Marcos de Quinto: «La gente es liberal, pero no lo sabe»
El ejecutivo y exdiputado de Cs confiesa sus opiniones sobre la redistribución de riqueza, la hegemonía cultural de la izquierda y su trayectoria en Coca-Cola
Me perdonará Marcos de Quinto (Madrid, 1958) la indiscreción, uno nunca puede fiarse del todo de un periodista. Cuenta el empresario madrileño un chiste, antes de la charla, que me provoca especial gracia. Le pregunto por cuántos trabajadores tiene en una empresa de la que posee participaciones. «La mitad», me responde. En esos momentos me quedo en silencio, la mejor forma de aparentar inteligencia cuando no sabes qué decir. «La mitad de los contratados», remata. Risas en la sala.
De Quinto, controlen sus prejuicios, es un tipo afable y diría que hasta campechano, aquel adjetivo del que se apropió el emérito. Guiña el ojo varias veces en la entrevista, sonríe, entra al juego. Se sabe disfrutón, un tipo al que la vida le ha ido sonriendo. Ejecutivo de éxito y diputado (naranja) efímero entre 2019 y 2020 («queda más bonito decir que he sido diputado en dos legislaturas»).
Por muchos años fue el hombre de Coca-Cola en España. Llegó a ser vicepresidente mundial de la compañía, «la suerte es un factor importante». Defiende que entrar y salir de la política fueron, ambas, inteligentes decisiones. Tiene libertad de verbo, pero asegura desear tener más libertad de adjetivo. No se cansa de la polémica en Twitter porque no lee las respuestas. No ve series, apenas ve cine y se prepara para poner «pie en pared» frente a la hegemonía cultural de la izquierda: «Nunca verás una serie de televisión donde el malo sea el sindicalista».
Entrevista a Marcos de Quinto
PREGUNTA. ¿Recuerda cuál fue su primer sueldo?
RESPUESTA. Sí, lo recuerdo.
P.- ¿Cuánto fue? Más o menos.
R.- A lo mejor serían 5.000 pesetas de aquella época.
P.- ¿De qué fue su primer trabajo?
R.- De monitor de esquí.
P.- No está mal para ser el primer trabajo.
R.- No, no está mal. No era menor, eso sí, tenía ya más de 18 años.
P.- ¿En qué se gastó su primer sueldo?
R.- Compré un regalo a alguien y lo demás, supongo que me lo quedaría.
P.- ¿Y el último sueldo?
R.- No tengo sueldo, me dedico a trabajar en asuntos míos, pero no me he puesto sueldo.
P.- Me iba a quedar patidifuso si me dice que está en paro.
R.- (ríe) No, en paro no estoy. Pero es curioso, no tengo sueldo, pero contribuyo a la seguridad social en un régimen especial, contribuyo sin tener sueldo.
«No creo en la redistribución de la riqueza, creo en la redistribución de las oportunidades»
P.- ¿Cree en la redistribución de la riqueza?
R.- Creo en la redistribución de las oportunidades, pero no en la redistribución de la riqueza, yo no soy igualitarista. Te pongo un ejemplo, a mí que el próximo año Amancio Ortega duplique su riqueza me parece fenomenal en tanto el resto de españoles multipliquemos nuestra riqueza por un 20%, vale, porque eso es progreso. Se genera más diferencial entre ricos y menos ricos, pero todos progresan, yo creo que es más interesante el crecimiento y la prosperidad, aunque sea desigual, que no el que todos sean lo mismo a costa de que la gente no tenga mayor riqueza.
P.- ¿Cree que los que tienen más deben pagar más, deben contribuir más?
R.- Los que tienen más ya contribuyen más.
P.- Ya, le digo si usted cree que está bien.
