Camps critica que Llorca y Catalá le hacen el vacío: «No le tengo miedo a nada ni a nadie»
«Puede que sea un problema para algún dirigente, pero no para el PP. Yo soy el PP», ha asegurado este jueves

Francisco Camps ha asegurado haber contemplado todos los escenarios posibles. | THE OBJECTIVE
Francisco Camps llegó este jueves a su rueda de prensa con una idea muy clara: escenificar que tiene proyecto, equipo y ambición… y que la actual dirección del PP valenciano sigue marcando distancias con él. Prueba de ello, es que el PP de la ciudad de Valencia, presidido por la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, no se ha dirigido a él como expresidente de la Generalitat para invitarle a participar a la cena de Navidad que anualmente organiza la formación. No obstante, se reivindicó como el único dirigente que levanta la mano, presenta estructura y dice abiertamente que quiere liderar el PP de la Comunidad Valenciana y ser el próximo presidente de la Generalitat Valenciana.
El expresidente de la Generalitat expuso un proyecto político y orgánico detallado, articulado en torno a la idea de que es «el único» dirigente popular que ha verbalizado abiertamente su intención de asumir el liderazgo. «Soy el único que tiene un modelo de futuro», afirmó desde el atril, insistiendo en que ningún otro militante ha expresado públicamente su voluntad de presentarse a un congreso o de encabezar la candidatura de los populares valencianos. «El PP tiene que volver a ponerse en marcha», señaló, convencido de que puede recuperar la mayoría absoluta y traer de vuelta los votos que se marcharon a Vox.
Camps defendió que el partido debe recuperar el liderazgo político en los grandes debates de la Comunidad Valenciana —agua, financiación, infraestructuras, seguridad, empleo y vivienda—, debates que, a su juicio, hoy nadie está ordenando desde la dirección autonómica. Considera imprescindible que el PP vuelva a ser el «gran partido del pueblo valenciano», con capacidad para vertebrar el territorio y proyectar influencia en Madrid y en Europa. A esa reivindicación añadió un mensaje de desafío a quienes puedan estar incomodados con su regreso: «No le tengo miedo a nada ni a nadie».
«No soy optimista, soy realista»
La referencia directa al president de la Generalitat y secretario general del PP valenciano, Juanfran Pérez Llorca, fue inevitable. Esta misma semana Llorca afirmó que admiraba el «optimismo» de Camps al creer que puede lograr una mayoría absoluta o hacer desaparecer a Vox. La réplica fue inmediata y rotunda: «No soy optimista, soy realista». Aseguró que su análisis se basa en experiencia, trayectoria y datos electorales, y recordó que ya ganó tres elecciones consecutivas con mayoría absoluta, algo que, según afirmó, puede repetirse si el partido cree en ello desde el primer día.
Camps también defendió que no representa un problema para el PP, aunque admitió que puede generar inquietud en algunos cargos. «Puede que sea un problema para algún dirigente, pero no para el PP. Yo soy el PP», sostuvo, antes de añadir que esta misma mañana había desayunado con un dirigente popular, cuyo nombre no quiso desvelar «para no generarle problemas».
El expresident explicó a continuación que su plan contempla todos los escenarios posibles para el proceso interno del PP de la Comunidad Valenciana. En el primero de ellos, el presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo, y el secretario general, Miguel Tellado, podrían optar por nominar directamente al candidato. Camps afirmó que va a trabajar «para que sean conscientes de que el mejor candidato» es él. En un segundo escenario, un congreso con compromisarios permitiría a los delegados valorar su propuesta.
Y en un tercer escenario, su preferido, un congreso abierto y masivo a toda la militancia permitiría que decenas de miles de afiliados eligieran al próximo líder. Afirmó que esta opción «modernizaría» al partido y reactivaría las sedes locales, que considera adormecidas. Sobre los plazos, volvió a exigir que el congreso se celebre entre marzo y junio, porque existe —dijo— una «necesidad urgente» de renovar liderazgo, discurso y proyecto.
Cuatro pilares
En cuanto a su propuesta política para la Comunidad Valenciana, Camps la articuló en torno a cuatro pilares clásicos —el agua, la financiación, las infraestructuras y la seguridad—, a los que sumó dos prioridades que considera determinantes en el contexto actual: el empleo y la vivienda. Sostiene que la región ha perdido «tono», «peso» y presencia política, y que debe recuperar una posición de influencia en el conjunto de España. Defendió que su modelo está pensado para «lanzar a la Comunitat Valenciana hacia adelante» y vertebrar el territorio de norte a sur.
Tras exponer el proyecto, Camps presentó el equipo con el que quiere demostrar que su candidatura no es un gesto simbólico, sino una estructura ya en marcha. La dirección política de campaña estará encabezada por él mismo y por Inés Peiró, que ejercerá como directora de campaña. A su alrededor se ha configurado un comité estratégico de 20 personas reducido en el que figuran Mariano Durán, Alberto Fourrat y Chema Simó. El resto del equipo se organiza en áreas de estrategia y análisis, comunicación y mensaje, organización territorial, programa y contenido político, movilización y actos, y una última área dedicada a aspectos legales, financieros y de control. Según explicó, se trata de un grupo «joven, cohesionado y con ilusión», compuesto por perfiles profesionales ajenos a los cargos públicos actuales. «Este es el equipo con el que quiero liderar el PPCV y ganar en 2027», afirmó.
El capítulo final de la comparecencia estuvo marcado por el distanciamiento que mantiene con la dirección autonómica. Camps aseguró que no ha podido hablar ni con Pérez Llorca ni en su día con el expresident Carlos Mazón, que dimitió hace un mes, pese a haberlo intentado «en varias ocasiones». «Les dije que me gustaría hablar con vosotros pero no ha habido ocasión», lamentó. Añadió que toda la dirección del PP, «de arriba a abajo», ha tenido conocimiento expreso de sus intenciones y que jamás ha actuado en grupos cerrados ni en reuniones discretas. «Dije que quería volver a la primera línea y mi partido sabe lo que propongo y lo que pretendo», afirmó.
Preguntado por qué sus planteamientos no parecen ser atendidos, evitó entrar en detalles: «Es una respuesta que daré donde corresponde. Soy un militante disciplinado». Y, sobre la cena de Navidad del PP de Valencia, consideró que lo normal es que a un expresident «se le llame por teléfono» y no se le envíe una nota, una frase que volvió a subrayar, sin decirlo explícitamente, la brecha que hoy separa a Camps de la cúpula del partido.
