El amigo beneficiado por Borràs incrimina a la líder de Junts y confiesa la división de facturas
Herrero cumple con el pacto alcanzado con la Fiscalía para tratar de reducir su condena y señala a las prácticas del ILC
El amigo beneficiado por la expresidenta del Parlament Laura Borràs ha confesado ante el juez que investiga el supuesto fraccionamiento de facturas en el Institut de les Lletres Catalanes que la mandataria pactó con él varios beneficios, entre los que se encuentran el fraccionamiento de los contratos para evitar la publicidad y «un contrato de trabajo encubierto».
Isaías Herrero, para quien la Fiscalía pide seis años de cárcel, ha señalado ante el juez que «el trabajo no podía sobrepasar el importe de 18.000 euros», límite en el que se deben sacar a publicidad estos procesos, permitiendo la competencia. Para ello, se dividían los trabajos en varios contratos con el objetivo de no alcanzar este límite.
Según el acusado, quien ha negociado con Fiscalía un pacto para incriminar a Borràs a cambio de una rebaja de condena, para optar a los contratos él presentaba varios presupuestos, uno de los cuales «sabía que se aceptaría», mientras los otros dos eran «comparsas» para simular concurrencia pública.
En ese procedimiento, ha añadido, siguió las indicaciones de la líder de Junts, que llegó a concretarle las empresas a cuyo nombre tenía que presentar las ofertas a la ILC, que iban acompañadas de la expresión «ok» para distinguir el presupuesto que finalmente iba a resultar adjudicatario de los contratos.
A la misma pena que su amigo se enfrenta Borràs, quien se sienta en el banquillo acusada de los delitos de prevaricación y falsedad documental por adjudicar presuntamente 18 contratos a dedo a Isaías H. entre los años 2013 y 2017, cuando presidía la ILC.
Y es que, señala el ministerio público en su escrito de acusación, el protocolo de la Generalitat establecía que en los contratos menores de cuantía superior a 3.000 euros había que adjuntar documentación justificativa de tres presupuestos, de los que debía escogerse al más ventajoso, y que no todas las adjudicaciones debían concederse al mismo proveedor.
Borràs, en la diana
Isaías H. ha añadido que siguió las indicaciones de la líder de Junts, que llegó a concretarle las empresas a cuyo nombre tenía que presentar las ofertas a la ILC, que iban acompañadas de la expresión «ok» para distinguir el presupuesto que finalmente iba a resultar adjudicatario de los contratos.
Según ha concretado Isaías H., quien se ha negado a contestar a las preguntas de la defensa de Borràs, ya en enero de 2013 la acusada le encargó la creación del portal web de la ILC y su mantenimiento posterior, un proyecto que superaba los 18.000 euros a partir de los cuales la ley exige un concurso público para su adjudicación.
Por ese motivo, ha reconocido, ambos se pusieron de acuerdo para «dividir» el proyecto en distintos contratos menores, con importe inferior a 18.000 euros, para facilitar que él siempre fuera el adjudicatario de los mismos.
Para simular concurrencia pública en la adjudicación de los contratos que la ILC le adjudicaba, Isaías H. presentaba tres presupuestos a nombre de distintas sociedades, dos de ellos «comparsa, que ya se sabía que no se aceptarían», una simulación de la que, ha apostillado, Borràs estaba al corriente.
En ese sentido, Isaías H. ha reconocido que el tercer acusado Andreu P., quien afronta tres años de cárcel, se prestó a presentar presupuestos a su nombre, aunque una vez resultaba adjudicatario de los contratos le reintegraba las sumas que había percibido.
Correos incriminatorios
El acusado ha reconocido los correos electrónicos que intercambió con Borràs sobre las supuestas adjudicaciones a dedo, uno de los principales indicios que incriminan a la presidenta de Junts y cuya defensa ha tratado, por el momento sin éxito, de que fueran anulados por el tribunal, al sembrar dudas sobre su cadena de custodia.
En uno de esos correos, ha confesado Isaías H. ante la sala, manifestaba a Borràs su «inquietud» por el hecho de que un funcionario de la ILC «no estaba de acuerdo del todo con la manera» con que se estaban gestionando las facturas y que se sentía «incómodo e cómo estaba yendo todo».
También ha admitido que el 6 de noviembre de 2017, cuando tenía el teléfono intervenido, mantuvo una conversación con un amigo en el que, en un contexto «coloquial» le comentó que, ante la activación del 155, temía que una comisión económica «empezara a mirar» los gastos y empezaran a salir «marrones».
«Yo tengo una de marrones, buff; hombre, claro, porque yo con la Borràs, con la jefa, yo facturo con la cooperativa, yo facturo unos ‘trapis’ por allí. Yo tengo que hacer un presupuesto bueno y, o sea, tengo que hacer dos presupuestos buenos y cuatro no buenos; lo peor es si la Borràs deja de ser directora», aseguró entonces Isaías H.
Al ser preguntado por la Fiscalía por si con las expresiones «trapis» y «marrones» se refería a los concursos bajo sospecha objeto de este juicio en el TSJC, Isaías H. ha sido tajante: «Está claro».
El acusado ha explicado que tenía relación con Borràs desde los años 2008 y 2009, a raíz de unos premios literarios en los que participó como concursante, y posteriormente ambos iniciaron una relación «vinculada a la literatura digital» y se enrolaron en un grupo de investigación sobre literatura.
Borràs ha seguido la declaración incriminatoria del otro acusado con la mirada puesta en su teléfono, lo que le ha valido una llamada de atención del presidente del tribunal, Jesús María Barrientos: «no puede consultar el móvil».