R.- El tema es cuánto más, es decir, si tú pones el mismo porcentaje de la renta a uno que gana 1.000 y a uno que gana 100 millones, el que gana 100 millones y tiene que pagar, pongamos un 20% de 1.000 millones, está poniendo más que el que pone un 20% de 1.000, pero si además el porcentaje se lo aumentas al que tiene más ya está pagando más. El único problema es cuánto más tiene que pagar el que más gana, ¿tiene que dar un 80% de su sueldo?
P.- ¿Cuánto más debería pagar según usted?
R.- Primero, creo que todo el mundo tendría que aportar menos en porcentaje porque lo importante es lo que se hace con esos impuestos. Te voy a poner un ejemplo: yo creo que la gente es liberal, absolutamente liberal, por ejemplo, cuando se trata de su comunidad de vecinos.
R.- ¿Y no lo sabe?
P. Y no lo sabe. Imagínate en tu comunidad que el presidente le dice a todos los vecinos «os voy a aumentar las cuotas el doble y voy a contratar, no a un portero, sino a tres porteros, voy a cambiar la decoración, voy a poner unos cuadros de un primo mío que los ha pintado y que son muy bonitos y además voy a contratar para que venga un psicólogo y dé terapia gratuita al que lo necesite los miércoles»… le mandariáis a paseo a ese presidente de la comunidad. Lo que le diríais es: «Vamos a ver, nosotros los servicios que queremos de ti es que esté limpio el portal, que las florecitas estén bien cortaditas, que la basura se saque y no haya olores y punto. Y si la gente tiene ideas pues que cada uno se las pague, pero no queremos más servicios que estos que son los que necesitamos». Cuando uno está en su comunidad de vecinos se comporta como un liberal porque se pregunta sobre lo que quiere de lo común del estado y está dispuesto a pagar por ello. Con lo que no estoy de acuerdo es que de repente un estado no pregunte qué es lo que quiere la población y se invente servicios, que luego mucha gente no los utiliza, con el fin de contratar a sus amigos y de subir los impuestos. El dinero está mucho mejor en el bolsillo de la gente.
P.- Ya que estamos adentrándonos en ‘El purgatorio’, ¿cree en Dios?
R.- No suelo pensar demasiado en eso.
P.- ¿Por qué? ¿No es un tema del que le guste reflexionar?
R.- Bueno, soy una persona creyente y tengo una familia muy creyente.
R.- ¿Cuál es el peor pecado que puede cometer un ser humano?
R.- Posiblemente el ‘no matarás’ es más grave que la gula, pero no lo sé.
P.- ¿Por qué cree que hay una parte de la izquierda española que parece que le tiene mucho cariño al papa Francisco, a veces, incluso más cariño que parte de la derecha española?
R.- Bueno, yo separo un poco las cosas terrenales de las cosas espirituales. El papa Francisco está adoptando algunos discursos que se separan de lo que se espera de un Papa, cuando se mete en temas muy concretos o muy relacionados con la política, cuando uno toma posiciones favorables a regímenes donde se están cometiendo determinadas barbaridades, pues bueno, creo que eso sorprende a los de izquierdas y sorprende a los verdaderos creyentes porque ven que se tratan temas que son más terrenales que espirituales.
P.- ¿Le ha decepcionado Francisco?
R.- Creo que te decepciona alguien cuando uno tiene expectativas sobre ese alguien y yo te debo de confesar que no tenía ninguna expectativa ni buena ni mala sobre él.
P.- Es seguidor del periódico, entiendo.
R.- Sí, por supuesto.
P.- Solamente admitimos seguidores del periódico como invitados.
R.- No lo sabía, pero no solamente soy seguidor, soy admirador de vuestro director general, y además me gustaría daros la enhorabuena porque estoy viendo los datos de audiencia y da gusto.
P.- Esto va de maravilla, Marcos.
R.- Espero que la audiencia vaya acompañada también de la subida de ingresos y que os aumenten el sueldo.
P.- Lo pediré en la próxima reunión.
R.- De todas maneras, lo digo aquí oficialmente.
P.- Apoyo su propuesta.
R.- Sí, pero son 20 euros (guiña un ojo).
