Sánchez corteja a China tras aguar la estrategia de la OTAN y proteger a Huawei y TikTok
El presidente del Gobierno viaja sin un mandato europeo, pero podría posibilitar un contacto telefónico entre Xi Jinping y Volodimir Zelenski
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viaja a China este jueves y viernes en una visita oficial que atrae la atención internacional por ser el primer líder europeo en ser recibido por Xi Jinping tras su viaje a Rusia para presentar un plan de paz sobre Ucrania. Este trato preferente con el jefe del Ejecutivo se produce después de que el Gobierno se haya decantado por la estrategia hacia el gigante asiático que preconiza la UE, más suave que la aprobada por la OTAN en su última cumbre de Madrid, y tras proteger a las tecnológicas chinas Huawei y TikTok de represalias pese a las presiones de Estados Unidos.
Fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE subrayan que estos tres asuntos han pesado en la decisión de Pekín de agasajar a Sánchez en el 50 aniversario del establecimiento de relaciones bilaterales entre ambos países. El jefe del Ejecutivo asistirá primero a la apertura de la conferencia anual del Foro de Boao para Asia. El llamado ‘Davos chino’ empezó su andadura a principios de siglo y cuenta con la presencia de 28 países de la región. Está presidido por el exsecretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y este es el primero con el formato previo a la pandemia del coronavirus, de ahí que las autoridades chinas le hayan dado mucha importancia.
El Gobierno de Xi se encontró hace varias semanas que no había ningún mandatario europeo interesado en viajar a este enclave de la provincia de Hainan… hasta que Moncloa propuso la presencia de Sánchez a cambio de ser recibido luego por el presidente chino en Pekín. La ‘jugada’ diplomática le ha salido redonda al jefe del Ejecutivo porque el reciente viaje del primero a Moscú para intentar mediar en el conflicto de Ucrania ha puesto a Xi en una posición de influencia geoestratégica que no tenía antes.
«Puntos interesantes» en el plan de China
Sánchez será el primer dirigente de la UE en escuchar por boca del mandatario chino qué posibilidades hay para la paz en la guerra iniciada por Rusia hace un año. En todo caso, Moncloa puntualizó esta semana que el decálogo chino para salir de la dinámica bélica no se puede considerar «un plan de paz», sino un posicionamiento de China con «puntos interesantes», como el respeto de la integridad territorial de los países, para «fijar la paz».
Además, el presidente del Gobierno viaja a Pekín sin mandato de la Presidencia sueca de la UE o del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, quien viajará poco después a la capital china junto como al presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Sí que existe la posibilidad, según las citadas fuentes, de que Sánchez posibilite un contacto telefónico de Xi con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, quien este miércoles invitó al mandatario chino a viajar a Kiev. De producirse, sería un indudable éxito diplomático para el jefe del Ejecutivo.
China ha empezado a mirar con otros ojos al Gobierno de Sánchez después de que este último plasmase por escrito que no tiene intención de cambiar en el corto plazo su política hacia China pese a que en la cumbre de Madrid se aprobó el nuevo Concepto Estratégico de la Alianza, en el que se destaca que las «ambiciones declaradas y las políticas coercitivas» del gigante asiático «desafían» los intereses, seguridad y valores de los aliados.
Los diputados del PP Valentina Martínez, Pablo Hispán y José Antonio Bermúdez de Castro registraron a principios de enero una pregunta parlamentaria tras la firma parte de la UE y la OTAN de un acuerdo que refuerza la cooperación entre ambas organizaciones, y en el que se menciona a China diciendo que «la creciente presencia» de este país en el escenario internacional y su política «presentan retos que debemos tratar».
Ante esta situación, los parlamentarios del PP preguntaron al Ejecutivo si tenía diseñada una estrategia «ante los retos o desafíos» que suponen países como China. La respuesta del Gobierno, a la que tuvo acceso THE OBJECTIVE, subrayó de forma escueta que la política española con Pekín «se enmarca dentro de la visión que la Unión Europea esbozó en el documento de 2019 Unión Europea-China: Una perspectiva estratégica, que España contribuyó a definir».
El hecho de que Sánchez se haya decantado por la estrategia de la UE, más suave que la que preconiza la OTAN, es un indicio, en opinión de fuentes populares, de que el Gobierno no tiene intención de modificar su política con Pekín a pesar de que el documento aliado que se firmó en Madrid compromete a España ante los desafíos y amenazas en la próxima década.
OTAN critica las «políticas coercitivas» de China
En el Concepto Estratégico de 2010 que aprobó la OTAN ni siquiera se mencionaba el país asiático. Sin embargo, en el de Madrid se destacó que las «ambiciones declaradas y las políticas coercitivas» de China «desafían» los intereses, seguridad y valores de la Alianza. En este sentido, la OTAN avisó a China de que se defenderá frente a sus intentos de dividir a los aliados.
