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Comunidad Valenciana

La izquierda llega dividida en Valencia a la primera huelga general convocada por la dana

La protesta no ha conseguido hasta ahora el respaldo ni de los sindicatos mayoritarios ni del PSOE valenciano

La izquierda llega dividida en Valencia a la primera huelga general convocada por la dana

Imagen de la sexta manifestación ciudadana por la gestión de la dana del pasado marzo. | Jorge Gil / Europa Press

La izquierda política y sindical valenciana afronta dividida la huelga general convocada para el 29 de mayo en la Comunidad Valenciana, coincidiendo con los siete meses de la dana que afectó a buena parte de la provincia de Valencia. La protesta, impulsada por Intersindical Valenciana, CGT, CNT y COS, no ha conseguido hasta ahora el respaldo ni de los sindicatos mayoritarios —UGT y CCOO— ni del PSOE valenciano. En cambio, Compromís sí ha mostrado su apoyo público a la convocatoria.

La huelga, concebida como una respuesta al conjunto de reivindicaciones tras la catástrofe, tiene como ejes la exigencia de una «reconstrucción participativa» y la denuncia de lo que algunos sectores sociales consideran una «gestión deficiente» de la emergencia por parte del gobierno regional.

La falta de apoyo de los socialistas valencianos y de los dos principales sindicatos no ha caído del todo bien entre los convocantes. Según una portavoz sindical, «sería mucho mejor que Comisiones Obreras y UGT se hubieran sumado, porque refuerza la convocatoria y facilita la movilización». Aun así, matiza que «la huelga no es de los sindicatos, sino de la sociedad valenciana».

Desde Intersindical Valenciana, otra portavoz confirma que la convocatoria sigue adelante «independientemente del color político o sindical» y que esperan que la ciudadanía «juzgue si los motivos expuestos justifican parar un día para exigir justicia, ayudas y soluciones».

Las manifestaciones están previstas en Valencia, Alicante y Castellón, tanto por la mañana como por la tarde, y se prevén piquetes informativos en transporte público, privado y centros de trabajo. Además, el día de la huelga coincidirá con las manifestaciones mensuales que se vienen celebrando desde noviembre.

Contexto de fractura

La convocatoria de la huelga llega en un momento de tensión dentro del espacio de la izquierda valenciana. La moción de censura a Carlos Mazón, reclamada por Compromís desde hace meses, no ha contado con el respaldo claro de los socialistas, cuyo liderazgo encarna Diana Morant como secretaria general y ministra de Ciencia.

Morant ha evitado en numerosas ocasiones a comprometerse con los plazos para impulsar la moción, alegando que la prioridad debía ser atender las necesidades inmediatas de los afectados por la dana. Una postura que ha sido interpretada por Compromís como una maniobra dilatoria. Desde entonces, las discrepancias entre ambas formaciones se han acentuado.

Compromís ha reprochado en varias ocasiones que la secretaria general del PSOE esté utilizando su cargo institucional en el Gobierno central para hacer anuncios que corresponden a una estrategia partidista, sin coordinación con el resto de la oposición. Consideran que existe una confusión de roles entre su labor como ministra y como dirigente del partido, algo que —según han manifestado— puede debilitar la respuesta política frente al actual gobierno autonómico.

Esa doble condición de ministra y líder autonómica está generando también voces discrepantes entre los socialistas. Algunos de sus representantes apuntan a la falta de estructura política estable en torno a Morant en la Comunidad Valenciana, y destacan la desconexión entre la dirección federal y el territorio.

La moción como telón de fondo

Compromís redobló su presión especialmente hasta hace dos meses, recordando que el Ejecutivo autonómico, según su criterio, ha demostrado una gestión ineficaz de la emergencia y que «ya no hay excusas para no presentar una moción de censura». Sin embargo, la realidad es que los números no dan.

En este contexto, la convocatoria de huelga general se interpreta también como un test político indirecto: servirá para medir el clima social, el grado de movilización y, sobre todo, el liderazgo real en la oposición. El hecho de que Compromís se haya volcado en su apoyo mientras los socialistas la esquivan es ya, en sí mismo, un gesto revelador.

Los sindicatos convocantes insisten en que esta no es una huelga partidista. Recuerdan que muchas familias aún no han cobrado indemnizaciones, que centenares de trabajadores en situación precaria se quedaron sin cobertura tras el temporal, y que algunos trabajadores fallecieron durante las tareas de emergencia sin que se haya depurado responsabilidad alguna.

«Queremos una respuesta real, no discursos ni excusas», afirma una portavoz sindical. «Lo que ocurrió el 29 de octubre requiere una autocrítica profunda por parte de las instituciones. Esto no va de ideologías, sino de derechos».

Con todo, la jornada de huelga general se desarrollará en un escenario de desunión visible en el ámbito de la izquierda. UGT y CCOO, aunque han participado en movilizaciones previas, no han querido respaldar la huelga y no han esgrimido en público las razones. El PSOE tampoco ha dado señales de sumarse aunque los sindicatos convocantes esperan um cambio de actitud. Solo Compromís se ha mostrado partidaria de apoyarla y anima a la ciudadanía a seguirla.

La izquierda valenciana, en definitiva, llega dividida a su primera gran cita de movilización social tras la dana. Y lo hace en un momento clave, en el que las diferencias entre las diferentes siglas pueden acabar siendo tan determinantes como las propuestas que defienden unos y otros.

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