El excanciller Gerhard Schröder demanda al Parlamento alemán por quitarle sus privilegios
La supresión de esas asignaciones es «ilegítima» y ni siquiera se ha concedido al excanciller el derecho a réplica, han afirmado los abogados del político
El excanciller aleman Gerhard Schröder ha presentado una demanda contra el Bundestag (Parlamento federal) tras serle retirada la asignación pública para su oficina, en medio del alud de críticas que recibe por sus vínculos con el presidente ruso, Vladímir Putin. La supresión de esas asignaciones es «ilegítima» y ni siquiera se ha concedido al excanciller el derecho a réplica, afirmaron los abogados del político a la televisión pública regional NDR, acerca de esa demanda, que trascendió hoy a medios alemanes.
La administración del Parlamento decidió el pasado mayo quitarle algunos privilegios que percibe Schröder en su condición de excanciller, entre ellos la dotación del personal y mantenimiento de su oficina, cuyos gastos ascendieron el año pasado a 419.000 euros.
Los abogados del político argumentan que ni siquiera se escuchó a Schröder, quien trató en vano de hablar de la cuestión con el presidente de la comisión parlamentaria del Bundestag, el conservador Helge Braun, exministro de la Cancillería en la última legislatura de Angela Merkel. Schröder, en el poder entre 1998 y 2005, es una figura muy controvertida por sus vínculos con Putin, de los que arranca la actual dependencia energética de Alemania respecto a Rusia.
La cúpula del Partido Socialdemócrata (SPD) le ha instado reiteradamente a romper esa relación e incluso «invitado» a dejar su filas, en caso de no hacerlo. Hasta 17 agrupaciones locales del SPD presentaron una demanda para abrirle expediente y, llegado el caso, expulsarlo. La iniciativa fue desestimada esta semana por la comisión de arbitraje del partido en Hannover, el distrito por el que está afiliado Schröder y de donde partió su carrera a la Cancillería, en 1998.
El político socialdemócrata ha «lamentado» en sucesivas declaraciones la guerra en Ucrania, sin condenar a Rusia, ha defendido su relación con Putin e incluso ha criticado la línea del actual gobierno alemán frente a Moscú.
El impulsor del Nord-Stream
Como canciller alemán, Schröder dio al presidente ruso rango de aliado político y amigo. Estos lazos se fraguaron en sus siete años al frente de la potencia económica europea. Su fruto más visible fue la construcción del gasoducto germano-ruso Nord Stream, acordada entre Berlín y Moscú en 2005, poco antes de ser apeado de la Cancillería por la conservadora Merkel.
Unos meses después de esa derrota, ocupaba ya puestos en consejos de administración relacionados con el gaseoducto. Esta supuesta «puerta giratoria» fue ya asunto complejo para el SPD entonces y se agravó ahora a raíz de la guerra de Ucrania.
En medio de fuertes presiones, Schröder renunció en mayo a sus cargos en el consorcio petrolero ruso Rosneft, cuyo consejo presidía desde 2017, y a su nominación para ingresar en el de Gazprom. El excanciller, sin embargo, defiende sus vínculos con Putin, con quien se ha reunido en Moscú al menos en dos ocasiones en estos meses, supuestamente para mediar. Ni su partido ni el también socialdemócrata canciller Olaf Scholz respaldan esos presuntos intentos mediadores.