P.- Sí, después hablamos de eso. Por resumir, Marcos de Quinto es madrileño, cosecha del 58, estuvo 35 años en Coca-Cola, donde llegó a ser vicepresidente mundial de la compañía. También fue diputado de Ciudadanos entre 2019 y 2020.
R.- Queda más bonito decir que he sido diputado en dos legislaturas, la decimotercera y la decimocuarta.
P.- ¿Qué fue mejor decisión entrar en política o salir de ella?
R: Creo que las dos fueron decisiones muy inteligentes. No me arrepiento de ninguna de las dos. Entrar en política me encantó porque después de estar tanto tiempo de ejecutivo de una corporación, siempre dependiendo de las regulaciones y las legislaciones que se van creando en ese parlamento, llegó un momento de conocer realmente por dentro el funcionamiento. Fue un máster maravilloso estar allí, me esperaba muchas de las cosas que me encontré, algunas otras no.
«Me fui de Ciudadanos cuando la parte de mi cuerpo que más se requería era mi dedo, no mi cerebro»
P.- ¿Qué no se esperaba?
R: Me esperaba que hubiera mucha más formación dentro de algunas de las formaciones que están en el Congreso. La formación de las formaciones. Salí en el momento en que me di cuenta que a veces la parte de mi cuerpo que en un momento dado más se requería no era mi cerebro sino que era mi dedo para pulsar un botón. Pensé que mi formación debía encontrar a otra persona más dócil a la hora de apretar botones.
P.- Leo en su encabezado de Twitter: «Pirata. Navego sin bandera. No pretendo convencerte de nada, acaso hacerte dudar de lo que crees».
R.- Esto lo escribí hace 12 años, cuando entré en Twitter y nunca lo he cambiado.
P.- ¿En qué es pirata Marcos de Quinto?
R.- Ah bueno, en general no soy nada ortodoxo. Me encanta siempre caminar por la periferia de la ortodoxia, a veces por el filo de dentro, a veces por el de fuera. He sido una persona muy desobediente en el mundo empresarial, haciendo las cosas distintas y pensando a mi manera. También he sido pirata en el sentido de que en todos mis equipos nunca he querido gente que pensara igual, he querido gente muy diversa, cada uno de su padre y de su madre, pero los mejores en todo.
P.- ¿Quiere lealtad, pero no fidelidad?
R.- Lealtad a los proyectos, la amistad personal se desarrolla estando juntos. Yo quiero a la gente más valiosa, no a los amigos, ellos están para tomarse cervezas, también es cierto que con mucha gente del trabajo acaba uno siendo amigo. Cuando uno tiene un proyecto quiere los mejores y puede ser que yo tenga un montón de amigos que no necesariamente son los mejores compañeros para un proyecto determinado.
P.- Y si acaso quiere hacernos dudar de lo que creemos, ¿qué materias o qué asuntos le generan más dudas?, ¿dónde tiene más cavilaciones?
R.- Tengo dudas en algunas cosas y cuando tengo dudas trato de informarme, de mejorar mi nivel de información, de hablar con gente a la cual respeto su criterio. Yo no doy cheques en blanco a ningún partido ante cualquier tema. Si tengo información, contrasto opiniones de gente a la cual yo valoro.
P.- ¿Pero qué materia le da más dudas?
R.- Lo que dudo es en las soluciones que la gente pone a los problemas, es decir, cuando la gente dice, por ejemplo, que para acabar con el sufrimiento de los toros hay que acabar con las corridas, pues no se da cuenta que, si se acaban con las corridas, todos aquellos que tienen ganaderías venderán los toros para carne y se comprarán, yo qué sé, vacas charoles. La gente dirá que se ha acabado con el sufrimiento de los toros, sí, claro, porque ya no hay, se han exterminado. Cuando yo era pequeño, en Madrid todavía se veían carros tirados con burros, pobres burros, ya no ves ningún burro sufrir, ¿por qué? Porque no hay, están en peligro de extinción. Eso es el cinismo que tiene toda la gente, si al final la gente puede acabar con el hambre de Etiopía, simplemente diciendo que se acaben con los etíopes. Lo que me interesa es: ¿cuáles son las soluciones realmente para determinados problemas? A mí los burros me apasionan, creo que mi mujer me va a regalar uno pequeño.
