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Política

La revista 'Time' ensalza la figura de Montero en plena crisis de Gobierno por el 'sí es sí'

La ministra se encuentra en medio de la guerra de la coalición ante su negativa para reformar su norma, que ha rebajado condenas a delincuentes sexuales

La ministra de Igualdad, Irene Montero. | Marta Fernández (Europa Press)

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La figura de la ministra de Igualdad, Irene Montero, se encuentra en el punto de mira. En plena crisis de Gobierno por la ley del solo sí es sí y la negativa de Podemos a ceder ante el PSOE para reformar la norma —todo ello a pesar de haber beneficiado a más de 500 delincuentes sexuales y haber adelantado la liberación de otros 40—, la revista Time ha compartido un artículo en el que se ensalzan las luces y las sombras de los años de Montero al frente de la cartera, diseñada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para la política morada.

El texto ensalza lo que asegura que son avances para una sociedad «que hace menos de 50 años exigía a las mujeres el permiso del padre o del marido para poder trabajar». La periodista que firma la pieza relata que en estos años, España «se ha consolidado entre los países más feministas de Europa» por medidas como el aumento en los derechos reconocidos para el colectivo LGTBI, la aprobación de las bajas médicas por reglas dolorosas o la recién aprobada ley trans, que permite la autodeterminación de género a partir de los 16 años.

Sin embargo, el principal punto sobre el que pone el foco la norma es en la ley del solo sí es sí, norma estrella de Igualdad que ha provocado el malestar de la parte socialista del Gobierno y que ha alarmado a gran parte de la sociedad española tras conocerse la excarcelación de varios delincuentes sexuales y las reducciones de penas de más de 500.

El ‘solo sí es sí’, en el foco

El texto de la revista cuenta con las intervenciones del catedrático de derecho penal de la Universidad de Málaga José Luis Díez Ripollés, que explica a los lectores los fallos de la norma al crear un único marco penal para dos delitos diferenciados. «Si antes la agresión sexual con penetración se castigaba con seis a 12 años y el abuso sexual con penetración con cuatro a 10 años, ahora todos esos delitos se castigaban con cuatro a 12 años», señala. Esta es la razón por la que la horquilla de penas ha descendido.

En una entrevista anterior con el mismo medio, la propia Montero negaba los efectos indeseados de la norma y en otras posteriores en diferentes cabeceras cargaba la responsabilidad a los propios jueces, a quienes tachaba de «machistas» y a quienes culpaba de haber aplicado la ley sin seguir lo que dictaba la norma y de forma «incorrecta».

Concepción Roig, magistrada y portavoz de la asociación progresista Jueces por la Democracia, relata en el citado artículo que las palabras de la ministra —que se dan en un país en el que el 56% de los jueces son mujeres— son «incorrectas» y no atienden a que en determinados casos es obligatorio reducir las penas.

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2 comentarios
  1. CarlosMAP

    …una sociedad «que hace menos de 50 años exigía a las mujeres el permiso del padre o del marido para poder trabajar». ..

    Cuánta intoxicación. Cuanta gente confundida con tantas medias verdades a conveniencia. En los últimos años de Franco aquello era un residuo que se aplicaba cuando podía interesar, pero no de forma sistemática ni mucho menos. Como el permiso para la apertura de cuentas bancarias, como tantas cosas.

    Todavía recuerdo a mi madre yendo a sacarse el carné de conducir sin que lo supiese mi padre, débil ya y bastante enfermo, pero no por miedo ni por esquivar prohibiciones sino para darle una sorpresa y poder conducir también el 600 que acababa de entrar en casa. Nadie le pidió cuentas ni permisos, ni en la autoescuela, ni en Tráfico. Hablamos del año 1970.

    Mucho se ha avanzado desde entonces, y tenemos que felicitarnos por ello, Pero no olvidemos que fueron nuestros padres los que en los años 60 mandaron a sus hijas al colegio y a la universidad, repartieron tareas en casa y nos enseñaron que por ser niño no eras más ni mejor que una niña,

    Me resulta repugnante que esta señora, que podía ser hija mía, venga ahora a atribuirse todos estos méritos. Como si fueran suyos.

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