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Manuel Chaves Nogales, cronista del fin de un mundo

Dos nuevos libros recuperan la figura del escritor y periodista, muerto en el exilio y representante de la Tercera España

Manuel Chaves Nogales, cronista del fin de un mundo

Manuel Chaves Nogales. | Libros del Asteroide

En una de las últimas fotografías que le tomaron, en agosto de 1942 -un par de años antes de morir-, Manuel Chaves Nogales (1897-1944) aparece, en su exilio británico, con pajarita y gabardina, rodeado de un grupo de soldados americanos que esperan a entrar en combate en Europa. Sorprende su rostro, muy avejentado para un hombre de solo 44 años. Es el rostro de alguien que ha vivido situaciones dramáticas y ha visto cómo su mundo de «pequeño burgués liberal, ciudadano de una república democrática y parlamentaria» se derrumbaba. Primero se desangró España en una guerra civil y después Europa cayó en las garras del nazismo. 

Chaves Nogales fue uno de los más lúcidos cronistas de ese periodo convulso, uno de los grandes periodistas de una época en la que se codeó con gigantes como Pla, Gaziel o Camba. Fue además un español que mantuvo la cordura en tiempos de radicalización y dogmatismo. Representó lo que Salvador de Madariaga definió como La Tercera España, la que no se dejó seducir ni por los cantos de sirena del fascismo ni por los del comunismo. La España liberal que acabó aniquilada por la polarización de los extremos que desembocó en la Guerra Civil

Fue esta postura equidistante y sensata la que tras su fallecimiento lo condenó a largos años de olvido. Incomodaba tanto al franquismo como a la izquierda que con el tiempo se hizo con el control de las aulas universitarias. Durante mucho tiempo, el único libro de Chaves Nogales que circulaba en España era su portentosa biografía Juan Belmonte, matador de toros (1935), que Alianza Editorial reeditó en 1969. Hubo que esperar décadas para que se iniciara el rescate de su figura, gracias a obras como Las armas y las letras de Andrés Trapiello (recibida en su primera edición de 1994 con virulenta hostilidad por sectores académicos que lo acusaron de revisionista y de cosas peores). Después llegó la biografía de María Isabel Cintas Guillén El oficio de contar, publicada en 2011 y ampliada y reeditada como Andar y contar en 2021. Por su parte, la Diputación de Sevilla publicó en 1993 en dos tomos la Obra narrativa completa de Chaves Nogales, a la que después incorporó la Obra periodística en tres tomos editados en 2013. Los cinco volúmenes están hoy disponibles en una coedición con Libros del Asteroide. 

Testigo del siglo

Convertido hoy en un referente del que muchos intentan apropiarse, su figura sigue suscitando interés y llegan ahora a librerías dos nuevos textos que ahondan en ella. Por un lado, Manuel Chaves Nogales. Barbarie y civilización en el siglo XX (Alianza Editorial) de Francisco Casanovas Sánchez, biógrafo de Pérez Galdós y Ramón y Cajal. Por otro, Manuel Chaves Nogales. Los años perdidos (1940-1944) (Renacimiento) de Yolanda Morató. 

Portada del libro

Francisco Casanovas plantea un recorrido por la vida y la obra del periodista, centrándose sobre todo en su relevancia como cronista de la agitada época que le tocó vivir. Cita profusamente a Cintas y a otros especialistas y se mantiene en la línea de lo investigado hasta ahora. El libro se divide en dos partes. La primera traza un perfil biográfico del personaje y la segunda lo sitúa ante los grandes acontecimientos de los que fue testigo y sobre los que escribió artículos y libros: la revolución rusa, el ascenso de Hitler y el fascismo en Alemania, la Segunda República española y la Guerra Civil, la caída de Francia ante el nazismo y el último periodo en Inglaterra al servicio de la causa aliada. 

Bombardeo de Guernica, el 26 de abril de 1937.

