Podemos da por segura la victoria de PP y Vox y prepara el plan para sobrevivir en la oposición
Los ‘morados’ ven difícil revertir los sondeos y consideran que, si se pierde el Gobierno, el papel de Irene Montero como guía de la oposición se fortalecerá
La ministra de Igualdad, Irene Montero. | Europa Press
Podemos considera que los equilibrios políticos están ya definidos y que será «muy difícil» revertir los sondeos. Los dirigentes del partido morado consultados, tanto en Madrid como en otros territorios, dudan del optimismo de Pedro Sánchez y La Moncloa sobre el último año de legislatura. Las consignas de Pablo Iglesias -apelando o tal vez provocando a Sánchez- para que convoque elecciones cuanto antes responden a esa reflexión: PP y Vox se harán con el Ejecutivo en las generales y es mejor frenar la sangría de votos cuanto antes.
La reflexión demoscópica y política de Podemos, según ha podido saber THE OBJECTIVE, tiene muchas derivadas. La primera atañe al futuro del presidente del Gobierno. En Podemos circuló antes del verano del año pasado, como publicó en varias exclusivas este diario, el llamado «plan b» de Sánchez para dar el salto a la política internacional si sus perspectivas electorales en España le impiden revalidar el cargo. Esa idea sigue estando sobre la mesa, señalan fuentes del partido liderado por Ione Belarra e Irene Montero.
Los morados consideran que las malas perspectivas electorales obligan a ser realistas y entrar ya en una dinámica pos-2023. Si se cumplen las encuestas y el sentir de los dirigentes del partido, lo más importante para la cúpula de Podemos es planificar la vuelta a la oposición y cómo sobrevivir a ella. Todo orbita, una vez más, alrededor de lo que quiera hacer Yolanda Díaz con Sumar.
La amenaza: tachar a Díaz de «traidora»
Como adelantó este diario, Iglesias ha enviado a los emisarios de Díaz un mensaje muy contundente. Ha trasladado que no tolerará neutralidad o perfil bajo en la campaña autonómica de mayo. No quiere que Díaz respalde a candidatos como Mónica García, Joan Baldoví y Alberto Rodríguez, respectivamente en Madrid, Valencia y Canarias. Los tres son considerados los principales enemigos de Iglesias, además de la corriente errejonista que sigue acercándose a Díaz.
La lectura de Podemos e Iglesias es sencilla: el partido morado aupó a Díaz a la vicepresidencia del Gobierno y ahora no está dispuesto a tragar una traición. Iglesias ha hablado hasta ahora de que Díaz debe «respetar» al partido que la ayudó a convertirse en ministra y vicepresidenta. Pero también ha avisado de que sus bases y, sobre todo, sus referentes en redes y medios de comunicación están listos para disparar acusaciones como que es una «traidora» si finalmente no se involucra en la campaña de mayo.
Podemos quiere, en concreto, que Díaz respalde las candidaturas unitarias de IU y Podemos. Eso significa que Iglesias quiere obligar a Díaz a bajar al ruedo en Madrid, donde los errejonistas son más fuertes. El exlíder morado quiere atarla así también para las generales. Si la ministra gallega decide desprenderse de Podemos, tal y como según Díaz la empujan sectores conservadores interesados en hundir a Podemos, «no habrá gobierno de coalición en España y esto es una evidencia demoscópica«, según defendió Iglesias el lunes en la Cadena Ser.
Minicumbre social en Madrid
El partido morado sigue teniendo la sartén por el mango, aseguran los afines a Iglesias. En Izquierda Unida, por otro lado, también algunos recelan del planteamiento de Díaz. Creen que esperar una derrota de los morados en mayo para después crear un nuevo proyecto ganador sobre sus cenizas es «difícil de ejecutar». Los estrategas de Yolanda Díaz, en cambio, sí quieren afianzar esa hoja de ruta: guardar silencio y mantener un perfil bajo hasta mayo, para lanzar durante el semestre europeo que arranca en junio la candidatura oficial de la ministra durante la minicumbre social de Madrid (que es donde Díaz quiere ser cabeza de lista).
La planificación de una política ya de oposición sirve, además, para calentar los motores de la Operación Irene. La número dos del partido y ministra de Igualdad ha avisado de que su intención es recuperar protagonismo interno, y se ha perfilado como futura candidata. Antes de Navidad, cuando la guerra fría con Yolanda Díaz se hizo caliente, Montero pidió a Ione Belarra ser más contundente en su gestión. Y tras detectar el silencio de Díaz durante la polémica sobre la ley del solo sí es sí, Montero quiere ir a por todas.
Los morados siguen creyendo que aunque la ministra cosecha una muy mala nota en los sondeos, sigue teniendo cierto tirón electoral en los segmentos más duros y rebeldes de la izquierda. Es decir, que si Yolanda Díaz se niega a aceptar las condiciones de Podemos, Montero puede ser la candidata y, sobre todo, heredar el papel de líder de la oposición ante un Gobierno del PP y Vox. En la tradicional rueda de prensa del lunes, por ejemplo, los portavoces morados insistieron en la necesidad de la «unidad» en la izquierda, pero ya evitaron mencionar a Yolanda Díaz como activo en este sentido.
En el Partido Popular insisten en su plan de gobernar en solitario, aprovechando apoyos puntuales de Vox. Pero para los morados es un matiz de escaso valor si la actual mayoría de investidura de Sánchez pierde el control de Ejecutivo. De este modo, avisan que la candidatura de Irene Montero puede que no sea la única sorpresa si Díaz rechaza la propuesta de Iglesias. Lo más probable es que se trate de planes simbólicos, pero que sirvan para dar la batalla a la impulsora de Sumar. Y creen que Montero tendrá más facilidad que Díaz de imponerse en la oposición. Máxime si su operación de rassemblement de la izquierda alternativa al PSOE fracasa.
