El Gobierno vasco da la semilibertad y el tercer grado a la etarra que asesinó a Ernest Lluch
El Ejecutivo autonómico ha promovido el avance de varios criminales con delitos de sangre desde que tiene el control penitenciario
La política penitenciaria del Gobierno vasco desde que adquiriera las competencias para la gestión de sus prisiones ha pasado por permitir que una buena parte de los miembros de la banda terrorista ETA tengan acceso al tercer grado y a la semilibertad a pesar de la longitud de sus condenas. El último caso es el de Lierni Armendaritz, conocida por el asesinato exministro y diputado del PSC Ernest Lluch.
Por este crimen, la miembro de la banda fue condenada a 33 años, aunque esta no es la única pena que mantiene. Armendaritz fue sentenciada a 34 años como autora del asesinato del concejal del PP en Sant Adrià de Besòs José Luis Ruiz Casado, a 47 años como responsable del asesinato del miembro de la Guardia Urbana de Barcelona Miguel Gervilla y a otros 47 por el asesinato del concejal del PP de Viladecavalls Francisco Cano.
Según avanza el diario ABC, Lierni Armendaritz se suma a la lista de delincuentes progresados por las autoridades vascas, que desde octubre ha concedido las mismas progresiones como el Gobierno central en los tres años previos de legislatura, cuando era el responsable de esta competencia. El balance del Observatorio de Política Penitenciaria de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) apunta a que esta decisión fue tomada durante el mes de agosto y que se suma a otros seis presos que disfrutarán de estos beneficios.
La Justicia corrige al Gobierno vasco
Las decisiones del ejecutivo regional ha promovido el acercamiento y la semilibertad de criminales con delitos de sangre a sus espaldas, como el de José María Arregi Erostarbe, conocido como ‘Fiti’ y responsable de asesinatos como el de los menores de la Casa Cuartel de Zaragoza.
La política penitenciaria no ha quedado exenta de intervención judicial y ante la laxitud con la que se han concedido estos beneficios se ha recurrido a la Audiencia Nacional. La Fiscalía del organismo ha recurrido once progresiones —incluida la de Fiti— a la espera de una decisión del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria. La Justicia ya ordenó el reingreso en prisión de Gorka Martínez e Iñaki Bilbao —dos de esos expedientes estudiados— al considerar que debían regresar al segundo grado al no haber pedido perdón expreso a las víctimas y al no haber satisfecho sus responsabilidades civiles.
En THE OBJECTIVE te hemos avanzado todas las dudas existentes con la política penitenciaria vasca y el número de etarras que se encuentran a 300 kilómetros de sus hogares: tan solo cuatro de ellos.