Es en esta etapa final en la que se centra el libro de Morató, que cuestiona algunos datos, más o menos anecdóticos, de la biografía canónica de Chaves, como el nombre del barco que tomó hasta Inglaterra y la ruta que siguió, pero sobre todo quiebra -solo en parte- la imagen intachable del biografiado. Digo solo en parte, porque lo que cuenta es que dejó de ser periodista para convertirse en propagandista -y acaso espía- al servicio de los aliados desde un despacho, ya sin patear la calle. Lo cual tampoco parece tan terrible: si nutrió a periódicos latinoamericanos de información no investigada por él sino suministrada por los británicos, al menos no vendió su alma al diablo y contribuyó a una causa justa, la de la lucha contra el nazismo.

Nacido en Sevilla, donde hizo sus primeros pinitos como periodista, Chaves Nogales marchó a Madrid, escribió para diversos medios, trabajó en El Heraldo de Madrid y en Ahora -un diario partidario de Azaña-, del que fue subdirector y después, tras el estallido de la guerra, director. Cuando el Gobierno republicano abandonó Madrid rumbo a Valencia, él lo siguió y desde ahí se exilió a Francia con su familia. Se instalaron cerca de París y él siguió escribiendo contra la rebelión militar, pero también contra los excesos de los diversos grupúsculos del bando republicano. Su visión de la guerra queda reflejada en su libro más importante: A sangre y fuego, subtitulado Héroes, bestias y mártires de España y publicado por primera vez en 1937 en Santiago de Chile. Son -en su edición definitiva- 11 relatos basando en hechos reales que conforman una suerte de novela episódica y caleidoscópica del conflicto. 

Portada del libro

Al servicio de los aliados

Cuando los nazis estaban a punto de entrar en París, mandó a su esposa e hijos de regreso a España y él -que sabía que la Gestapo lo detendría porque figuraba en una lista negra- huyó a Inglaterra para ponerse al servicio de los aliados. Allí enfermó y falleció de peritonitis con solo 46 años, un mes antes del desembarco de Normandía y sin llegar a ver, por tanto, la derrota de Hitler. Tampoco volvió a ver nunca a su familia, ni llegó a conocer a su hija pequeña. Lo enterraron en el cementerio de Noth Sheen, cerca de Londres, en una tumba sin lápida.

Entre sus libros, aparte de A sangre y fuego, destacan varios dedicados a la revolución rusa: La vuelta al mundo en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja (1929), Lo que ha quedado del imperio de los zares (1931) y sobre todo la obra narrativa El maestro Juan Martínez que estaba allí (1934), publicada por entregas como «folletín-reportaje» en La Estampa y después reunida en un volumen. Arranca con el encuentro en un café parisino del autor con el bailarín flamenco del título. Después Chaves Nogales le cede la palabra y este cuenta en primera persona sus aventuras con su esposa Sole y una troupe por Rusia durante la revolución. Pese a las dudas sobre si lo que se relata sucedió realmente o es fruto de la imaginación, la mezcla de lo periodístico y lo literario anticipa estrategias que después utilizaría el celebrado nuevo periodismo americano de los Capote, Mailer, Wolfe y Talese

La estrategia de dar la palabra al personaje la volvió a utilizar en la memorable biografía del torero Belmonte, probablemente su mejor libro junto con los relatos sobre la guerra civil de A sangre y fuego. Otro texto destacable de Chaves Nogales es el ensayo La agonía de Francia (publicado en 1941 en Montevideo), en cuyas páginas analiza cómo este país sucumbió al nazismo. La reflexión final es un buen resumen de su visión del mundo: «No se ha descubierto ninguna forma de convivencia humana superior al diálogo, ni se ha encontrado un sistema de gobierno más perfecto que el de una asamblea deliberante, no hay otro régimen de selección mejor que el de la libre concurrencia: es decir, la paz, la libertad, la democracia». 

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