La Internacional 'fantasma' de Sánchez: «Ningún partido centroeuropeo está en este club vacío»
Los centroeuropeos abandonaron hace una década la organización para crear la «verdadera Internacional global: la Progressive Alliance»
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue elegido el pasado 25 de noviembre como presidente de la Internacional Socialista. Un «éxito» que embriaga a Moncloa y Ferraz por tratarse del primer español en ocupar ese puesto que ocupó en 1976 el líder socialdemócrata alemán, Willy Brandt, en una organización que guarda pocas cosas en común con la de 2022. No solo porque la Internacional Socialista languidezca en su poder de influencia, sino porque la actual organización «ya no es la verdadera Internacional Socialista» que engloba a toda la socialdemocracia europea. Según fuentes socialistas del ámbito internacional consultadas por THE OBJECTIVE, «ni los alemanes del SPD, ni los laboristas británicos, ni los suecos, holandeses, austríacos, daneses ni noruegos» pertenecen ya al selecto club que influyó en las decisiones políticas de la Europa del siglo XX.
Un «club vacío» que ahora preside Pedro Sánchez, y que ha sido sustituido por otra organización, la «verdadera organización global», denominada Progressive Alliance, donde se integran todas las socialdemocracias y potencias centroeuropeas que abandonaron la IS en 2012, por sospechas de irregularidades de algunos de los miembros de procedencia iberoamericana. «Esta es la auténtica organización que a día de hoy cumple con las funciones de la Internacional». «La de Sánchez es la mala», explican estas fuentes, recelosas de que el presidente español sea capaz de devolver a la IS el peso que alcanzó en su época dorada: «En los 80 y los 90 mantenía una interlocución con las agencias internacionales de todo el mundo».
Tan solo Portugal, el minoritario PS francés y el ya casi extinto Pasok griego comparten con España su permanencia en la Internacional Socialista y su doble pertenencia a ambas organizaciones porque «todos compartimos la necesidad estratégica de mantener relaciones con América Latina». Y porque, según estas fuentes, la IS se ha convertido en una organización «africana e iberoamericana, pero ya no es una organización global ni progresista». El inicio del ocaso de la organización se produjo en 2012, cuando los alemanes comenzaron a recelar del excesivo poder acumulado por el secretario general, el chileno Luis Ayala, quien controlaba un sinfín de pequeños partidos africanos que «nadie sabía siquiera si existían, pero tenían poder de voto porque, supuestamente, estaban al corriente del pago de las cuotas».
Las dudas sobre la legalidad de los procedimientos internos y la «opacidad de las cuentas y los procedimientos no democráticos», fueron in crescendo por parte de los centroeuropeos quienes, según las fuentes consultadas, «liderados por Alemania, aseguraban tener pruebas de presuntas irregularidades». A ello se sumaba los pocos puntos de encuentro ente los laboristas británicos, alemanes o suecos con las formaciones socialistas y populistas de América Latina: «Imaginaos la poca sintonía entre los alemanes con los latinos de los Kirchner, Puebla o Evo Morales».
Finalmente, en 2013 se fraguó la ruptura y la escisión de las grandes formaciones socialistas centroeuropeas, que se organizaron en una nueva organización. «Se nos presionó mucho a los españoles para que no nos fuéramos, para mantener las relaciones con los iberoamericanos», explican las citadas fuentes socialistas. Y así España pasó a formar parte de las dos organizaciones: una la «nueva pero verdadera Internacional Socialista», ahora con otro nombre de Alianza Progresista; y otra la ‘afro-iberoamericana’, sin «ningún peso especifico». No en vano, la creación de la nueva organización progresista, el 22 de mayo de 2013, estaba presidida por Sigmar Gabriel, con sede en Berlín, y bajo el lema del entonces líder del SPD: «La Internacional Socialista ya no es la voz de la libertad».
Las sospechas sobre Luis Ayala
La Internacional Socialista de Sánchez no es, por tanto, «ni sombra de lo que fue. Es una plataforma para él», señalan en referencia a Pedro Sánchez. Y añaden que «le puede servir para utilizar como otro sombrero en foros internacionales en los que no siga el protocolo como presidente del Gobierno, sino como líder socialista». Así se explica que la cita de hace una semana en Madrid «no ha tenido ninguna repercusión internacional, no ha salido en ninguno de los grandes periódicos europeos». Porque la IS «ya no es una organización global».
Aseguran estas fuentes que «la intención de Sánchez de recuperar la presencia de alemanes y otros partidos socialdemócratas europeos es real, existe». Pero hay «serias dudas» de que sea posible por la evidente ausencia de sintonía entre líderes centroeuropeos con las formaciones populistas iberoamericanas o africanas, sobre las cuales pesan sospechas de irregularidades.
Como ejemplo, citan que, de las 132 formaciones socialistas que integran la Internacional como miembros de pleno derecho, «apenas 16 tenían derecho a voto por estar al corriente de pago de sus cuotas». No obstante, las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE consideran un «gran avance que hayan conseguido apartar de la secretaria general al chileno Luis Ayala», quien ocupó el cargo desde 1989 hasta el 2022, durante treinta y tres años. Es una figura que, según entienden, dañaba el prestigio de la organización, y que ha sido sustituido precisamente por la líder del partido Convention’s People Party de Ghana, Benedicta Lasi.