P.- ¿Cuál es el animal más raro que tiene?
R.- Tengo, pero no los voy a comentar.
P.- Un hombre que llega a vicepresidente mundial de Coca-Cola, ¿cree en el azar, cree en la suerte?
R.- La suerte es un factor, hay gente que se esfuerza y que no tiene la suerte de estar en el momento adecuado, en una situación adecuada, en un tema determinado. Yo nunca he querido ser presidente ni director general de Coca-Cola ni de nada, de hecho, cuando yo era joven la gente que ascendía dentro de la carrera de gestión y de dirección eran personas que venían del área financiera, a mí me encantaba el área de marketing y como no tenía ningún interés de la gerencia, yo seguía siempre en marketing. Pero de repente un día, cambia la jefatura y el que está arriba de todos decide que las personas que se tienen que ocupar de las responsabilidades de las operaciones en los países no son, lo que él decía, los que cuentan las judías sino los que traen las judías, y entonces la gente de marketing pasamos a posiciones de responsabilidad. No sé si es suerte o no es suerte, en ese momento sucedió ese tema.
«Algunos hablan de la jornada laboral de cuatro días, ¿por qué no la hacen de un día?»
P.- Pero entiendo que tenía ambición.
R.- Tenía ambición por mi trabajo, siempre me he preocupado mucho de que me gustara bastante mi trabajo. Siempre he disfrutado un montón con las responsabilidades que he tenido y nunca me he preocupado de subir, pero cuando te apasiona lo que haces, te salen bien las cosas y hay gente que de repente dice «oye, pues mira, este chico lo está haciendo bien en esta operación, deberías hacer esta otra cosa» y ello te sigue apasionando, sigues haciéndolo. Pero hay gente, todo lo contrario, que tiene esa ambición y se cambia de área para intentar llegar más lejos, ni le gusta ni lo hace bien.
P.- ¿La ambición desmedida es un error?
R.- Lo de llegar es una tontería, porque es dificilísimo llegar a ningún sitio en concreto, es decir, lo más importante es disfrutar el camino. Si alguien tiene una ambición desmedida porque quiere ser presidente mundial de Coca-Cola pues se va a poner a hacer cosas que a lo mejor no le sirven y entonces, a lo mejor de 1.000 que lo traten de hacer, solamente llega uno y los otros 999 se han dedicado a hacer cosas que no le gustan. A mí me encanta el motocross y no me gusta jugar al golf, pues imagínate que hay gente que cree que tiene que ponerse a jugar al golf porque eso le va a ayudar. Entonces está haciendo un deporte estúpido y aburrido, al final se le pasa la vida. Haz lo que te guste, a lo mejor no llegas, pero te lo has pasado fenomenal.
P.- Un hombre que llega a la vicepresidencia mundial de Coca-Cola, ¿qué sabe del fracaso?
R.- El fracaso sucede en muchas áreas. El éxito mucha gente lo asimila al éxito económico. Se puede ser un fracasado en un montón de cosas. Yo, por ejemplo, cuando estaba de vicepresidente mundial de Coca-Cola lo pasaba fatal, estando en Atlanta y recibiendo fotos de mi amigo Manolo Plaza que es mi compañero de rallies, estando él todos los días en el desierto, era una sensación fastidiosa.
P.- ¿Se sentía mal por estar en Atlanta?
R.- Me gustaba lo que estaba haciendo, pero por otro lado te estás perdiendo otras cosas. La vida es un tema de elecciones, asumí una responsabilidad y bueno, afortunadamente, me he podido ya liberar y estar en una situación donde todavía puedo coger un coche y una moto y disfrutar de la vida. Hay gente que sigue y sigue y no tiene tiempo para disfrutar de otras cosas.
