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Política

Pedro Sánchez y Pere Aragonès barajan verse la semana próxima de forma discreta

Fuentes gubernamentales barajan el viernes 20 de mayo, el único día libre en la agenda, pero no se descarta el lunes, en día festivo.

Pedro Sánchez y Pere Aragonès barajan verse la semana próxima de forma discreta

El encuentro será la semana que viene pero aún no está cerrado el día. Fuentes de Moncloa confirman a THE OBJECTIVE que la intención es que se celebre en Madrid y barajan el viernes 20 de mayo como fecha más probable para la reunión entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès. El presidente del Gobierno y el líder de la Generalitat quieren cerrar la crisis abierta por el escándalo Pegasus aunque esta cita podría hacerse con el mismo secretismo con el que se ha producido el escándalo del espionaje.

Fuentes del Ejecutivo adelantan a este periódico que se está trabajando para cerrar el encuentro entre Sánchez y Aragonès y que no se descarta que sea un encuentro secreto, sin cobertura ni imágenes que escenifiquen la reconstrucción de las relaciones entre ambos. Una imagen que podría perjudicar al Gobierno en tanto en cuanto se produciría apenas unos días después del cese de la directora del CNI, Paz Esteban, y podría proyectar una nueva cesión del Gobierno ante sus socios, a quienes ha concedido descabezar el CNI en apenas 15 días, tras una comparecencia de su directora en tiempo exprés y un cambio en las mayorías de la comisión de gastos reservados que permitió la entrada de Bildu, ERC y la CUP.

Un blindaje mediático que también encajaría a los republicanos del Govern, ante el temor a que sean ellos los que proyecten la imagen de cesión ante el Ejecutivo de la nación, a ojos de sus socios de JxCat. Así las cosas, no descartan en Moncloa que la reunión sea comunicada después de que se produzca a través de una nota de prensa en la que se comuniquen los acuerdos y resultados. Entre ellos, fuentes gubernamentales confirman la información adelantada por este periódico: la voluntad de desclasificar documentos relativos al espionaje para terminar de aplacar los ánimos del Govern.

Fechas posibles

Fuentes gubernamentales confirman que la celebración de este despacho entre ambos se producirá a lo largo de la semana que viene. No se descarta ningún escenario, ni siquiera su celebración en día festivo el próximo lunes 16 de mayo, festividad de San Isidro en Madrid, aunque ven más probable que se produzca el único día libre en la agenda del presidente del Gobierno, el viernes 20 de mayo.

El resto de las jornadas de la semana próxima tiene actividad en la agenda gubernamental: el martes se celebra el Consejo de Ministros, el miércoles la sesión de control del Congreso y el jueves hasta tres actos con diferentes colectivos en Moncloa, entre los que se encuentra una reunión bilateral con un mandatario internacional. Tampoco se descarta que la reunión entre ambos se produzca por la tarde ya que, de momento, está libre en la agenda del presidente del Gobierno.

ERC acepta un enjuague

Es consciente Pedro Sánchez de la necesidad que tiene ERC de vender un éxito ante los suyos y colgarse una medalla tangible, además de la cabeza de turco de la exdirectora del CNI. «Es una buena medida porque depende del presidente», explican fuentes de ERC respecto a un compromiso que tendría que asumir Sánchez, a diferencia del cese de Paz Esteban que fue firmado, defendido y anunciado por su ministra de Defensa, Margarita Robles.

Los republicanos asumen ya que «quizás fue un error elevar tanto el listón» y pedir la dimisión de Margarita Robles, que «jamás va a caer». Y entienden la necesidad de pasar página en sus propios intereses: «Tenemos que buscar una alternativa entre todos porque la alternativa es la que es», el eterno temor a un gobierno de la derecha que enterraría las aspiraciones y visibilidad de ERC.

El Gobierno es conocedor también de esta voluntad posibilista de sus socios y son optimistas, porque «están suavizando posiciones». La entrevista del líder de ERC, Oriol Junqueras, el pasado lunes en el diario El País confirmó sus sospechas de que los republicanos no tienen voluntad alguna de dejar caer al Gobierno pero necesitan un tiempo de transición para buscar el acercamiento. Así enmarcan sus últimas votaciones en el Congreso respecto a la Ley de Seguridad Nacional cuyo trámite este jueves en el Congreso proyectó una ruptura de la alianza Frankenstein, como adelantó THE OBJECTIVE, con ERC, PNV y JxCat en contra del proyecto del Gobierno que salvaron PP, Podemos y Ciudadanos.

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