El régimen de Ortega redobla su ataque contra la Iglesia Católica y detiene a un obispo
Rolando Álvarez Lagos se encontraba retenido en la Diócesis de Matagalpa desde el pasado 5 de agosto
El régimen del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa, Rosario Murillo, ha redoblado su ataque contra la Iglesia Católica en el país con una nueva detención arbitraria, la del obispo de la Diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez Lagos, a quien se le acusa de haber organizado a grupos violentos contrarios al Gobierno y a la estabilidad del país.
La página de Facebook de la Diócesis ha confirmado la entrada de la Policía de Nicaragua en la sede episcopal, donde se encontraban Álvarez Lagos, cinco sacerdotes y tres laicos así como los sacerdotes que acompañaban al obispo. Se desconoce la situación de todos ellos.
El Gobierno de Ortega contra la Iglesia
«Prevaliéndose de su condición de líderes religiosos, utilizando medios de comunicación y redes sociales, (la Iglesia) está intentando organizar grupos violentos, incitándolos a ejecutar actos de odio en contra de la población (…) con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua», aseguraba la Policía en un comunicado.
Esta no es la primera vez que el padre Álvarez ha sido detenido, ya que en mayo de 2021 el prelado se refugió en una iglesia en Managua, que también fue sitiada por la Policía. Antes de la actual intervención, el obispo se mantenía retenido en la sede de la Diócesis desde el día 5 de agosto.
América, preocupada por Nicaragua
La persecución contra la Iglesia en Nicaragua bajo el mando de Daniel Ortega ha sido denunciado por más de una veintena de presidentes y expresidentes de América, a los que se ha sumado José María Aznar. Todos ellos han exhortado al Papa a brindar «una firme postura de defensa del pueblo nicaragüense y su libertad religiosa» tras la creciente represión ejercida por el régimen sobre miembros del clero.
Los exmandatarios agrupados en la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) ven «con preocupación agravada» que ahora «la primitiva dictadura de los Ortega-Murillo» haya extendido a la comunidad religiosa la represión que ya venía ejerciendo sobre la disidencia política.