El Gobierno envía una carta a la Macarena para que proceda a exhumar a Queipo de Llano
Asegura que «pretende cerrar una deuda de la democracia española con su pasado y fomentar un discurso común basado en la defensa de la paz»
Imágenes de la tumba de Queipo de Llano. | María José López (Europa Press
El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, ha enviado a primera hora una carta al Hermano Mayor de la Hermandad de La Macarena para que proceda a dar cumplimiento con la Ley de Memoria Democrática mediante la exhumación y posterior traslado de los restos de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra y de Francisco Bohórquez Vecina.
Esta misiva llega tras la aprobación por las Cortes y la publicación en el Boletín Oficial del Estado, ha entrado en vigor la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática.
Según recoge la carta, «esta nueva norma pretende cerrar una deuda de la democracia española con su pasado y fomentar un discurso común basado en la defensa de la paz, el pluralismo y la condena de toda forma de totalitarismo político que ponga en riesgo el efectivo disfrute de los derechos y libertades inherentes a la dignidad humana».
Así, exponen que desde 1951, los restos mortales del dirigente de la sublevación de 1936 y responsable de la represión en Andalucía en fechas posteriores, Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, reposan bajo el camarín de la Virgen de la Basílica de la Esperanza Macarena. Y que también se hallan en el templo los restos mortales de Francisco Bohórquez Vecina, auditor de guerra y responsable de la ejecución de sentencias con aplicación de bando de guerra, según señala Europa Press.
«Durante los últimos años, la paradoja que supone esta presencia en un recinto religioso destinado al culto y la oración ha sido objeto de un amplio debate social, del que se han hecho eco numerosos medios informativos y publicaciones nacionales e internacionales», añaden a renglón seguido.
Por ello, como muestra de respeto hacia las víctimas y sus familiares, y en cumplimiento de lo previsto en la nueva ley, «es obligado poner fin a esta situación».
Si, según la nueva ley de memoria democrática, es preceptiva la exhumación de Queipo de Llano, a la cofradía le queda interponer recurso. En sus emisiones radiofónicas de propaganda bélica durante la guerra civil, Queipo de Llano dijo unas cuantas salvajadas y no me parece que sea un personaje digno de ser honrado y admirado, como otros muchos de aquella época de uno y otro signo ideológico, pero si una entidad privada que fue benefactora del general quiere conservar sus restos y rendirle homenaje, debería estar en su derecho, aunque quizás no en un lugar de uso público.
Entiendo que la hermandad se sienta agradecida a Queipo de Llano, pero también ha de asumir que honra a un represor que acabó con la vida de 3.000 personas entre julio de 1936 y enero de 1937. Si eso no lo considera importante, ella sabrá lo que hace. Ya, ya, ya sé que los “rojos” fueron también terribles represores y asesinos, tranquis, tranquis, lo sé y también lo digo, pero es que ahora estamos hablando de Queipo de Llano.
Qué saquen su cuerpo de la Macarena cuando los restos de Carrillo, la Pasionaria, Largo Caballero, Indalecio Prieto, etc… y toda la purria roja sean echados a la basura y sus tumbas derruidas para hacer homenajes a sus víctimas
Hombre, también para sus restos mortales.
Que les retiren los nombres de los colegios e instituciones y luego, si eso, ya que hablen de profanar más tumbas.
Esto más que memoria es amnistía.
Franco tiene toda la razón, porque ama a su patria, Franco defiende, además, a Europa del peligro comunista, si se quiere plantear la cuestión en éstos términos. Pero yo, que soy inglés, prefiero el triunfo de la mala causa. Prefiero el triunfo de los otros [los rojos] porque Franco puede ser un trastorno o una amenaza para los intereses británicos, y los otros no» (en 1938). (WINSTON CHURCHILL) Libro: La España totalitaria de Jesús Palacios, pág. 162
Sabiendo ya de sus lecturas, en la clínica podrán entender algo mejor su caso: estulticia + fanatismo + ignorancia + maldad… Para diagnosticar un triste trastorno de la personalidad solo faltaba confirmar la intoxicación ideológica. Pues ya está. ¡Jesús Palacios!
Muy malo el pronóstico, oiga…