¿Y si la derecha concediera la independencia a Cataluña y País Vasco?
«Si el PP se pusiera creativo, le daba la independencia al País Vasco y a Cataluña y aquí paz y después, gloria»
Lo ingobernable era una canción de C. Tangana y no este panorama político actual en el que el PSOE rompe la baraja del constitucionalismo y sueña una Españita con el independentismo postprocesista y la izquierda abertzale. Ayer fui a comprar y se habían terminado las metáforas sobre laberintos sin salida y, en general, las palabras. En Moncloa andan buscándole un nombre al referéndum de independencia que exige Junts, algo que quepa en la constitución y, si no, siempre se puede cambiar la constitución para que quepa.
Igual no tiene mucho sentido formar un gobierno en España con los que pretenden irse de España, aunque esto ya se ha dicho. En realidad, se ha dicho todo, hasta que habríamos de creernos que el sanchismo -¿se puede decir?-, la postconvergencia y la izquierda abertzale coinciden en pretender el bien de los ciudadanos de un país que intentan destruir y que está poblado por españoles, esto es, gente carpetovetónica, bestias con forma humana instaladas en el atraso de pueblos de casas blancas y calles de tierra en las que juegan niños renegridos de barrigas tensas, piel aceitosa, mocos colgando y moscas andándoles por la cara. Hablo de un país en el que, según el otro movimiento político del que es heredero uno de los socios del gobierno, viven personas que hasta ayer no merecían ni vivir y a las que recetaban un dolor socializado a base de bombas en los aparcamientos de los supermercados. Digo que ahora, de pronto, hay que creerse que estos han asumido el mandato de hacer un país mejor para toda esta gente que hasta ayer ahogaban económicamente con sus exigencias presupuestarias, querían echar de sus casas e incluso pegar un tiro. También con esfuerzo, nos intentamos probar el argumento de que el partido de Puigdemont apoya a Sánchez porque coinciden en no sé muy bien qué proyecto de no sé muy bien qué país. Yo me voy preguntando si es que Puigdemont, fachorro de Amer, no busca la independencia, ni tampoco la instauración de una sociedad de izquierdas, entonces, ¿qué es lo que busca?
«Sánchez, que es un político de cornisa, anda muy cómodo en estas ingobernabilidades en las que no cabe lo razonable»
Sánchez, que es un político de cornisa, anda muy cómodo en estas ingobernabilidades en las que no cabe lo razonable y donde todo es posible. Me refiero a esta situación en la que un país que ahora es mayoritariamente de derechas, termina siendo gobernado por la izquierda más los que se quieren ir. Ahí, Sánchez puede hacer cualquier cosa que necesite, instaurado en una excepcionalidad de la que es padre, hijo y espíritu santo. Al PP, estos precipicios le quedan como a un monje dos pistolas, y así le va, claro. Si el PP se pusiera creativo, le daba la independencia al País Vasco y a Cataluña y aquí paz y después, gloria. La paradoja consiste en que, de no contarse las fuerzas centrífugas, gobernarían ampliamente. Si Euskadi y Cataluña fueran independientes, entonces sí, este país sería, al fin, una nación constitucionalista ‘comme il faut’.