La familia de una niña violada en grupo en Badalona abandona la ciudad por amenazas
Los servicios sociales del Ayuntamiento están ayudando a los padres de la niña para poder hacer todos los trámites y facilitar su traslado a otra localidad
Mossos d'Esquadra. | Europa Press
La familia de la niña de 11 años que sufrió una violación grupal en el centro comercial Màgic de Badalona (Barcelona) abandonará la ciudad, en la que actualmente residen, entre esta semana y la que viene.
Según han confirmado fuentes municipales, los servicios sociales del Ayuntamiento de Badalona están ayudando a los padres de la niña para poder hacer todos los trámites y facilitar su traslado a otra ciudad.
Todos los presuntos agresores -menores de edad- de la joven están en libertad, después de que un juzgado de menores liberara al único internado por esta causa.
La madre de la víctima ha tenido que dejar el trabajo para estar en los trámites judiciales, acompañar a su hija a recibir atención psiquiátrica y poder recibir ella misma también ayuda.
La menor declarará el próximo mes de junio en Fiscalía, testimonio que se grabará y que se considerará prueba preconstituida.
Además de la presunta violación, un hermano de la víctima recibió amenazas de muerte por parte de personas del entorno de los supuestos violadores de la menor, detonante que motivó a la familia a abandonar Badalona.
Deberíamos dejar de hablar de «colectivos vulnerables» y empezar a hablar de colectivos intocables o sagrados (menores, gitanos) . Por aquello de ajustar las palabras a los hechos. Claro que también serviría decir «colectivos que le caen bien a la izquierda».
La noticia lo omite conforme a la mezquina costumbre de nuestra prensa, pero los violadores de esa pobre niña, los verdugos de esa desdichada familia inmigrante, son menores gitanos.
Gitanos.
Se puede decir, no son Pijus Magnificus ni Voldemort.
¿Esta es la España que queremos?
La que suelta a los violadores y les da cobertura para que puedan echar a las víctimas de su residencia.
Es la España que apoya a los okupas y culpa a los propietarios.
Es la España que con el eslogan de «No es no», suelta a pedófilos y violadores porque de alguna retorcida manera, «es que el consentimiento ahora sí está en el centro».
Damos asco como país, y como padre, me aterra el futuro de los hijos en él.