P.- Y un sueldo no lo justifica todo.
R.- No, por supuesto que no.
P.- El dinero no da la alegría.
R.- Contribuye, es una estupidez negarlo. Un mínimo suficiente de dinero ayuda mucho a la felicidad. Ahora, un exceso de dinero no ayuda porque genera muchas preocupaciones al mismo tiempo.
P.- ¿Un hombre es rico cuando el dinero es el menor de sus problemas?
R.- No hombre, yo creo que un hombre puede ser feliz cuando el menor de sus problemas es su salud o la salud de los suyos. Creo que esa obsesión del dinero viene con gente que tiene esa necesidad o que cree que tiene esa necesidad, pero cuando la gente se encuentra con otras circunstancias es muy distinto. Tengo un amigo cercano, con una situación económica holgada, que tiene en estos momentos un problema de salud, es un drama total para toda la familia. Tú te das cuenta de lo importante que son las cosas cuando te faltan. Entonces, si tú tienes salud, eres joven, tienes una pareja maravillosa y lo único que dices es que te falta un Ferrari, pues posiblemente estés muy insatisfecho porque no tienes un Ferrari, ahora si tuvieras el Ferrari, pero no tuvieras la salud o no tuvieras la pareja todo cambiaría.
P.- ¿Esta idea le ha ido cambiando con el paso de la vida? Me refiero al valor del dinero.
R.- No, empecé a trabajar con un sueldo justito, luego he seguido trabajando, he podido ir haciendo cosas en función del dinero que he ido recibiendo. Tampoco he sido de grandes lujos o de derrochar cosas, pero es cierto que el dinero no ha sido una de mis mayores preocupaciones, afortunadamente.
P.- Siendo un hombre que ha trabajado en la empresa privada, ¿cómo ve el tema de la semana laboral o de la jornada laboral de cuatro días?
R.- Me llama mucho la atención que muchas mujeres dicen eso de que del embarazo no puede hablar un hombre porque no lo siente o este tipo de cosas, y yo digo, ¿pues de dirigir una empresa por qué habla tanta gente que no dirige empresas? Muchos de los que proponen la jornada de cuatro días, lo que yo les preguntaría es: ¿por qué no la hacen de un día o de dos?, ¿por qué han llegado a esa cifra mágica de cuatro? Y lo que les pediría es que, con su dinero, ¿por qué no montan una empresa y hacen una jornada de cuatro días o de tres? Los demás miramos esa empresa, vemos el producto o el servicio y cómo compite con empresas que no tienen esas jornadas, extranjeras, chinas o lo que sea, y cuando nos demuestren el éxito, entonces los demás les copiamos. Es gente que habla de algo que no tiene ni idea, ni de cómo funciona una empresa, escucho todas estas cosas, digo, pero ¿quién lo dice? Porque a mí si lo dice y lo hace, por ejemplo, Amancio Ortega, bueno, pero que lo digan estos tíos que en su vida han trabajado o que han tenido una beca y les han pagado una universidad sin haber nunca hecho ni dado el trabajo, es de chiste.
P.- Lo que sí ha caracterizado a Marcos de Quinto es la libertad de verbo.
R.- De verbo, pero me encantaría llegar también a tener una libertad de adjetivos (ríe). Oye, ¿lo de la jornada de cuatro días se lo habéis dicho a vuestro director general?
P.- Yo se lo propongo todos los días (ríe).
R.- Si empezáis con la jornada de cuatro días podéis llegar a tener la jornada de cero días.
P.- Yo aspiro a eso en la vida.
R.- Eso es fácil, cierra THE OBJECTIVE mañana (ríe).
P.- Como decía, Marcos siempre ha sido una persona, por ejemplo, en Twitter, que da su opinión. ¿Siempre le ha molado lo de Twitter?
R.- Bueno yo empecé creo que hace 12 años o algo así, cuando no había mucho empresario.
