El fracaso de la 'ley mordaza' ahonda la fractura entre los próximos a Yolanda Díaz y Podemos
Iglesias y Santiago (IU) se interpelan en redes, mientras Jaume Asens descarta discrepancias internas y habla de «distintos matices»
Otra brecha abierta en el seno de Unidas Podemos. Las distintas ramas de esta coalición han mostrado diferencias a la hora de repartir culpas por el fracaso de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana que aprobó el PP en 2015, la conocida como ley mordaza: por un lado Podemos responsabiliza al PSOE de no ceder a las peticiones de sus socios mientras que Izquierda Unida y En Comú Podem, más cercanos a Yolanda Díaz, señalan, por el contrario, a la actitud de ERC y Bildu. Unas diferencias que han llevado al antiguo secretario general de la formación, Pablo Iglesias, a intervenir en redes, mientras que el presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, intenta reducir el impacto del nuevo choque.
En cualquier caso, parece evidente que el espacio confederal no ha mostrado una voz unitaria tras decaer la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, en la sesión de la Comisión de Interior del Congreso, a raíz del voto en contra de las dos fuerzas independentistas a la propuesta de dictamen, que sí han apoyado PSOE y Unidas Podemos.
Los morados ya habían expresado el día anterior su preocupación por la falta de apoyo de los aliados a la iniciativa legislativa y criticaron la posición del PSOE, al que pedía asumir demandas de Bildu y ERC en materia de prohibición de pelotas de goma, desobediencia, faltas de respeto a la autoridad o devoluciones ‘en caliente’. Y mientras se confirmaba el voto en contra de los independentistas, la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, censuraba la «cerrazón» de los socialistas y les acusaba de buscar «el choque» como con la modificación de la ley del ‘solo sí es sí’.
Una idea en la que ha ahondado tras confirmarse que la derogación decaía en comisión, subrayando que le resulta «incomprensible» la negativa del PSOE a negociar una medida a la que se comprometió cuando estaba en la oposición, a la par que advertía de que el Gobierno de coalición «no puede permitirse desperdiciar así el último año de legislatura».
Misma línea ha expresado el portavoz del grupo parlamentario, Pablo Echenique, que ha afeado al PSOE falta de voluntad y de esfuerzo para intentar atraer a ERC y Bildu, como sí hace para sacar los Presupuestos Generales. A su juicio, esta posición denota que su socio de Gobierno no ha concebido la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana como una «prioridad absoluta».
Comunes e IU cargan contra ERC y Bildu
Pero mientras que Podemos ponía el foco en el PSOE, la portavoz de En Comú Podem, Aina Vidal, cargaba contra la postura «de máximos» de ERC y Bildu, que han impedido con su voto en contra acabar con una de las «peores normas» que impulsó el Gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy. Además, censuraba que ambas formaciones hubieran optado por un «electoralismo» que iba a pagar la ciudadanía «en la calle».
Su compañero de formación y presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, ha achacado «falta de valentía» al PSOE, pero ha centrado los reproches en los grupos soberanistas, a quienes considera los «verdaderos responsables» de impedir que continuara la tramitación de esta derogación a pesar de tener un 98% de acuerdo.
«El electoralismo de ERC y Bildu ha dado la espalda a todos los que llevamos años luchando para derogar la ley mordaza«, ha añadido Asens, para insistir en que la culpa de lo ocurrido recae también en el PSOE, que ha sido «temerario» al convocar la comisión hoy, pero es más acentuada en estos dos aliados parlamentarios. Así, ha minimizado que haya discrepancias dentro de Unidas Podemos, dado que están diciendo lo «mismo» con distintos matices.
La misma posición que Vidal ha mostrado el ponente del grupo confederal y diputado de IU, Enrique Santiago, que en los días previos ya alertó a estos dos socios habituales del Ejecutivo que sería triste que la derogación fuera tumbada por un par de discrepancias. Esta mañana y durante su turno de intervención ha ahondado en esta posición, al proclamar que «ningún demócrata y nadie de izquierda» entendería que la reforma no prosperara, uniendo el sentido del sufragio a la de formaciones como PP y Vox.
Iglesias entra al trapo
Sin embargo, el exvicepresidente Pablo Iglesias ha entrado en el debate través de las redes sociales para manifestar que «hay gente de izquierdas acusando a ERC y a Bildu de que no se vaya a derogar la ley mordaza». Y aunque respetaba su «buena intención», ha sostenido que es el PSOE el que «nunca» ha querido acabar con la norma y que por eso ha planteado una negociación donde se ha cerrado en banda a las propuesta de sus aliados parlamentarios, como en el caso de la prohibición de las pelotas de goma. Por tanto, ha dicho que cargar las tintas en estas dos formaciones es una «torpeza» y caer en la «trampa» trazada por los socialistas.
A su vez, el propio Santiago ha respondido a un tuit del propio Iglesias sobre un articulo suyo donde exponía que ERC y Bildu tenían razón a demandar la prohibición de las pelotas de goma dentro de esta reforma, para reseñar que la Ley Mordaza «no menciona una sola vez» esta cuestión, que es materia de otras normativas, aunque su grupo ha trabajado para eliminarlas. «Pero no conseguirlo aún no justifica cuatro años más de ley mordaza», ha comentado en alusión a Iglesias, quien a su vez le ha adjuntado su hilo en Twitter sobre sus reflexiones respecto a lo ocurrido hoy en el Congreso.
Fuentes del espacio confederal han explicado que el grupo no presenta diferencias sobre el contenido de los cambios impulsados en la ponencia, que apoyan y de hecho han votado a favor, pero sí admiten que sí hay diferentes criterios sobre a quien se debía presionar en el tramo final.
De esta forma, señalan que mientras que sectores del grupo, como el propio Santiago, optaban por tratar de que ERC y Bildu se avinieran a los cambios ya consensuados y buscar compromisos posteriores en otras materias, como las pelotas de goma, el ala morada opinaba que había que reclamar que el PSOE se acercara a las tesis de sus socios.
Así, evocan lo ocurrido con la reforma laboral y la posición firme que mostraron tanto los republicanos como los abertzales, unido a un panorama electoral de cara al 28M, decantaron a Podemos a demandar que el PSOE diera alguna concesión a sus aliados para salvar la ponencia. Mientras tanto, Asens ha exhortado a evitar que ocurra una situación similar con la Ley de Vivienda, dado que no pueden perder la oportunidad de conseguir un amplio acuerdo para poder aprobarla esta legislatura.