¿Votantes o creyentes?
La persistencia de ideologías obsoletas y guerracivilistas priva a muchos ciudadanos de sentido crítico en política
La persistencia de ideologías obsoletas y guerracivilistas priva a muchos ciudadanos de sentido crítico en política
Volker Spierling recorre la historia de la Filosofía en el sugerente ensayo ‘Nada es más asombroso que el hombre’
«La historia de la humanidad demuestra que, nos organicemos como nos organicemos, el conflicto es inevitable»
Varoufakis denuncia cómo, mientras la privatización nos vacía la cartera, los señores de la nube nos vacían el cerebro
Toda la actualidad nacional e internacional sobre política española, economía, cultura y sociedad en abierto
«’La última palabra de Albert Camus’, de Miguel Ángel Blázquez, me parece la mejor semblanza reciente del escritor»
«La Iglesia primitiva no era comunista. El rasgo distintivo del comunismo no es compartir, sino coaccionar»
«No estamos ante una guerra entre culturas, estamos ante una guerra entre la libertad y el autoritarismo, ante la democracia y el dogmatismo»
«En las cenas de Nochebuena se verá esta noche el estado de la nación: en lo que se hable, se discuta y se calle»
«El sindicato de Vox tiene una confusión ideológica fenomenal. Se define como ‘anticomunista’, pero hace suyo el torpe esquema mental marxista»
«La cultura —porque la escuela es un camino hacia la cultura— desaparece allí donde la ideología o el sentimentalismo victimista consiguen la hegemonía»
«Hay que ser demócratas antes que socialistas, o sea, hoy sanchistas. Y eso significa aceptar el pluralismo y no comulgar con ruedas de molino»
Crítica publica la biografía de la ‘Valkiria de la Revolución’ y ministra de Lenin escrita por Hélène Carrère d’Encausse
«Basta calificar a alguien como ‘facha’ o ‘cayetano’ para dar por terminado cualquier debate sin necesidad de presentar argumentos o intercambiar razones»
Eugenio del Río, líder del Movimiento Comunista entre 1975 y 1983, rescata su pasado radical en ‘Jóvenes antifranquistas’
«Los que gobiernan no son los mejores y el nivel general de los mandatarios da pena, pero miedo también porque mandan»
«La fuerza pasional de los creyentes, unida a sus intereses materiales, es tan poderosa que asusta»
Un año después, el presidente destinado a cambiar la historia de Colombia está atrapado por el escándalo de su hijo
«No sólo han regresado a Europa la guerra, los populismos y los nacionalismos, también las sociedades occidentales están más fracturadas y empobrecidas»
«La libre concurrencia sigue siendo, con todos sus problemas, el mejor motor de crecimiento económico», sostiene el catedrático de historia
Fidel Castro entró en la Historia el 26 de julio de 1953 asaltando un cuartel. Fue un fracaso militar y un éxito político
«Sustituir la noción de clase por la de raza es una jugada astuta de las élites para fortalecer su superioridad moral sin arriesgar su prevalencia económica»
«Fue la de 1978 una generación que comprendió que la preservación del prestigio de las instituciones es la garantía del mantenimiento de la democracia»
«Mentir, engañar, tergiversar la realidad se convierte en lo habitual, y ser un experto no tiene consecuencias. Son la sustitución de la verdad por «el relato»
«No basta con distanciarse de Unidas Podemos. Yolanda Díaz tiene que hablar y proponer claro. La sonrisa puede ser una máscara»
El fichaje estrella de Díaz empezó su carrera diplomática en Pekín y La Habana; en 2017 criticó bajo seudónimo en una revista marxista la intervención policial del 1-O
«Sumar tiene más oportunidades de permanecer que Podemos, pero la sensación es que ambos bandos se disputan un hueco en la foto del hundimiento del Titanic»
«Para el presidente Sánchez, al igual que para Iglesias, la realidad asimismo supone lo de menos. Pero el problema de la realidad radica en que existe»
El historiador Leandro Prados de la Escosura atribuye la falta de dinamismo de la economía española a las barreras a la competencia, los subsidios y el amiguismo
«El diálogo social es una ficción en la que un sector minoritario se impone al resto, en nombre de los intereses generales, contra los que conspiran»
El ejecutivo y exdiputado de Cs confiesa sus opiniones sobre la redistribución de riqueza, la hegemonía cultural de la izquierda y su trayectoria en Coca-Cola
«Dicen los que conocen de cerca al presidente del Gobierno y han sufrido su alejamiento que es frío, duro, ególatra»
«Vox está empuñando sus lanzas contra las aspas de un molino imaginario construido sobre los cimientos de un soberano disparate intelectual»
«En el ambiente –especialmente entre los jóvenes– flota la sospecha de que el mundo, tal como lo conocemos, está llegando a su fin»
«Se ha extendido la idea de que para comprender el marxismo hay que leer Solzhenitsyn, pero no: hay que leer a Dickens»
«La democracia parlamentaria, la iniciativa privada, la libertad de expresión, son evidentes objetivos a destruir para Iglesias, y lo es una institución esencial, la Justicia independiente»
Dejó dicho Jorge Semprún que el hecho político más relevante del siglo XX había sido el fracaso del comunismo. O, si se quiere, el fracaso de la praxis comunista tal como fue entendida en la Unión Soviética y sus distintos satélites, incluida la China de Mao. A su juicio, quedaba con ello demostrada la imposibilidad del colectivismo a gran escala. Y lo decía alguien que había creído fervientemente en esa posibilidad: un viejo feligrés de la religión política más exitosa de la modernidad. En La guerra ha terminado (1966), que escribió para su amigo Alain Resnais, Semprún vuelca su experiencia en la clandestinidad antifranquista y su distanciamiento del Partido Comunista que había abandonado en 1964. El protagonista, interpretado por Yves Montand, trata inútilmente de convencer a sus camaradas de que las así llamadas «condiciones objetivas» para la revolución no se daban ya en España y que, por tanto, era absurdo repartir folletos convocando una huelga general que no tendría lugar. Se adelantó a su tiempo: el PSOE no abandonaría formalmente el marxismo hasta 1974 y los noveaux philosophes que romperían con el marxismo todavía iban al colegio.
Benditos sean los aniversarios, pues ellos nos permiten coser recordar el pasado, e incluso coserlo con la más fulgurante actualidad. Así, las ocho décadas de la muerte de Antonio Gramsci, aunque no sea un guarismo muy redondo, nos cuadra con el fenómeno Podemos, que tanto debe a este cadáver enterrador del marxismo.
Se trata de un bulo difamatorio de los aparatos de propaganda del capitalismo, cosas de la antigua Madison Avenue, que es donde estaban las grandes agencias de publicidad y relaciones públicas.
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