Además, se lanzó un claro aviso a China al advertir de que «las ambiciones manifiestas y las políticas coercitivas» de las autoridades chinas «amenazan nuestros intereses, seguridad y valores», si bien los aliados también aseguraron «estar abiertos a una relación constructiva con Pekín, incluso a forjar una transparencia recíproca, con vistas a salvaguardar los intereses de seguridad» de la OTAN.
También se acusó a Pekín de «emplear un amplio abanico de herramientas políticas, económicas y militares para aumentar su huella mundial y proyectar su poder al tiempo que se mantiene opaco sobre su estrategia, intenciones y crecimiento militar». En concreto, en el documento de Madrid se denunciaron «las operaciones maliciosas de carácter híbrido y cibernético así como su retórica de confrontación y su desinformación» contra los países de la Alianza, así como el deseo de Pekín de «buscar controlar sectores tecnológicos e industriales clave, infraestructura crítica, materiales estratégicos y cadenas de suministro».
Sobre esto último, el PP ya alertó en enero en otras preguntas parlamentarias dirigidas al Gobierno de los riesgos que plantea la red social TikTok para la ciberseguridad justo en la semana en la que la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, estrenó cuenta en esta plataforma china.
Los usuarios de la red social son en su gran mayoría jóvenes votantes, de ahí el interés del departamento de Calviño por llegar a este segmento de público. TikTok permite subir a su red vídeos de corta duración con música, pero también da vía libre a otras temáticas como la política. En Italia, por ejemplo, Silvio Berlusconi se abrió una cuenta en TikTok en las semanas previas a los comicios parlamentarios de finales de septiembre.
El primer país aliado en vetar el uso de TinTok en los dispositivos oficiales de sus funcionarios fue Estados Unidos, y le han seguido Canadá, India, Reino Unido, el Parlamento Europeo y Francia. Sin embargo, la ministra de Defensa, Margarita Robles, afirmó la pasada semana que no tiene constancia de un posible espionaje chino a través de esta red social.
Además, los diputados del PP aprovecharon la batería de preguntas para recordar al Gobierno de Sánchez que el 31 de marzo de 2022 entró en vigor la ley de Ciberseguridad de la red 5G y que, sin embargo, un año después, «y habiéndose comprometido a hacerlo en el plazo de tres meses», sigue pendiente la aprobación de una lista de proveedores de alto riesgo en la que podrían estar empresas chinas como Huawei o ZTE.
Esta decisión debe estar avalada por el Consejo de Ministros y por el Consejo de Seguridad Nacional. «¿Va el Gobierno a autorizar que empresas controladas por Estados no democráticos puedan entrar en el 5G?», inquirieron al Ejecutivo en una clara alusión a China. También se interesaron por las empresas que han mostrado interés en proveer de esta tecnología a España y si ha habido «acercamientos entre empresas interesadas y ministros del Gobierno».
El Ejecutivo sigue postergando sine die la esperada lista de proveedores vetados de las futuras infraestructuras de 5G e, incluso, duda de la conveniencia de publicar finalmente un documento en el que se bloquee el acceso a suministradores chinos. De esta forma, España elude la guerra comercial que llevan meses librando Estados Unidos y China, algo que agradecerá Xi a Sánchez en Pekín, según las fuentes diplomáticas.
Además, en el Ministerio de Asuntos Exteriores ha sorprendido que José Manuel Albares viaje en la comitiva presidencial, un hecho «completamente inusual» en desplazamientos de este tipo. El jefe de la diplomacia trasladó en noviembre al PP en una escueta respuesta parlamentaria, a la que tuvo acceso THE OBJECTIVE, que no interferirá en la legislación de telecomunicaciones que pueda afectar a Huawei, tras desvelarse su relación sentimental con la vicepresidenta de la filial china en España, la franco-libanesa Therese Jamaa.
La salida de Iván Redondo de la Moncloa
El giro de España con China empezó con la salida de Iván Redondo de la Moncloa. Hasta entonces, el Ejecutivo se había más alineado a las tesis -y los temores- de Washington con el gigante asiático. La entrada en el núcleo duro de Sánchez de Antonio Hernando, hasta entonces socio y administrador de la consultora Acento, que dirige el exministro José Blanco, ha cambiado la correlación de fuerzas, hacen hincapié las fuentes diplomáticas.
Los datos del Registro de Transparencia de la Comisión Europea actualizados a finales de noviembre, y a los que tuvo acceso THE OBJECTIVE, indicaron que en el ejercicio de 2022 la compañía contaba con seis clientes en Bruselas, el doble que en el año precedente, y con una facturación estimada de 500.000 euros. Una de esas seis empresas para las que hace lobby en la capital comunitaria es la china Huawei.