Terrorismo: hipocresía y mentiras de Bildu
El Lobo: «¿Quiénes son aquí los asesinos, los dictadores, los nazis? Vosotros»
Bildu no puede soportar que Mikel Lejarza, El Lobo, lleve dos años contando por toda España conmigo su historia en dos libros –Yo confieso y Secretos de confesión– y desde hace unas semanas intenta poner freno a algo que no les gusta nada: que un infiltrado del servicio secreto vaya aireando que los engañó y, como resultado de su trabajo, la Policía detuvo a cientos de miembros de ETA.
El 13 de enero estuvimos en Bilbao y el programa Boulevard de Radio Euskadi, presentado y codirigido por Xabier García Ramsden, nos entrevistó, Lejarza por teléfono y yo en el estudio. Fue una entrevista de un periodista ansioso por contar una historia sorprendente, como la mayor parte de los compañeros con los que hablamos.
Rápidamente varios dirigentes de Bildu mostraron su malestar y anunciaron que iban a quejarse al director general de EITB, Andoni Aldekoa, en la reunión del Consejo de Administración del ente que se iba a celebrar el 31 de enero. Pretendían imponerle a Xabier García cuáles eran las preguntas que debía haber formulado a El Lobo.
Ruido y más ruido con la intención de calmar el malestar de algunos de sus seguidores con el hecho de que alguien recalque la derrota de ETA y, además, a manos de un vasco que nació en un caserío y habla euskera desde la cuna.
Menciono los términos ‘mentiras y falsedades’ porque sus portavoces describen a El Lobo como «un agente al servicio de la dictadura franquista, que posibilitó detenciones, torturas y muertes contra ciudadanos vascos». Lejarza estuvo infiltrado en ETA realizando labores de espionaje durante unos meses en el final del franquismo, después durante la etapa de Adolfo Suárez, más tarde durante los años de González, después con el Gobierno de Aznar, a renglón seguido con Zapatero, luego con Rajoy y hasta ahora con Sánchez.
Identificar terroristas, narcotraficantes…
Sus labores, como las de todos los espías, han sido siempre identificar a los terroristas, narcotraficantes, traficantes de armas, terroristas yihadistas y que con su información actuaran posteriormente los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Nunca persiguió a ciudadanos vascos, ni salmantinos o madrileños, trabajó para que todo tipo de delincuentes dejaran de cometer delitos.
Hablo de que actúan con hipocresía porque Bildu da mucha importancia a los delitos cometidos durante el franquismo -defiendo el derecho de los familiares de las víctimas a la memoria histórica-, pero no quieren hablar de los delitos cometidos por ETA durante 40 años de democracia, la mayor parte de ellos durante gobiernos socialistas -a cuyas víctimas, por supuesto, también reconozco el derecho a la memoria-.
Y destaco el término manipulaciones porque los de Bildu juntan las palabras «detenciones, torturas y muertes» –referidas a las cometidas por los policías en el franquismo, no a las ejecutadas por ETA durante esos 40 años- y las unen falsamente a la declaración de Lejarza de que «volvería a hacerlo». Esas tres palabras son la respuesta a la misma pregunta repetida en casi todas las entrevistas: «¿Con todo lo que ha pasado, que lleva escondido 50 años viviendo en la clandestinidad, le merecería la pena volver a infiltrarse en ETA?» Y el espía responde siempre que sí, porque gracias a eso, consiguió salvar vidas.
También le acusan de la muerte del etarra Josean Múgica durante un enfrentamiento con la Policía que tuvo lugar el 30 de julio de 1975, cuando El Lobo circulaba por Madrid en coche con él y con los también etarras Felix Egia y José María Lara. Los cuatro salieron corriendo tras ver que habían sido descubiertos. Egía y Lara fueron detenidos, Lejarza consiguió huir, mientras Múgica se enfrentó a sus perseguidores y lo mataron. De esa desgracia han pasado casi 48 años y nunca se produjo una denuncia contra El Lobo acusándole de ser partícipe en un crimen. Igual que nunca se le ha acusado de ser un torturador o un asesino.
El escritor Ricardo Magaz escribía el pasado 1 de febrero un artículo en el Diario de León en el que decía: «Gracias a la infiltración como ‘topo’ de Mikel en el núcleo dirigente de la banda terrorista ETA en la década de los 70, la Policía y la Guardia Civil desarticularon desde dentro infinidad de comandos y detuvieron a centenares de etarras, incluidos los máximos líderes de la cúpula. En rigor, Lejarza salvó muchas vidas de inocentes en los duros años de plomo, e incluso después».
El Lobo: «Hice mi trabajo y os gané»
Mikel Lejarza me ha mandado el siguiente mensaje:
«Los de Bildu no quieren que la gente se entere de todo lo que hablas, ni permiten que lean el libro para que no conozcan la realidad total. Juegan con frases como ‘el espía de Franco’ y lo dejan ahí para que la gente joven piense que era un espía de Franco y tampoco es así la historia, para saber la historia hay que leerla. Y hablan del asesinato de no sé quién. Lo que no quieren es que la gente se entere de por qué fueron asesinadas estas personas, perdón, asesinadas no, murieron tiroteándose con la Policía o la Guardia Civil.
Lo que tengo claro es que nunca pensé como ellos y nunca lo haré. Están intentando que la gente no se entere de la verdad, que no se venda el libro, hacen que las librerías tengan miedo en exponer el libro y que la gente por ese miedo no lo compre.
Yo les digo, El Lobo les dice: Conmigo no jugáis, no hay nada que me podáis reprochar, yo hice mi trabajo y os gané. ¿Os duele? ¡Qué le voy a hacer! Si me hubierais cogido vosotros, me habríais hecho cachitos y encantados de la vida, pues era a lo que os dedicabais, a hacer trocitos con la gente. Y cogíais las balas, porque desde el primer día que tuve contacto con un liberado me lo enseñó, las hacíais cruces, las serrabais, para hacer más daño, para matar más fácilmente. ¿Quiénes son aquí los asesinos, quiénes son aquí los dictadores, los nazis? Vosotros».