La Junta Electoral retirará el escaño a Borràs y los 'indepes' debaten si «obedecer o no»
Los nacionalistas consideran que el ente electoral no tiene «legitimidad», pero solo la CUP y los sectores de Borràs piden no acatar sus decisiones
La incapacidad de los partidos catalanes para llegar a un acuerdo y relevar formalmente a Laura Borràs de la presidencia del Parlament tras la condena por prevaricación y falsedad documental dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) sitúa, de nuevo, a la Junta Electoral Central en un papel protagonista. El órgano administrador ya ha informado que este jueves se reunirá para atender a las reclamaciones de la oposición en la Cámara catalana -Vox, Ciudadanos y PP- y, muy previsiblemente, hará uso de sus competencias para retirarle el escaño a la dirigente de Junts per Catalunya.
Todo apunta a que, de acuerdo con los precedentes de Quim Torra y el diputado cupaire Pau Juvillà, la Junta Electoral adoptará la misma decisión en virtud del artículo 6.2.b de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, por lo que se conoce como una inelegibilidad sobrevenida, y apartará a Borràs de sus funciones.
Las fuentes jurídicas consultadas por THE OBJECTIVE creen que la reciente sentencia del Tribunal Supremo avalando la retirada del escaño a Juvillà refuerza el papel de la Junta Electoral, puesto que el alto tribunal reiteró su competencia directa para aplicar la ley electoral. En sentido contrario, el ahora exdiputado de la CUP cuestionaba en su recurso que la Junta Electoral tuviera legitimidad para retirarle el acta de diputado.
Nuevo cisma independentista
La mesa del Parlament –con el aval de ERC, el PSC y la CUP– acordaron en julio suspender a Borràs de sus funciones en aplicación del artículo 25.4 del reglamento del Parlament. A juicio de estas formaciones, el caso de la dirigente de Junts no estaba vinculado con el hecho de ser independentista, sino por un asunto relacionado con su gestión al frente de la Institució de les Lletres Catalanes.
Pese a ello, los republicanos rechazaron la propuesta del PSC de Salvador Illa para emprender una reforma exprés del Parlament con el fin de que una mayoría parlamentaria pudiera retirarle la presidencia de la Cámara catalana. Y ahora el líder de la CUP y secretario tercero de la mesa del Parlament, Carles Riera, se ha posicionado en contra de «obedecer» a la Junta Electoral hasta que no haya sentencia en firme.
Los anticapitalistas coinciden con los demás grupos independentistas en señalar que el órgano electoral no tiene legitimidad y que realiza «injerencias en la soberanía del Parlament». No obstante, las discrepancias eclosionan a la hora de actuar: ERC ha demostrado con los casos de Quim Torra y Pau Juvillà que no está dispuesta a vulnerar la legalidad.
Incluso Laura Borràs, que ahora pide desobedecer para mantenerse en la presidencia de la Cámara, acató a la Junta Electoral cuando anuló las funciones de Juvillà después de que el ente electoral emitiera una resolución en la que le ordenaba la retirada del escaño del diputado de la CUP para expedir la credencial de un nuevo parlamentario.
Horizonte electoral
El horizonte electoral ha complicado que los partidos lleguen a un acuerdo antes de que sea la Junta Electoral quien resuelva el asunto. ERC buscó hasta el último momento que fuera Junts per Catalunya quien tomará una decisión sobre su dirigente. Por esta razón, no quiso pactar con el PSC con el fin de evitar las críticas de los sectores más independentistas, relativas a que se coordina con los socialistas catalanes para «atentar contra los derechos de Borràs».
Al mismo tiempo, ERC quiso marcar «tolerancia cero» con la corrupción. En esta premisa le han seguido todos los partidos, salvo Junts per Catalunya. De hecho, los neoconvergentes son quienes más preocupados están por cómo abordar este asunto sin que afecte sus perspectivas electorales. Fuentes del partido explican que hay discrepancias sobre si nombrar un relevo o mantener la línea de boicot que domina en la cúpula del partido.
Cabe recordar que Borràs fue la cabeza de lista en las últimas elecciones autonómicas. El partido también tiene que tejer nuevos liderazgos para competir con ERC en el espacio nacionalista y recuperar el terreno perdido que reflejan los sondeos.