P.- Cuando sus jefes no sabían que era Twitter.
R.- Eso es verdad, no lo sabían (ríe).
P.- ¿Le gusta la polémica o se siente cómodo en la polémica?
R.- No, a mí lo que me gusta es la libertad. Yo no busco la polémica, a mí me gusta la libertad y expresarme con respeto sobre muchos temas. El problema es que hay gente que no le gusta que yo tenga libertad de expresión o que los empresarios la tengan. Gente que se dedica a que nadie diga cosas contrarias a lo que ellos quieren que se diga. Hay dos soluciones, por un lado, está decir que eres empresario y asumir que hay una gente de izquierdas, una izquierda hegemónica que pretende que nadie hable; por otro lado, hacer lo que hace la mayor parte de empresarios, obedecerles y no hablar.
P.- ¿Pero no le cansa la polémica? Se lo digo porque a mí me cansaría.
R.- No, porque yo no polemizo, ese es mi secreto. Cuando yo hago un tuit no leo nunca las respuestas, esto va a dejar bastante frustrados a muchos de los que me llevan insultando desde hace un montón de años, pero yo no leo ni lo bueno ni lo malo. Simplemente, yo lanzo una piedra al agua y salen ondas, pero ya mientras ellos están ahí echando espumarajos por la boca, yo estoy pensando en el siguiente tuit y en lo que me voy a divertir.
P.- Hace unas semanas, Marcos de Quinto junto varias personalidades como Esperanza Aguirre, Juan Carlos Girauta, Cristina Casabón y demás, presentó ‘Pie en pared’, que es, como le he escuchado decir, más que un think tank, un act tank, que va a intentar construir una alternativa, dicen, a lo que ellos llaman la «hegemonía cultural de la izquierda». ¿Cuándo se dio cuenta de esta supuesta hegemonía?
R.- Desde que uno leyó a Gramsci y vio cuál es la estrategia que tiene la izquierda, bueno, que tiene el comunismo. Ellos se dan cuenta que, para llegar al poder, eso de la revolución violenta va pasando de moda y hay una manera distinta quizá más sólida de llegar al poder, que es a través de infiltrarse en medios de comunicación, en el mundo del arte y de los contenidos y en el mundo de las universidades. Llevan así desde finales de los años 30 del siglo pasado y así se ve cómo estamos.
P.- ¿Para usted los medios de comunicación son actores políticos?
R.- Sí, consciente o inconscientemente. En España y eso es muy de España, cuando tú hablas de la palabra empresario eso tiene un montón de connotaciones negativas. Un empresario parece que es una persona que si ha llegado donde está es porque es malvado, no tiene escrúpulos, es egoísta, es insolidario. Todo esto ya viene de las viñetas de Forges o de Chumy Chúmez, pero es que sigue hoy en día porque cuando ves series de ficción como, por ejemplo, La que se avecina o Aída, el empresario es el personaje que es insolidario, que va solamente a su propio interés, que explota a los demás. Nunca verás una serie de televisión de ficción donde el malo sea el sindicalista liberado, vago y sinvergüenza. Tampoco verás en una serie de ficción que el malo es el funcionario porque es un vago que se escaquea todo el rato. Al final, eso es también la hegemonía cultural de la izquierda, ver cómo dentro de los contenidos se generan determinados estereotipos para estigmatizar a determinadas personas para generar determinadas posiciones. Eso te va entrando como lluvia fina sin que muchas veces tú lo percibas.
P.- Por ser malvado, La que se avecina entiendo que la ven en Andalucía y ganó el PP por mayoría absoluta, por ejemplo.
