La izquierda 'obrera' que escrachea al Gobierno anuncia que se presentará a las generales
Los ‘obreristas’ se presentan a las municipales como campo de pruebas para llevar al Congreso a Roberto Vaquero, condenado por pertenencia a grupo criminal
El Frente Obrero participa en una protesta contra la constitución española, a 6 de diciembre de 2022, en Madrid.
El Frente Obrero, movimiento político «revolucionario» conocido por sus escraches a miembros del Gobierno de coalición, planea presentarse a las próximas elecciones generales. Así lo adelanta su presidente Roberto Vaquero en conversación con THE OBJECTIVE. Lo harán, explica, con la aspiración de «confrontar» con la «partitocracia» actual. Y es que en su opinión todos los partidos políticos, a izquierda y derecha, «representan esencialmente lo mismo». Frente a todos ellos, plantea «recuperar la soberanía nacional española [son partidarios de salir de la UE y de la OTAN] y asegurar un futuro de conquistas para los trabajadores».
«No queremos entrar a formar parte de la partitocracia, sino derribar lo que hay y construir algo nuevo», explica Vaquero, que adelanta: «Nos presentaremos por labores agitativas, para confrontar y demostrar sus contradicciones, pero no creemos que las elecciones cambien nada. Nuestro trabajo está en la calle», avanza el líder de un movimiento que ya cuenta con casi 1.500 afiliados, no sólo jóvenes, y que está ganando exposición mediática con sus boicots a PSOE y Unidas Podemos.
Más recientemente, tal y como adelantó ayer este medio, Frente Obrero se ha propuesto amargar la precampaña a los socialistas reprochándoles su viraje diplomático con respecto al Sáhara Occidental. Toda una declaración de intenciones que tiene como objetivo último ganar visibilidad antes de los comicios.
Así lo confiesa su presidente: «Para que se hable de nosotros tenemos que a ir un acto en donde está el presidente, burlar la seguridad y subir el vídeo nosotros a nuestras redes. Sólo entonces los medios se hacen eco». Y es que admite que la naturaleza antidemocrática de su movimiento resulta incómoda para el sistema. «No somos una izquierda democrática, racional, que pueda servir a intereses, somos incontrolables y actuamos de acuerdo a nuestros principios», admite Vaquero, que advierte de que «tenemos postulados radicales y estamos dispuestos a llevarlos a la práctica».
¿Cuáles son estos principios? Los que anidan en su programa Los trabajadores primero. Este documento de 87 páginas desarrolla una amalgama de propuestas que pasan por el intervencionismo económico, el antifeminismo, un férreo control migratorio o la defensa de la autodeterminación del pueblo saharaui.
Programa del Frente Obrero
Una de las cuestiones sobre las que más incide el programa del Frente Obrero es la recuperación de la soberanía española, que estaría «secuestrada por la UE», que «nos dicta cuánto y qué producir, nos ata de pies y manos negándonos el futuro que nos merecemos». También plantean la salida de la OTAN y la «expulsión de toda base militar extranjera, empezando con la presencia del ejército inglés en Gibraltar».
En materia de feminismo, se posicionan en contra de la discriminación positiva hacia las mujeres, así como de las cuotas y cupos para personas LGTB. Su propuesta estrella en este sentido sería suprimir el Ministerio de Igualdad para evitar «un gasto superfluo que, lejos de repercutir en el bienestar de la mujer, va en contra de la misma, llegando incluso a negar la existencia material, biológica, de la mujer».
El dinero ahorrado podría emplearse en «la creación de planes estatales para el aumento de la natalidad». Acaso porque los obreristas consideran necesario «las familias tengan más hijos, y se convirtieran en familias numerosas».
En materia de inmigración proponen el «cierre de las fronteras con Marruecos» y el «control absoluto tanto de las fronteras terrestres como del mar circundante» porque «un país que no es capaz de controlar sus fronteras es un Estado fallido». Además, reivindican la «expulsión inmediata de todos aquellos inmigrantes que delinquen de forma reiterada» y el «apoyo para promover la cultura española».
Por último, el programa recoge que «España asumirá su deuda histórica y defenderá sin reservas el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación».
Las municipales como ensayo
El Frente Obrero cuenta con el grueso de su militancia en Madrid, Barcelona y Valencia. Ahí se estrenarán el próximo mes de mayo como campo de pruebas de cara a las generales de diciembre. Concretamente, en Mislata, el municipio donde el PSOE del alcalde Carlos Fernández Bielsa arrasó electoralmente hace cuatro años.
El valenciano Fermín Turia, miembro de la Junta Nacional de Frente Obrero, asegura a este medio que quieren utilizar las elecciones municipales «a modo de ensayo», por cuanto «somos un movimiento de base que nunca se ha movido en dinámicas electorales». El enclave no ha sido escogido al azar, ya que el alcalde socialista ejemplifica, en su opinión, esa «izquierda pija» a la que quieren desenmascarar.
Hasta la llamada a las urnas, seguirán con sus escraches a miembros del Gobierno. «Queremos darle visibilidad al proyecto», explica Turia, autor del boicot en Mislata a Patxi López al grito de «¿Qué le debe el PSOE a Marruecos?». «No le preguntamos a Sánchez cuánto le paga Marruecos porque sí, sino para que la gente conozca nuestro programa, qué posición tenemos sobre Argelia o la libertad del Sáhara», zanja.
A largo plazo, la intención es llevar a Roberto Vaquero al Congreso. Un marxista «revolucionario y patriota» que cada vez aglutina más seguidores en redes sociales, donde carga contra la izquierda posmoderna. Exalumno de Pablo Iglesias y fundador de Reconstrucción Comunista, fue detenido en 2016 en el marco de la Operación Valle para ser condenado a un año y tres meses de prisión por «pertenencia a grupo criminal». Concretamente, se organizaba para combatir al Estado Islámico en Rojava.
Roberto Vaquero fue inicialmente acusado de pertenencia a organización terrorista por la Fiscalía, pero esta retiró los cargos antes de llegar al juicio oral, tras el que solo fue condenado por pertenencia a grupo criminal.
