Víctimas del franquismo reclaman al Gobierno que explique quién fue Primo de Rivera
La ARMH lamenta que el Ejecutivo no dialogue con los familiares de los republicanos como ha hecho con los descendientes del fundador de Falange
Las víctimas del franquismo han acogido de buen grado la exhumación de José Antonio Primo de Rivera anunciada este jueves. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) considera «correcta» la decisión, sin embargo, crítica que el Gobierno no haya mantenido con los descendientes de los republicanos desaparecidos las mismas conversaciones que ha tenido con la familia del fundador de Falange. La organización que preside Emilio Silva reclama al Ejecutivo una declaración institucional para explicar la figura de Primo de Rivera y apremia a expulsar a los monjes benedictinos tras extinguirse el convenio por el que administran el Valle de los Caídos desde 1957.
El fundador de Falange será exhumado este lunes, en el 120 aniversario de su nacimiento, tal y como había solicitado su familia en octubre. Sus descendientes alegaron que Primo de Rivera había reflejado en su testamento la voluntad de ser enterrado en un cementerio católico. Sus restos serán trasladados al camposanto de San Isidro de Madrid. La ARMH, que inició hace dos décadas las exhumaciones de los desaparecidos por el franquismo, espera que el Gobierno aproveche la ocasión «para hacer pedagogía».
La organización que preside Silva valora positivamente que la familia se haga cargo de los restos, pero solicita al Ejecutivo que explique a la sociedad española «cuál fue la historia de José Antonio Primo de Rivera y su permanente estrategia para derrocar la democracia mediante la creación de una creciente tensión social que crease la idea de que era necesario un gobierno de carácter fascista. Así de claro lo dejó la publicación El Fascio editada en 1933, poco después de la llegada de Hitler al poder en Alemania».
Borrar el rastro del franquismo
Primo de Rivera fue enterrado en el Valle de los Caídos en 1959. Sus restos se trasladaron a pie en un cortejo fúnebre multitudinario desde Alicante, donde fue asesinado al poco de comenzar la Guerra Civil. Se encontraba en esa ciudad desde marzo de 1936, cuando fue detenido por orden del Ministerio de la Gobernación días después de que varios falangistas tirotearan en Madrid al socialista Luis Jiménez de Asúa, uno de los redactores de la Constitución de la Segunda República.
Esta será la cuarta exhumación del fundador de Falange, aunque en esta ocasión a petición de su familia, que rechazó que los restos permanecieran en el Valle de los Caídos, aunque en un lugar distinto al prominente que ocupa ahora en la basílica. Los informes de los expertos y la normativa en vigor consideran a Primo de Rivera una víctima de la contienda, por lo que podría seguir inhumado en Cuelgamuros.
Sus descendientes solicitaron el traslado en octubre, días antes de que entrara en vigor la Ley de Memoria Democrática. De esa manera cumplen la voluntad que manifestó Primo de Rivera en su testamento. «Deseo ser enterrado conforme al rito de la religión católica, apostólica, romana que profeso, en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz».
La ARMH ignora las razones por las que el Gobierno ha mantenido conversaciones directas con los familiares de Primo de Rivera y, sin embargo, no lo ha hecho con los de los miles de republicanos que siguen desaparecidos en fosas comunes. En el mausoleo construido por Franco aún permanecen 33.833 personas, un tercio enterrados de forma anónima y sin el conocimiento de sus descendientes.
Víctimas republicanas
Las labores para desenterrar al fundador de Falange se producen a la vez que se intentan recuperar 118 víctimas republicanas enterradas en la cripta de la basílica. Los familiares consultados por THE OBJECTIVE valoran positivamente la exhumación de Primo de Rivera porque la consideran la antesala para recuperar los restos que llevan décadas reclamando. Sin embargo, reconocen que nadie del Ejecutivo se ha puesto en contacto con ellos hasta la fecha.
«La atención personalizada del Gobierno a la familia de Primo de Rivera no existe en el caso de los desaparecidos republicanos». La asociación que preside Emilio Silva asegura que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, prometió cuando se estaba preparando el traslado del fundador de Falange que iba a respetar las conversaciones con su familia. «Nada similar puede decir de las conversaciones que mantiene el Gobierno con las familias de los desaparecidos republicanos».
La ARMH subraya que la familia de Primo de Rivera «no ha necesitado la convocatoria de una subvención ni ha visto discutir al Parlamento, sino que ha llegado a planificar su exhumación. Incluso ha marcado la fecha de nacimiento del fundador Falange para llevar a cabo el traslado de sus restos». E insiste: «Pedro Sánchez está a punto de cumplir cinco años como presidente y ni una sola familia de las que reclamó sacar del Valle los restos de sus familiares ha podido recuperarlos».
La organización memorialista también señala a los monjes benedictinos que administran Cuelgamuros. Consideran que siguen allí «de manera ilegal» desde hace más de dos años, cuando venció el acuerdo que el Gobierno estableció en 1957. En su opinión, los cambios en el Valle de los Caídos son «cosméticos». Solo esperan que el traslado de los restos de Primo de Rivera no se conviertan en «otro funeral de Estado», como aseguran que ocurrió con Franco en octubre de 2019.