R.- Bueno, la gente va evolucionando, pero debo decir que, incluso dentro de la propia gente de derechas, esa percepción también existe porque no te puedes separar de esa percepción, son décadas y décadas de un bombardeo continuo. Puede ganar el PP en Andalucía porque la izquierda ha sido ya tan desastrosa que ya ha llegado a un cúmulo, pero sin embargo el poso de los arquetipos no se ha quitado. Por decirlo de alguna manera, para que gobierne la izquierda en España basta con que la derecha se salte un semáforo en rojo, sin embargo, para que la derecha recupere el gobierno en España la izquierda se tiene que saltar 20 semáforos en rojo y además atropellar a toda la gente que esté en la acera. Ya entonces, habrá una posibilidad de cambio de gobierno, eso es la hegemonía cultural de la izquierda. Si tú lo piensas, ¿por qué está gobernando Sánchez? Está gobernando porque hizo una moción de censura basada en una frase del juez De Prada en una sentencia, frase que no tenía nada que ver con la sentencia y que, posteriormente, tuvo que ser retirada, lo de la caja b y que habían financiado la sede. Pues eso justifica la moción de censura de Sánchez, eso a día de hoy incluso no sería delito porque como el dinero era para la sede y no se lo quedó nadie en su casa… Con todo eso se hace una moción de censura y, sin embargo, este hombre está quitando los delitos de malversación, quitando el delito de sedición, que está indultando a los golpistas catalanes y acercando a los presos etarras. Después de todo, a lo mejor hay una posibilidad de poder cambiar el Gobierno.
P.- ¿Qué series ve?
R: Ninguna y tampoco veo temas de Netflix. Me llama la atención cuando veo miembros del Gobierno o exmiembros del Gobierno como el vicepresidente Iglesias que estaban todo el día viendo series. Yo no tengo tiempo físicamente. Tengo tantas cosas que hacer que si tengo un poco de tiempo lo aprovecho para leer un buen libro.
P.- ¿Tampoco ve cine?
R.- Muy poco.
P.- ¿Le gusta el cine español?
R.- Hay películas de las que he participado y sí me encanta Isla bonita, de Fernando Colomo, donde hago un papel de malvado que está muy bien.
P.- Pero, por ejemplo, ¿Pedro Almodóvar le gusta?
R.- Sí, hay muchas películas de Almodóvar que me gustan. Tiene posiciones políticas que debería replantearse, pero su cine tiene películas muy valiosas.
P.- ¿Tiene película favorita de cine español?
R.- De Berlanga, El verdugo, Cándido o Calabuch. Carlos Saura también me gusta mucho.
P.- ¿Con qué se ríe Marcos de Quinto?, ¿qué cómicos o cómicas le hacen gracia?
R.- María Jesús Montero e Irene Montero.
P.- ¿Y cómicos profesionales?
R: Ah, pero ¿que no son profesionales? Por favor, qué falta de respeto.
P.- ¿No hay cómicos de derechas en España o hay, pero no se pronuncian?
P.- Yo supongo que hay bastantes cómicos de derechas, otro tema es lo que tú dices. Este es otro tema de la hegemonía cultural, dentro del mundo de la cultura es muy valiente el poder tener una postura centrista, no ya de derechas. Mira Quique San Francisco y las cosas que le sucedieron. Aquí hay que ser Anabel Alonso y entonces todo es maravilloso.
P.- Anabel Alonso entiendo que no le hace gracia.
R.- Yo es que no hablo de políticas porque ella no es una cómica, Anabel Alonso siempre que la leo habla de política.
P.- ¿Otra de las cosas que intenta combatir ‘Pie en pared’ es la corrección política?
R.- Sí, de lo políticamente correcto. Estamos llegando a un extremo donde la emocionalidad vale más que la racionalidad, donde las emociones valen más que los hechos. Entonces llega un momento en que hay cosas que tú no puedes ni siquiera mencionar porque si van contra el discurso oficial pues inmediatamente te etiquetan y te cancelan. Hay muchos partidos que no se atreven a abrir un debate, pero organizaciones como ‘Pie en pared’ nos vamos a dedicar con hechos y con datos a abrir debates.
P.- ¿Qué debates cree que están por abrir?
