El PSOE teme que las expectativas con el candidato en Madrid acaben en decepción
El partido hará público el nombre del aspirante a la alcaldía en la capital en dos semanas, tras un baile de nombres que incluye a diversos ministros
La cuenta atrás ha comenzado. El nombre del candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid será público en dos semanas. Medios de comunicación, militantes y adversarios políticos hacen cábalas. «Va a sorprender», afirma uno de los pocos dirigentes que conoce la decisión, aunque no suelta prenda. Los detalles que han trascendido del aspirante son escasos: es una persona conocida por las bases y dejará un puesto relevante. Cargos públicos y orgánicos reconocen a THE OBJECTIVE que las expectativas son tan altas que corren el riesgo de decepcionar al electorado.
«Si no ponen a Carmen Calvo o a Félix Bolaños será una decepción absoluta», afirma una socialista con responsabilidades públicas. Ambos han desechado el ofrecimiento. Cree que los tiros irán por otro lado. Alguien de segundo nivel, quizás un secretario de Estado. El presidente Pedro Sánchez ya salió al paso de los rumores en verano descartando una nueva crisis de Gobierno pensando en las municipales. El retraso de las primarias en algunas ciudades, como el caso de Madrid, ha reavivado el runrún.
Los mandamás del PSOE han jurado y perjurado que el candidato en Madrid no será un ministro. Varios de ellos, como Pilar Llop o el propio Bolaños, se han descartado públicamente. Algunos militantes no se lo creen: «Salvador Illa también rechazó serlo 24 horas antes de convertirse en candidato en Cataluña». Muchos de ellos mantienen la esperanza de que sus palabras no se confirmen. No otean en el horizonte mejores aspirantes para levantar las ilusiones de su parroquia en la capital, una plaza en la que no gobiernan desde hace 33 años.
Baile de nombres en el PSOE
El baile de nombres es extenso. De Calvo a Bolaños pasando por otros ministros como Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska y Reyes Maroto. Los de la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y del poeta Luis García Montero también ha estado en las quinielas. Y hasta el de un eterno aspirante, Javier Solana. Su posible candidatura cobró fuerza después de que el líder regional, Juan Lobato, explicara su intención de recuperar al viejo PSOE para ser «la continuación a Enrique Tierno Galván y a Manuela Carmena».
«Se está disparando la expectación y eso puede suponer un problema si, finalmente, el PSOE no presenta a alguien de primerísimo nivel», reconoce un alto cargo socialista. Mete en la ecuación a Antonio Hernando, Rafael Simancas y José Manuel Rodríguez Uribes, que tienen puestos relevantes y son muy conocidos por las bases del partido. Otros dirigentes rechazan ese extremo porque los tres son personas de confianza para Pedro Sánchez y no creen que esté dispuesto a perderlos.
La decisión final, coinciden todos, será del presidente del Gobierno. Algunos socialistas incluso ponen en duda que Lobato esté al tanto de las negociaciones, aunque se arrogue la elección. «Eso solo puede generar fricciones», aseguran. El equipo del líder regional asegura que en los últimos meses han estado negociando «con dos o tres nombres potentes, reconocidos y reconocibles» y que ha llegado el momento de dar a conocer el elegido. No obstante, deberá someterse al escrutinio de la militancia y puede que no sea el único aspirante a las primarias.
Los socialistas retrasaron el proceso de selección en la capital hasta noviembre con el objetivo de tener más tiempo para elegir a su candidato en las municipales que se celebran en mayo. Una decisión que, para algunos, supone una estrategia equivocada. «Se está creando una bola gigantesca. Si luego no ofreces a alguien muy bueno, todo lo que se ha hecho será en vano», lamenta un histórico dirigente.
Otro importante miembro del PSOE apunta a que la demora en la elección puede deberse a que ninguna de las personas que se tocaron habrían aceptado el ofrecimiento. «Hace mes y medio que está tomada la decisión de quién será el candidato a las primarias», ha asegurado este viernes Lobato en una entrevista en Onda Cero, alimentando de nuevo ese halo de misterio que mantiene la formación.
El descarte de González
El PSOE declinó hace meses realizar un nuevo fichaje estrella. La experiencia de 2019 con el exseleccionador de baloncesto, Pepu Hernández, resultó un fiasco. Perdieron un concejal respecto a los anteriores comicios y se quedaron con ocho. No solo fue el peor resultado de su historia en la capital, también les condenó a ser la cuarta fuerza política en el Consistorio. Hernández renunció al acta en septiembre del año pasado y todas las miradas se dirigieron a quien fue su número dos, Mercedes González.
Sánchez la nombró delegada del Gobierno en marzo de 2021 y sus compañeros la auparon a la secretaría general de la Agrupación Socialista de la Ciudad de Madrid, creada hace ahora un año. No obstante, cuando se acercó el momento decisivo, Ferraz la descartó con el argumento de que salía mal parada en las encuestas internas. Quienes mejor la conocen afirman que no pondrá en entredicho la decisión del secretario general, pero está dolida por las formas. Dirigentes socialistas aseguran a este diario que algunos de sus fieles han roto relaciones con la gente de Lobato.
Las conjeturas sobre el futuro candidato del PSOE han llegado hasta el Palacio de Cibeles, sede del Gobierno municipal. Los concejales socialistas desconocen los planes de Ferraz y, algunos de ellos, como Mar Espinar y Enma López, incluso barajan presentarse a las primarias. Dependerá, según las fuentes consultadas, de la persona ungida por Sánchez para competir con José Luis Martínez-Almeida. «Se están creando muchas expectativas y luego hay que estar a la altura, si no, será una decepción», reconoce uno de los ediles.
Los socialistas madrileños han celebrado este domingo su Comité Regional en Las Rozas. Se ha aprobado una resolución en apoyo de la sanidad pública, pero no se han ofrecido más pistas sobre el aspirante a la alcaldía de la capital. Hay quienes han animado a sus colegas a hacer apuestas. Algunos han bromeado sobre el mal fario que persigue al candidato y reconocen que los resultados serán malos «sea quien sea». Les preocupa más que el casting rompa el partido. Una vez más.