Barcelona que dirige Manuel Reyes, que defiende su incorporación a las filas del PP. De ahí que el anuncio no se haya producido aún.
Albiol no le quiere como rival de Rufián
En el PP catalán también hay defensores y detractores del retorno de Gallego. La principal valedora del exdiputado de Vox es Dolors Montserrat, quien ha presionado desde su puesto en la Eurocámara para que se materialice el regreso de este dirigente que llegó a tener un puesto clave en el aparato de Organización de los populares en Cataluña.
En el bando de los detractores se recuerda que Gallego tuvo un exabrupto en el hemiciclo –llamó «hijo de puta» a Aragonés con el micrófono cerrado-. Además, el candidato del PP para Badalona, el citado Albiol, no ve con buenos ojos el fichaje de este diputado autonómico que le dio calabazas nada más comenzar la legislatura de 2015. Por ello, el favorito para lograr la mayoría absoluta en Badalona ya ha avisado a los suyos que no ayudará a Gallego en la campaña electoral de la vecina Santa Coloma si finalmente es el elegido por Génova para enfrentarse a Rufián.
El portavoz de ERC en la Cámara baja partirá con algo de ventaja en la campaña ya que Santa Coloma de Gramanet fue premiada, precisamente, en las 190 enmiendas transaccionales que el Gobierno de Pedro Sánchez pactó con los grupos que le apoyan en el Congreso para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de este 2023.
Concretamente, se le concedieron cinco millones de euros en concepto de «equipamientos» un mes después de que Rufián anunciara su candidatura a la Alcaldía de esta población del cinturón industrial de Barcelona, donde ERC obtuvo el 9% de los votos en 2019 y el PSC gobierna con mayoría absoluta.