R: Pues hay un montón de debates. Fíjate, esto es algo que crea Ernesto Laclau, un filósofo argentino de finales de los 60, él es el inspirador del postmarxismo, el que inspira toda la ultraizquierda latinoamericana y también a la nacional, la tesis de Íñigo Errejón era sobre Laclau. El filósofo viene a decir, más o menos, que la lucha de clases ha caducado como un yogur, que ya no moviliza tanto en la sociedad y que lo que hay que hacer es trasladar ese esquema de opresor y oprimido a muchas otras pequeñas luchas. Entonces, luchas que no necesariamente son de izquierdas, se las apropian con el esquema de opresor y oprimido, se hace con el feminismo, se hace con todo el tema LGTBI, se hace con todo el tema de ecologismo, se hace con el indigenismo. Y uno dice, pero bueno, donde realmente mayores derechos han conseguido las mujeres han sido en las democracias de corte liberal occidental con las sufragistas en Estados Unidos y tal, no en los países comunistas. El asunto LGTBI…, pero si donde más derechos han conseguido han sido en las democracias occidentales, en los regímenes liberales democráticos, no en países como la URSS -la actual Rusia todavía sigue siendo un país homófobo-, tampoco en Corea del Norte ni en los países musulmanes. El ecologismo donde se ha desarrollado es, de nuevo, en las democracias occidentales de corte liberal, pero si la URSS desecó el Mar de Aral, si los chinos están contaminando. Se han apropiado de todo eso y dicen que la culpa es del capitalismo, ¿pero en qué mundo estamos? Lo que hay que hacer es un contradiscurso contra la utilización de todas esas causas para un proyecto totalitario.
P: Del tema LGTBI, entiendo que aquí lo que le vino mal a la derecha española es que el PP, en ese momento, votara en contra y recurriera la ley del matrimonio homosexual en el Constitucional.
R: No tengo ni idea de lo que le vino bien o de lo que le vino mal, pero yo creo que eso es la ventana de Overton, o sea, lo que realmente sí ha sucedido es que la derecha ha dejado que se apropien de todas estas causas sin hacer un contra discurso. Es más, llega un momento en que como se han quedado sin discurso hasta empiezan a abrazar determinadas cosas. La defensa de los derechos LGTBI debería estar en el centro derecha.
P: ¿Hay buenos y malos españoles?
R: Respecto al tema de España, sí, yo creo que hay malos españoles, no quiere decir que sean malas personas, pueden ser maravillosos independentistas, pero pro españoles de lo que significa España, de lo que significa estar orgullosos de un pasado que no muchos países tienen, un pasado como el nuestro, estar orgullosos de ser un pueblo que es hospitalario, un pueblo donde además se respeta a la mujer como en ningún otro, hay gente que se siente muy mal con esto y que piensa que España es una porquería. Entonces, toda la gente que no se siente orgullosa de todo ese tipo de cosas, pues yo creo que son malos españoles, es así.
P: Como fue responsable de marketing en Coca-Cola, quería preguntarle: si alguien le enseña este logo (le enseño en una imagen el nuevo logo de Ciudadanos), ¿lo aprobaría?
R: (ríe) Yo diría que se podría haber hecho mucho mejor, pero respecto al tema de marketing, no me meto ahora con el tema político, el tema de las campañas de abrazos que hicieron en Cataluña o cosas de este tipo son muy penosas. No sé si es que no tienen presupuesto o si se lo encargan al sobrino de alguien, pero esas cosas sí son muy mejorables.
P: La última, ¿cuál ha sido el milagro de su vida?
R: Encontrar a mi actual mujer.
P: La ultimísima, estando su mujer presente en la sala y estando en la capital de España, ¿alguna vez se ha encontrado a una ex en Madrid?
R: Yo creo que no. No he tenido muchas ex y por otro lado también he estado viviendo fuera de España bastante tiempo y además no suelo bajar mucho a Madrid, porque vivo fuera de Madrid, aunque esté cerca, pero no suelo venir mucho por aquí.